22 ~ Aléjate de ella.

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Narra Harry.

Me desperté temprano, con un terrible dolor de cabeza por todo lo que había pasado al día anterior. Me dolía el pecho todavía, por lo destruido que me sentía. Sin embargo, el alivio recorrió mi sistema nervioso, cuando note a Tiffany acurrucada a mi lado. Sus hermosos ojos cerrados y descansando por fin, luego que lloraran durante toda la noche por culpa mía.

Ella me ha entregado todo y yo, la he destrozado sin razón. Me ama tanto, que accedió a quedarse, a llorar juntos, a hundirnos juntos en la miseria de nuestros corazones. Nunca le he mentido, la quiero. Pero ese sentimiento, no se compara con el que siento con Alex. Mi corazón está atado a ella.

Esta historia ha tomado un rumbo incierto, igual que mi futuro con Alexa, o Tiffany. No sé como acabara, pero me niego rotundamente a dejar ir a Tiffany.

Es un pensamiento egoísta, lo sé, pero mi corazón se desarmo cuando ella se había dado cuenta de todo. Me deshice cuando empezó a llorar. Y cuando me pidió que la dejara ir, eso me colapso. Su mirada se clavo en mí, y eso fue suficiente para arrancarme el alma. Sentí que moría, si no la tenía. Sentía como se formaba un muro entre nosotros y nos separaba.

Estoy jodido con estas dos mujeres, lo sé. No puedo tenerlas a las dos, tarde o temprano tendré que tomar una decisión, pero mientras tanto, no dejare que Tiffany me deje. Prometí no tocarla, mientras buscaba la forma de terminar con ella, pero ahora, no sé si quiera hacerlo. Que jodido se ha vuelto todo.

Soy un asco de persona.

Me levante de la cama con cuidado de no despertar a mi novia. Entre al baño y me di una ducha rápida con agua tibia, luego cepille mis dientes. Cogí unos bóxer del cajon de ropa interior y un mono de chándal que amarre a mi cintura.

Le dedique una mirada a Tiffany, que seguía sumida en su pesado sueño. Suspire y salí fuera de la habitación.

-Buenos días, Harry –dijo Sophia, al verme entrar en la cocina.

-Hola, Sophia –esboce una sonrisa de lado al pasar junto a ella, en busca de fruta.

Mi ceño se frunció al ver que no había bananas en la cesta, solo habían naranjas, manzanas y peras.

-Sam ha ido a realizar unas compras–me informo Sophia, dándole vuelta a la tortilla de huevo. –Le anote en la lista que trajera una mano de cambur.

-Que rápido aprendes a conocerme, Sophia –dije, tomando una manzana. Solo llevaba un día trabajando aquí y me sorprendía lo eficiente que era.

-Memorice la lista que me entregaste, Harry.

-Bueno, pues... me alegro –me encogí de hombros, mordiendo mi manzana.

-¿Te alegras de que memorizara tu lista de caprichos? –ella voltio hacia mí, enarcando una ceja mientras esbozaba una sonrisa.

Contorsione mi ceño y enderece mi cuerpo, tratando de parecer molesto.

-¡Hey! –me queje. –No te he dado confianza como para que me hables así. –apreté mi mandíbula y ella trago saliva con dificultad.

-Lo siento.

Solté una carcajada y ella me miro mal, me miro con odio entrecerrando sus ojos.

-Debiste ver tu cara –dije mientras me reía. –Era broma, Sophia.

-¡Harry! –ella grito.

Yo continuaba riéndome, hasta el momento en que hicieron sonar el timbre de la puerta. Fui hasta la pantalla táctil, que estaba guindada en la pared, presione uno de los botones y la pantalla me mostró la imagen de la persona que esperaba en la entrada.

Good For You | EN EDICIÓN Where stories live. Discover now