Capítulo 18 "Aprendizajes de Vida" (2/2)

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La guarida estaba con todos los Aprendices. Tras un buen descanso durante la noche, la joven Aprendiza había despertado muy enérgica y feliz. El sol recién se había empezado a asomar tímidamenten entre las montañas, y los gatos del Manto Plateado empezaban a irse.

Turquesa, con mucho cuidado, intentó salir la guarida de Aprendices sin tropezar con ningún lecho, pero justo cuando estaba por salir, movió con la cola el lecho de Zarpa de Desierto:

-Ten cuidado por donde pisas.-gruño el gato dorado.

-Perdón.-respondió Turquesa avergonzada.

El Aprendiz se dió la vuelta y volvió a quedarse dormido, mientras la gata gris oscuro seguía avanzando.
Cuando salió de la guarida, vió el oscuro campamento. Parecía un desierto abandonado, no había ningún gato despierto. Era tan solitario que hasta llegaba a dar miedo. Pero pronto, Turquesa entrevió la figura de Garra de Iceberg, el encargado de la Patrulla de Alba de ese día. Tranquilamente, se dirigió hacia el gran atigrado.

-Hola Garra de Iceberg, ¿Cuando nos vamos a la Patrulla?.-Maulló la gata.

-En poco tiempo, ve a despertar a Codorniz y a Zarpa de Puma, mientras mas temprano nos vayamos,mejor.-respondió Garra de Iceberg.

La joven gata se dirigió a la guarida, obedeciendo al gato, y entró. Esta vez con más cuidado de no despertar a nadie. Camino hacia Zarpa de Puma que dormía plácidamente cerca de Zarpa de Desierto y Plumerillo. Una vez que estubo a su lado, dijo:

-Zarpa de Puma, despierta, nos toca patrulla.

Pero al ver que su hermano no daba el menor signo de estar despertando, maulló más fuerte:

-¡Zarpa de Puma! ¡Vamos, despierta!

-Ya..ya...no es necesario que grites tanto.-dijo por fín Zarpa de Puma estirándose.

Una vez que el gato despertó, se dirigió a donde Codorniz que dormía estirado. Una vez que estuvo su lado, maulló:

-Vamos, Codorniz, despierta.

El gato gris, a diferencia del Aprendiz anaranjado, se despertó inmediatamente y bostezó:

-Ya voy....

La gata gris oscuro salió de la guarida. El Sol ya estaba más alto y no quedaba ningún gato del Clan Estelar en el cielo, pero a pesar de eso, seguía bastante oscuro. En el campamento habían más gatos, y Turquesa pudo ver a Laguna Azul y a Manzano preparándosé para la patrulla. Tan solo faltaban ellos, los Aprendices.

Pronto a su lado aparecieron Zarpa de Puma y Codorniz, que, adormilados, se dirigieron junto con ella hacia el gran atigrado.

-Por fín, llegan, jóvenes. Ahora vengan, vamos a partir.-dijo Garra de Iceberg al ver a los tres gatos.

La Patrulla se adentró en el oscuro bosque. Primero iba Garra de Iceberg, después iban Manzano y Laguna Azul, que iba acopañada de su Aprendiz, y por último; Turquesa y Codorniz.

El paisaje del bosque era muy otoñal, los árboles tenían muchas hojas marrones y anaranjadas, al igual que la tierrra, y ya casi no habia ningún rastro de hojas verdes. La patrulla iba a visitar primero las fronteras con el Clan del Fuego, para luego avanzar hasta el río del Clan de la Hoja.

Turquesa notó que Codorniz no estaba en muy buen estado, parecía muy cansado y sus ojos dorados brillaban fuera de lo normal.

-¿Te sientes bien, Codorniz? -preguntó Turquesa preocupada.

-Ehmmm...Sí.-dijo moviendo la nariz.

-No pareces estar muy sano.-insistió Turquesa mirando lo flaco del Aprendiz. -¿Quieres que cace algo para tí?

Los Gatos Guerreros: La historia de Pequeña TurquesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora