Like father, like daughter

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Allí estaban todos, en el aeropuerto esperando al padre de la peliblanca que parecía de todo menos feliz.
-¿Y como es tu padre, Leynachi?- pregunto Kise entusiasmado.
-En cuánto lo veáis lo sabréis- la respuesta vino de Sony.
Pero los chicos esperaron al padre de la ojiazul y ninguno de los que salían del avión parecía ser el progenitor de la chica hasta que un hombre se dirigió hacia ellos. Parecía una estrella de hollywood tenía el pelo largo y blanco como su hija, era tan alto como Midorima e iba con una gafas de sol y un atuendo en tonos oscuros que remataba su estilo.
-Hola- les saludo, cuando se quito las gafas se encontraron con los mismos ojos que tenía su hija, lo que les confirmaba que aquel hombre era Angelo.
-Hola, Angelo- lo saludo Leyna, les sorprendió que la chica no le llamará papá, pero: 1- ya conocían como era Leyna y 2- aquel tipo más que su padre parecía su hermano, por la mente de todos paso una pregunta ¿como la madre de Leyna había dejado a eso por el padre de Haizaki? La verdad es que la respuesta no la sabia ni la propia implicada.
-Sigues tan dulce y adorable como siempre.- padre e hija se miraron fijamente a los ojos, él como si fuera un león enfurecido, ella era un tigre que no estaba para tonterías.
-Bueno teniendo en cuenta que fuiste tú el que me obligo a venir a aquí, y ahora vienes a hacerte el héroe...- todos eran mudos espectadores de aquellos.
-Leyna Leonhardt, te recuerdo que decidimos tu futuro en una partida de cartas y que tú perdiste, y además solo es un año, ya te queda mucho menos.- todos los ojos se dirigieron a la chica, no les gustaba como sonaba aquello del tiempo limitado.
-Ya pero en esa jodida partida en ningún momento me dijiste que mi destino era estar en Japón con esa mujer.- Leyna estaba enfadada, y eso no podía ser bueno.
-Es tu madre Leyna, te guste o no, y quería pasar tiempo contigo.- suspiró- pero por lo visto no pierde la vieja costumbre de largarse y dejarte sola y abandonada. Mi trato con ella no era ese, tengo que hacer unos trabajos aqui en Tokyo, tengo en mi disposición una casa vas a venir a vivir allí conmigo, cuando acabe volveremos a casa.- la chica asintió obediente.- anda presentame a tus pretendientes.
-Son....- pero fueron los chicos los que decidieron presentarse, querían causar buena impresión, puesto que lo último lo habían dicho en español y ninguno de los japoneses allí presentes se habían enterado.
-Kuroko Tetsuya.
-Akashi Seijuro
- Midorima Shintaro.
-Murasakibara Atsushi.
-Aomine Daiki.
-Kise Ryota.
-Kagami Taiga
- A mi ya me conoces, angelito.- Noel burlón como siempre.
- Suspensos todos- y por orden de presentación fue poniéndoles faltas- demasiado imperceptible, es un creído y encima los dos son demasiado bajitos.- Continuo con el peliverde- tú pareces normal, pero vas con una jodida barbie en la mano así que supongo que eres gay.Comes demasiado y no se habla con la boca llena- al peliazul- tienes cara de psicópata cabreado-al modelo- demasiado sonriente asi parece idiota. Y tú tienes las cejas muy raras.- finalmente se paro en el ex de su hija que esperaba el golpe- y tú eres demasiado idiota, ególatra, mejor dicho eres demasiado tú mismo para ser una buena opción.
-Sus altas expectativas no han cambiado, pero le recuerdo en su egocentrismo que su hija hace siempre lo que quiere.- los ocho chicos disparaban ondas de odio hacia el progenitor de la peliblanca, pero debían mantener la compostura.

Su padre había dicho que se mudaba y así lo habían hecho, ella, Adam que era el cocinero oficial, Sony y Noel que iba a tener que dormir en la puerta de la casa porque el mayor se negaba a aceptarlo en bajo su techo.
-¿Cuántos días tengo?- le preguntó Leyna a su padre una vez estaban solos.
-Un par de días, una semana como mucho.- le contestó- despidete de tus amigos será lo mejor.
-En mi plan no estaba largarme tan pronto- miro seriamente a su padre.
- En tu plan no estaba encariñarte con el país. ¿No me digas que te gusta alguno?- pregunto curioso.
-No lo sé- evito la pregunta- Lo que sé es que no quiero estar con mamá, lo único que tratava de hacer antes de largarme era cambiarme...
-Yo también te cambiaría- lo miro ofendida- dos o tres cosillas pero eres mi hija y así estas bien. Toma una decisión rápido Leyna, no te queda mucho tiempo.
-Ya te he dado una respuesta, papá.- el hombre sonrió su hija no solía llamarle así.
-Lo sé, pero cambiar de opinión es fácil, y más cuando esos chicos se enteren de que te vas
- No tienen porque saberlo, además yo no se lo pienso decir.

De golpe una de las peores cosas de Leyna había vuelto, había estado en muchos colegios distintos, había tenido un par de amigos pero a la hora de marcharse ella nunca se despedía simplemente desaparecía, prefería las cosas así. Solo se despidió una vez y fue el dia en que le dijo adiós a su fallecida abuela.
Echaría de menos Japón y a Satsuki y su obsesión por Kuroko y las veces que la llevaba de compras, echaría de menos a Daiki su impredecibilidad y sus revistas de Mai-chan, echaría de menos a Kuroko y su inexpresividad y su tranquilidad, a Nigou y lo mono que era, a Kagami y sus sonrojos y comida, a Kise y sus Leynachis o sus sonrisas con la capacidad de dejar ciega a sus fans, a Takao y sus bromas hacia Shin-chan, al peliverde y sus objetos de la suerte y sus sonrojos mientras miraba hacia otro lado, a Akashi y su seguridad al decir las cosas incluso echaría de menos el shogi y a Murasakibara y sus dulces o como trataba de llamar la atención de la chica cada dos por tres, y a aquel peligris que había sido su hermano y confidente durante aquel tiempo....
La suerte estaba echada y ya no había marcha atrás, todo se había acabado...


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Sinceramente este cap esta escrito sobre la marcha solo me he dedicado a escribir de todas maneras y pese a este "ataque creativo" espero que os haya gustado.

I Can't Be TamedHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin