6 ~ Hogar.

2.2K 153 8
                                    

Narra Harry.

Alexa miraba absorta a través del vidrio del automóvil, la gran estructura con diseño Georgiano que se lucia delante de nosotros. Había conducido durante media hora hacia las afueras del centro de Londres, con la intensión de mostrarle a ella, la casa que he heredado de mi abuelo. Conociéndola, se que le encantara.

Debo admitir que el viaje en automóvil, fue menos incomodo de lo que pensé. Alex, después de cenar, bajo la guardia un poco, cosa que mentalmente le agradezco. Mi corazón se rompía en pequeños trozos, al notar como su mirada café se oscurecía varios tonos luego de mi confesión, hasta el punto en que se volvió fría; Eso me quebró en infinitos pedazos, no se como pude mantenerme en esa maldita silla. 

Se que le debo unas cuantas explicaciones,  pero no debemos exagerar, tampoco es qué he matado a alguien. Solo esperaba el momento oportuno para contarle mi relación con Tiffany, nuestra mejor amiga.

Los portones eléctricos se abren, permitiendo desplazar el vehículo en el interior del patio principal. Di una vuelta en C, alrededor del terreno, hasta estacionar en la entrada principal de la inmensa casa de paredes blancas.

-Hogar, dulce hogar -bromeo, antes de apagar el motor del vehículo y salir de su interior.

En paso de trote, llego a la puerta del copiloto y la abro, tomando la mano de Alex, mientras la ayudo a salir del interior de la Ranger Rover.

Esta suelta un silbido,  alzando su preciosa mirada café al ver el  tamaño de la casa. -Harry, es hermosa.

-Gracias -conteste, curvando mis labios.

«¡Sabia que le gustaría!»

Sam apareció en mi campo de visión, en el momento en que salio del interior de la casa, en grandes zancadas.

-Señor -saludo en un tono refinado, acomodando su corbata negra a la altura de su cuello.

-¿Como estas, Sam? -le sonreí.

Mire por encima de mi hombro a Alex. Esta se había acercado a la fuente de piedra, que se disponía en todo el centro del terrero, alumbrada por luces intermitentes en color azul claro.

-Muy bien señor, pensé que hoy dormiría en casa de su madre -dicen detrás de mi.

-Yo también -suspire sin apartar la vista de Alex-. Pero como puedes ver..., los planes han cambiado. Ve a la cocina y preparame un whisky bien cargado, por favor.

-Como usted diga, señor.

Rodé los ojos.

-Y..., Sam. -Me gire hacia el hombre de ojos claros y cabello oscuro- Deja la formalidad, ¿quieres? Eso no va conmigo.

-Esta bien, Harry. -curvo sus labios en una sonrisa, antes de adentrarse en el interior de la casa.

Me gire nuevamente y una sonrisa se dibujo en mis labios, al ver a Alexa introducir su mano en el agua fría de la fuente.

-Alexa, si quieres darte una ducha existe algo llamado regadera, ¿sabes? -comence a burlarme.

-¡Déjame en paz, Harry! -exclamo, con su típico tono infantil y los ojos entrecerrados.

-Venga, vamos dentro, hace frió aquí afuera.

Ella asintió al estar de acuerdo y comenzó a caminar hacia la entrada en grandes zancadas. Yo, gire mis tobillos y guie nuestro camino al interior de la casa.

-Este es el recibidor -le informe.

Alex abrió sus ojos como platos, al contemplar la belleza de la habitación en forma de circulo. En el espacio, solo había un piano de cola blanco, alumbrado por un candelabro que desde el techo, derrochaba elegancia y encanto, al dejar caer sus cristales en forma de gotas de lluvia.

Good For You | EN EDICIÓN Where stories live. Discover now