Reunión de los milagros

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Touo avanzó en las rondas, por lo pronto no había habido ningún choque entre la generación de los milagros y, según tenía entendido, todos los equipos que tenían a un exmiembro de Teiko habían pasado a la siguiente ronda.
-Ahora es cuando se llenan los estadios- le explicó Satsuki- y ya están aquí todos los equipos clasificados.
-Ya...- suspiro- que siga sin tocarnos un equipo de los peligrosos me preocupa.
-¿Por?- la miro la pelirosa interrogante.
-Porque luego nos va a venir todo lo complicado junto.- miro al resto del equipo todos estaban concentrados, menos uno que dormía.
-Dai-chan siempre igual.- infló las mejillas su amiga
-Al menos durmiendo no molesta a nadie.- y ambas se echaron a reír.
-Leyna- la llamó el entrenador.
-¿Si, Katsunori?- sí llamaba al entrenador por su nombre, pero el adulto parecía no importarle además la chica le servía de gran utilidad.
-Quiero que vayas a ver el partido de Seirin.- le ordeno- y luego me cuentes como ha ido.
-Yes, sir- hizo un gesto militar.- como cuando llegue me enteré que habéis perdido estáis más que muertos.- amenazó a sus compañeros.
-Oye, ¿por quien nos tomas?- preguntó Wakamatsu- claro que no vamos a perder.
-Así me gusta Kosuke, que se note que eres el capitán.
-Por supuesto.- infló el pecho.
-La pena es que aún no puedas controlar a Aomine-kun- dijo el nuevo pívot del equipo.
-Mientras este Leyna, Aomine no es jn problema.- se defendió el capitán, y no mentía desde que la chica llegó como segunda mánager Aomine no faltaba al entrenamiento.
- Oye que puedo oíros- gruño el susodicho.
-Buenos días, princesa- le saludo Leyna.
- Eres odiable.
-Me alegra ver que tienes un buen despertar.
-Vete al infierno.- se acabó la conversación puesto que habían llegado a su destino.
Mientras Touo se dirigía a prepararse para su partido, la peliblanca puso rumbo a las gradas para ver el partido de Seirin.
-Leyna-san- se giro sobresaltada para encontrarse con Kuroko Tetsuya.
-Tetsuya, ¿que haces aquí?- preguntó- pensé que tenías un partido que jugar.
-Es cierto, pero estaba buscando un lugar para que Nigou se quedará mientras yo juego.- explicó el peliceleste.
-Yo le cuido. ¿Verdad Nigou?- el perrito ladro a modo de respuesta.
-Pues muchas gracias Leyna-san.
-Muchas de nada.
Entro al estadio y se quedo en la parte superior, no quería que nadie viera a su pequeño acompañante, que ahora mismo se encontraba asomando su cabecita desde el interior de la mochila.
-Esperemos que Seirin gane.- le dijo al animal.
El partido de Seirin fue sin ningún inconveniente, de vez en cuando la peliblanca le mandaba un mensaje a Satsuki para que la mantuviera informada del resultado, pero al igual que pasaba con Seirin el partido no se hizo muy difícil para los de Touo. La siguiente ronda los esperaba, claro que el rival aún no estaba decidido todos tenían clara una cosa, iba a ser un equipo que tuviera a uno de esos monstruos del baloncesto.
En opinión de Leyna todo estaría bien mientras Seirin no se cruzará en su camino, no le gustaba para nada el dúo de Taiga y Tetsuya, y el juego en equipo de los de aquella preparatoria no era moco de pavo.
-Muchas gracias Leyna-san dijo Kuroko que recibió a Nigou de la chica mientras el pelirrojo que le acompañaba intentaba, de todas las maneras posibles, encontrar un punto lo suficientemente lejano de la chica y del perro.- por cierto....

-¿Qué Akashi quiere vernos?- preguntó Aomine extrañado.
-Sí ha nos ha mandado un mensaje a todos lo de la generación de los milagros.- respondió Satsuki- si no te hubieras dejado el móvil en casa...
-Ya, ya, para eso te tengo- ella hizo un gesto de enfado pero si iba a insultarle se lo guardo.
-Quiere ver a Leyna también.- le contó.

"Y traed a esa chica tan interesante. Leyna ¿no?"
Midorima fue el primero en llegar, y rezaba internamente porque a la chica le diera por no ir.
-Midorimachi- le saludó Kise.- ¿crees que Leynachi vendrá?
-Esperemos que no- aunque Akashi había cambiado aún tenía aquel lado sádico, que podía ser muy perjudicial para alguien como la peliblanca.
Los siguiente en llegar fueron Momoi y Aomine, y la chica no iba con ellos eso hizo que el peliverde y el rubio respiraran aliviados, cosa que Aomine no estaba puesto que si Kuroko se había cruzado con la ojiazul seguro que la llevaba.
El siguiente en llegar fue el pelimorado que ni si quiera preguntó acerca de la chica, simplemente se mantuvo allí de pie comiendo sus adorados dulces.
-Buenos días- saludo Kuroko que , para desgracia de todos, venía acompañado por Kagami y Leyna.
-Anda si habéis venido todos- dijo ella sorprendida.-Atsu ¿ese es el nuevo sabor?- preguntó refiriéndose al paquete que tenía el chico entre manos.
-~Mm~-afirmo y le tendió el paquete para que cogiera unos cuántos.
-Gracias- agradeció, sonriendo y cogiendo unos cuantos.
-¿Se puede saber que haces aquí?- preguntó Aomine.
-Tetsuya me ha dicho que vuestro capitán quería verme- hizo un gesto con los hombros.
-Pues lo mejor será que te vayas- esta vez intervino Midorima.
-Midorimachi tiene razón- apoyó al peliverde.
-Pues ahora me quedó- decidió, y ya no había nada que pudiera hacer que cambiará de opinión. Bueno Kagami y Aomine barajaban la idea de cogerla en brazos y llevársela a la fuerza, pero no pudieron llevarla a cabo puesto que Akashi hizo acto de presencia.
-Buenas tardes a todos- les saludo a todos y pronto toda la atención del emperador estaba puesta en la chica.- mi nombre es Akashi Seijuro.- se presentó con todos los buenos modales del mundo.
-Soy Leonhardt Leyna.- se presentó ella, mirándole directamente a los ojos, cosa que a él no le hizo mucha gracia.
-Leyna, no me gusta que la gente que no me sirva me mire a los ojos.- dijo con tono amenazante, esto se ponía feo.
-Bueno, no soy tu sirviente así que haré lo que me plazca.- le respondió altanera.
Los demás miembros de la generación de los milagros y Kagami eran mero espectadores del momento en que Akashi sacó unas tijeras de su bolsillo y en un rápido movimiento las acercó a la cara de la chica.
En ese momento fue cuando todos reaccionaron, pero Leyna no lo esquivo, cuando todo se detuvo supieron porque no se había quitado de la trayectoria, era porque estaba agarrando firmemente la muñeca de Akashi.
-Na-chin ¿estas bien?- Murasakibara alejó a Leyna de Akashi, a pesar de que eso era llevarle la contraria al emperador.
- No te preocupes, sabía que no me iba a apuñalar.- dijo segura y miro a Seijuro.
-Pero a pesar de que lo sabías me has sujetado.- repuso el pelirrojo.
-Solo aseguraba mi victoria- lo miro con superioridad, una mirada que nunca nadie le había dirigido.- para ser tan pequeño tienes muy mala leche.
Nadie sabía si eso debería divertirles o asustarles, por una parte era gracioso ver como alguien ganaba a Akashi en su juego, por otro no sabían como podía reaccionar este.
-Bueno Leyna, me tengo que marchar, ha sido un honor conocerte- finalizó el propio capitán de Rakuzan.
-Más que conocerme lo que has hecho es intentar matarme- repuso esta aún sería, esta mujer no se podía callar ni cinco segundos, era lo único que pensaba Midorima.
-Las acciones de las personas dicen más que las personas en sí.- sonrió enigmático.
-Lamento decirte que ese juego no va conmigo, no me ponías a prueba a mí los estabas poniendo a ellos.
-Muy inteligente, Leyna.- nos volveremos a ver, y esa vez si que te pondré a prueba a ti.
-Vale.- aceptó la chica.
Que el emperador no estuviera allí no hizo que se relajaran, ¿qué buscaba Akashi con aquella reunión?
-Leyna-san- la llamó Kuroko- creo que lo más sabio es que no te acerques más a Akashi-kun.
-No te preocupes, lo tengo todo controlado.- le guiño un ojo al peliceleste.-¿Bueno alguien se viene a comer conmigo?

I Can't Be TamedWhere stories live. Discover now