Siempre hay que alzar el vuelo

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Shogo se ocupó de limpiarle las heridas a Leyna, y regañarla por hacerse aquello, la chica solo se dedicaba a asentir y a pedirle perdón...

Tres días ese fue el tiempo que estuvo Leyna sin asistir a la preparatoria, ¿motivo? Bueno su madre llamó para decir que estaba enferma, realidad, se había confinado en su cuarto y con la única persona con la que mantenía contacto era el peligris.
Aquel sábado salió a dar una vuelta, estar encerrada en casa no podía ser bueno, la casualidad quiso que se encontraría con otra alma en pena, Kise Ryota.
-Hola, Leynachi...- dijo el modelo sin fuerzas, la derrota sufrida a manos de Touo todavía debía dolerle.
-Hola, Ryo- pero el caso es que si hubiera tenido que elegir hubiera preferido encontrarse con Jack el destripador antes que con un miembro de la generación de los milagros.
-¿Que te ocurre?- preguntó el rubio.
-Estos días no han sido los mejores de mi vida, y por como estas tú tampoco han sido los tuyos.- el chico a sintió, la bombilla de Leyna se encendió en ese momento, y le dedico una sonrisa al chico.- Ryota, hagamos que el día de hoy sea tan épico que haga que lo de esta semana se nos olvide.

Al principio el modelo no iba a aceptar tenía trabajo, pero siempre podía faltar y encima un día con la peliblanca era una idea muy tentadora.
Ninguno estaba por la labor de encontrarse con alguien más así que se encerraron en el karaoke más cercano y se pusieron a cantar.
La chica eligió canciones de cantantes occidentales, no tenía ni repajolera idea de el j-pop o k-pop, Kise hizo una mezcla rara, pero no por eso poco divertida.
-En serio acaba una canción antes de empezar otra.- Ley se estaba riendo a carcajadas en el sofá.
-Jo, es que quiero que escuches tantas y en tan poco tiempo.- mohín infantil, más risas.
-Si se acaba el tiempo pagamos por estar más rato y ya, no tengo pensado fugarme Ryo- lo último le sacó una sonrisa a él.
-Venga que me toca a mí.- se puso de pie, el chico sonriente, se sentó en el sofá y observó atento como ella elegía una canción. Durante aquel partido había habido cruce de palabras entre Aomine y él, y el moreno le había soltado en toda la cara que había besado a Leyna en los vestuarios que no podía perder. Le dolieron las palabras y la derrota y sobretodo, que durante aquellos tres días se había sentido muy poca cosa, no podía gustarle a la chica que quería y no podía hacer ganar a su equipo.
-"Las peores caídas no son cuando te caes desde más alto, son cuando te caes y no te levantas. Las personas deben alzar el vuelo"- dijo la chica- mi abuela, meses después murió.
-Lo siento Leynachi- agachó la cabeza avergonzado
-Te lo digo para que cambies tu cara- infló las mejillas.- Eres el tipo que está sonriendo a cada rato como me pongas esa cara te doy.
-Aominechi me dijo que te besó....- confesó.
-Atsushi también lo hizo.- era su turno de decir verdades- pero no pasa nada.
-¿Como que no pasa nada?- la miro desesperanzado- pasa todo... Nunca ganaré a Aominechi.
-Dejad de tratadme como una competición Ryota, es lo único que hacéis.- molesta de nuevo- y otra cosa no sé aquí lo que os pasa con los besos pero " un beso es solo un beso, todo depende de la importancia que le das, puede no significar nada y puede cambiarlo todo", y para mi aquello no fue nada.- pero el modelo no la miraba, dudaba hasta que la escuchaba, y encima ahora volvía a estar enfadada.
Dejo el micro en su sitio, se dirigió al deprimido chico y le besó, no hubo delicadeza, ni amor, ni nada solo fue un gesto y cuando se separo se largo de aquel lugar.

-¿Donde has estado?- le preguntó Shogo.
-Deberias ponerte un delantal, mamá- se burló.
-Jajaja. Ven y echame una mano con la cocina- se acercó al lugar donde estaba el peligris.
- ¿Y el dúo dinámico?- preguntó.
-Tus palabras de amor y paz les han llegado al corazón, se han largado de segunda luna de miel- otro enfadado.- pero como has estado encerrada en tu cuarto dejándole a un servidor las tareas ni te has enterado.
- Eres adorable Shogo- río ante la cara del chico.
-Te voy a dar una paliza a ver si sigo siendo adorable.- le saco la lengua- anda cambiate ya acabo yo con esto.

Subió las escaleras, aun estaba triste por todo lo que había pasado con anterioridad, Kise, Aomine, Akashi, Midorima, Murasakibara, los únicos que parecían normales eran Kagami y Kuroko...
Entró a su cuarto, mirando al suelo se dirigió al armario para coger algo más cómodo y se dispuso a cambiarse.
-No llevo ni una hora en Japón y ya me vas a hacer un striptease, aunque con música quedaría mejor.- se quedo en shock y miro a la cama, si hubiera entrado mirando al frente se habría dado cuenta de que su cuarto no estaba desierto.
-¿Noel?- era una pregunta absurda puesto que era evidente que era Noel, aquel pelo negro, los ojos rojos y la jodida sonrisa burlona que nunca le podían quitar.
-No soy Noel, soy su hermano gemelo bueno, León.- dijo el chico burlón.- Claro que soy Noel, ven aquí y golpeame como tu sabes, ya sabes te he llamado muñeca unas cuantas veces.
Se dirigió hacia el con decisión, el chico se preparó para los golpes pero no para que ella le abrazará y escondiera la cara en su pecho.
-Ley...- pero era una batalla pérdida, la abrazó y se acomodó, aquello podía tardar un rato.
Necesitaba un lugar cálido, acogedor, un lugar al que llamar hogar y él ojirojo era ese sitio, no decían que donde hubo fuego brasas quedan, pues ella necesitaba que aquellas brasas empezaran a arder. Quería volver a casa, con los suyos...
-Ley, ¿estas llorando?- negó con la cara aún oculta en el pecho del chico- Vale, pues deberías mirar si hay goteras en tu cuarto porque sino no me lo explico...
-Eres...
-Guapo, sexy, el sueño de cualquier mujer- acabó la frase él.
- Iba a decir idiota, egocéntrico y....- pensó un rato.- ¿donde vas a dormir?
-Aquí contigo, sabes me he cogido un avión corre que te corre para venir a verte, no me ha dado tiempo a reservar un puto hotel- le dijo mirándola con aquella sonrisa tan característica.
-Ya claro, seguro que tu padre tiene un hotel por aqui- el padre de su amigo era asquerosamente rico, y las ganas que tenía de convencer a su hijo de que se ocupara de su fortuna hacían que hiciera cualquier cosa por él.
-He venido a estar contigo, así que me quedo en tu cuarto y Sony y Adam en el de la bruja y su cuervo.
-¿Bruja y cuervo?- lo miro con una pequeña sonrisa.
-Ya sabes Adam y su imaginación- pensar en cuanto tiempo le habría llevado a Adam sacar aquel mote la hizo sonreír más ampliamente.
-Así me gusta, muñeca- y si para Leyna quedaban unas brasas a punto de extinguirse no pasaba nada pues allí estaba él para besarla y avivar aquellas llamas...


I Can't Be TamedWhere stories live. Discover now