—Así que ahora ve y haz mi cama. —Jackson lo asesinó con la mirada

—. ¿Qué? Eres mi jodido esclavo —bromeó, emulando sus palabras— Ve y haz mi cama.




Sin decir nada, volvió por las escaleras; era un hombre y de palabra, así que le haría la dichosa cama a ese ruloso. Cuando bajó de nuevo a la sala, el almuerzo ya estaba listo, mejor, tenía un hambre atroz, pero cuando se sentó a la mesa escuchó la molesta voz de su "amigo".



—Gracias Kira, pero Jackson me servirá la comida...

—¡Rulos! —explotó Jackson que hasta ese momento había contenido sus palabras— ¡Déjame comer en paz! ¡Kira esta sirviendo!

—Pero no, quiero que me sirvas tú.

—¡Maldito jodido! ¡Serás cabrón! —Jackson no tuvo más opciones que ponerse de pie y obedecer.



Kira no entendia. Todos observaron la escena, estupefactos, Liam se quedó con un pedazo de pescado en la boca y Scott solo pudo murmurar.



—¿Qué pasó? ¿Perdiste, Jackson? —Aquello era obvio.

—No, Mccall —respondió Jackson hiriente—, solo lo hago por el placer que me da servirle la comida a este ruloso pecho frío —finalizó con sarcasmo.

—Muy bien, Jackson, puedes sentarte.

—Te borraré esa sonrisa —masculló entre dientes antes de retirarse a su lugar.


Kira, que seguía sin entender nada se quedó de pie observando la extraña escena, pero cuando notó que ya todos estaban comiendo se retiro. El almuerzo transcurrió en un atípico silencio.



Los pedidos siguieron con el correr del día, Isaac se vengó de todas y cada una de las que le había hecho Jackson, y se desquitaba pidiéndole hasta las cosas más absurdas, pero cuando se hizo la noche y el castigo a punto de finalizar, el ruloso tuvo un último pedido, después de todo Jackson había hablado de esclavitud sexual.



—Jackson. Ve y prepárame el baño.

—¿Eh? —Jackson creyó que ya podía respirar mas aliviado después de la cena, pero solo era el comienzo de algo grande. Sí, algo descomunalmente grande y temible.

—Aun faltan dos horas para que termine el día. Ve y prepara la bañera con agua tibia, tirando a fría y no te olvides de la espuma.



Dejando de malos modos el control remoto sobre el sillón, no sin antes fulminarlo por enésima vez en ese día con la mirada a su querido amigo, subió las escaleras y se metió en el cuarto del ruloso para prepararle su mugroso baño.



Apenas terminaba y ya el molesto ruloso estaba en su cuarto, cerró la puerta de la habitación y con una mirada algo extraña, sin portar esa burlona sonrisa se acercó más a él.



—Desvísteme.



Aquello sonó por demás provocativo.



—¿Qué dijiste, rulos?

—Eres mi sirviente, quiero darme un baño. Quítame la ropa... —aclaró con tono obvio.



Como poseso Jackson salió del marco de la puerta del baño y se acercó a su amigo para seguirle el juego. Con lentitud desabrochó los botones de la camisa, se la quitó con cuidado y le tocó el turno al pantalón. Fue un momento en donde Isaac se quedó sin aire y en donde Jackson detuvo sus movimientos.



Desabrochó el botón de ese pantalón y el cierre hizo su trabajo deslizándose apenas hacia abajo, tarea que el esclavo completó sin llevar las manos más allá de lo permitido por el amo. Deslizó el pantalón por las piernas del ruloso, quien levantó una y luego otra. Las pantuflas ya las había dejado antes de entrar al cuarto.



Solo en ropa interior, así quedo el ruloso.



—¿Qué esperas? Termina tu trabajo —pidió luego de varios segundos de pesado silencio.



De nuevo Jackson se agachó lo suficiente y posando las blancas manos sobre las caderas de su amigo deslizó con suavidad la ropa interior. Intentó no mirar, pero fue más fuerte que él, y allí se encontraba "dormido", su suculento miembro.



—¿Ya está el agua? –Isaac notó que su amigo se había perdido en sus pensamientos observándole el pene.

—Sí, nunca se fue —bromeó Jackson con un hilillo de voz.

—Bien. Ven conmigo.



Aquello fue aun más provocativo que lo anterior.



"Ven conmigo"...



Sintió que el aire de la atmósfera se había agotado, aun más al ver caminar de espaldas al ruloso, con el trasero expuesto, la espalda bien formada y la cabellera castaña.



—¿Qué quieres, rulos? —Había sonado más como un ruego: "Por favor, no me tortures así"

—Que me bañes —respondió Isaac con obviedad metiendo un pie en la bañera y luego otro, se sentó y observó con una sonrisa a su sirviente.



Pues bien, si el ruloso quería un baño, él se lo daría. Eso pensó Jackson haciéndose el autosuficiente. Se arrodilló a un costado de la bañera y buscó la esponja la cual cargó de jabón líquido. Con parsimonia la deslizó por la espalda del ruloso, humedeciendo todo a su paso, hasta que llegó a la parte baja de la espalda y ahí sí, no pudo evitar exhalar un gemido que intentó reprimir sin éxito.



El miembro, dolorosamente encerrado en el pantalón, le pedía a gritos la libertad momentánea. Momentánea, porque moriría por estar preso dentro de Isaac.



Cuando Jackson continuó con su labor por el pecho de Isaac, no pudo ni quiso evitar deslizar "casualmente" los dedos por esa blanca piel, cubierta de heridas.



Llegó al vientre del ruloso, y ahí se detuvo, observando con atención las pupilas del otro, diciéndole con la mirada todo lo que era capaz de hacerle si se dejaba. ¡Al diablo con el estúpido juego!



—Veo que estás un poco duro —sonrió el ruloso y bajó la vista a la entrepierna hinchada de su amigo.

—No te hagas, rulos, que tú también —contraatacó, ahora si dejando caer la esponja para acariciar directamente, bajo el agua y la espuma, el enhiesto pene de su amo.



Un gemido fue lo que le arrancó a Isaac, tremenda caricia tan directa.



—Sigue con tu trabajo —ordenó el ruloso con la voz ronca por el placer.



Pero Jackon mal interpretó su petición, o en realidad no le dio importancia, y con suavidad comenzó a masturbarlo.



—¿Así? —investigó con una media sonrisa morbosa.

—Oh... —se le escapó a Isaac; y quitando esa mano de lugar tan privado se puso de pie desconcertando al otro. Desconcierto que pronto se tornó en una sonrisa de satisfacción.



Cuando Isaac salió de la ducha Jackson se puso de pie e intentó acercarse a él para, quizás, darle un beso, acariciarle el trasero o... arrastrarlo a la cama.



—Quieto con tus manos. Tú eres mi jodido esclavo —sentenció el ruloso al notar las intenciones del otro.

—Ya , estoy que vuelo de la calentura —apuró Jackson.

—Ah, ¿sí? —preguntó con sorna y al recibir una afirmación de su compañero se arrodilló en el suelo del baño.



Tembló de placer cuando sintió las manos de Isaac en su pantalón y lanzó un gemido ronco cuando esas mismas manos, indecorosas y atrevidas, hurgaron ese lugar en busca de su endurecido miembro.



Jackson cerró los ojos y apoyó la palma de la mano derecha en el azulejo de la pared para no caer, mientras que con la otra levantó la camiseta que llevaba puesta, justo cuando Isaac metió sin compasión el pene en la boca.



Las piernas comenzaron a temblarle un poco. ¡Maldición que el ruloso sabía lo que hacía! Y en la mejor parte, cuando Jackson sintió toda la sangre agolparse allí, cuando su miembro estaba ocupando en grosor toda la cavidad de la boca del ruloso, este detuvo tan tortuosa y sublime tarea para ponerse de pie.



—¿Qué haces, Isaac? Sigue —se molestó Jackson.



Pero el mugroso ruloso no le hizo caso, por el contrario lo tomó con brusquedad del cuello de la camiseta y lo arrastró hasta el cuarto, que tampoco quedaba lejos. Observó el reloj de mesa... 22:48 horas.



—Esclavo, aun te queda una hora y doce minutos...



¿Por qué Isaac le estaba señalando aquello? Quizás para que supiera que aún estaban dentro de ese tonto juego.



Todo cambió una vez en la cama, Jackson se quitó la ropa como un rayo y cayó sobre el desnudo y aun húmedo cuerpo de Isaac; atrapó su boca con pasión y desenfreno, tan solo para hacerle saber que tan bueno era.



El ruloso, divertido, disfrutaba del placentero roce de sus cuerpos desnudos, lo dejó a Jackson hacer a complacencia, este deslizó las manos hasta el trasero y se lo aferró con fuerza, solo como una pequeña muestra de lo que le iba a hacer si se dejaba.



Deseoso de más, mordió todo lo que encontró a su paso, mientras seguía su rumbo "destino sur de Isaac", y una vez que llegó allí, el ruloso abrió más las piernas para permitirle al otro acomodarse mejor.



Jackson no se hizo rogar y le demostró a ese ruloso que él era el mejor... Sobó el miembro como si su vida dependiera de ello y no contento con arrancarle sonoros gemidos, bajó aun más y deslizó la lengua por aquella parte tan sensible, a mitad de camino con el pedazo, a mitad de camino con su... sagrado orificio. Ano, Jackson, se dice ANO.



El ruloso se dejó llevar demasiado, sintió como el semen comenzaba a nacer desde sus testículos subiendo a través del tronco, y eso todavía no era bueno, quería esperar un poco más, pero ¡Jackson se lo estaba haciendo muy difícil! Para colmo ahora su lengua estaba "allí" en ese lugar tan... inexplorado.



Jackson sonrió complacido con los positivos efectos que había logrado en su amante, siguió saboreando esa entrada para dilatarlo un poco, pero el ruloso se incorporó.



—Yo también quiero hacer eso... —Además de paso se distraía un poco y no acababa tan rápido.



Colocándose a la inversa de él, siguió con su trabajo. Mientras, el ruloso jugaba con la boca y el pene de Jackson. Todo era tan excitante, que ya ni sabían qué besaba ni qué tocaban, ni qué metían ni qué abrían.



A pesar de que a Jackson mucho no le gustaba que jugasen con esa parte tan privada de él, la lengua del ruloso hacia maravillas allí. Hasta que ¡oh!.. un dedo, bien, no importaba, mientras el ruloso la pasara bien, no había problemas además... ¿por qué negar que ese dedo allí metido era algo... lindo?



Que Isaac supo qué hacer con ese dedo y la mágica próstata, que él sabia de lo que era capaz un solo dedo en el interior de un hombre; pero ¿dos? ¿Quién dijo dos?



Jackson estuvo a punto de quejarse: "¡Ey rulos, qué carajo haces ahí!", pero estaba tan excitado que lo dejó hacer; otra explicación por la que silenció ante ese trato, no hubo.



El ruloso sintió como el pene del otro comenzaba a endurecerse peligrosamente en su boca, y supo que ese era el momento, un tercer dedo invadió la intimidad de Jackson consiguiendo que ese miembro se "tranquilizase" un poco y también que su dueño reaccionase.



—¡Rulos!


—Rulos, me debes una, y grande... —aseveró Jackson levantando un poco el vientre para permitirle a la mano del ruloso hacer mejor su labor, sin darse cuenta que aquel pequeño e inocente vaivén fue lo que Isaac necesitó para acomodar el pene en la entrada apenas dilatada.

—¿Ya lo habías hecho por aquí? —preguntó ejerciendo un poco de presión en el orificio.

—¿Por quién me tomas, por Stiles? Obvio que NO —negó Jackson algo... asustado. Sí, ¿por qué negarlo?

—Respira... —Le aconsejó Isaac— Toma aire... —Y despacio comenzó a meter el pene— ¿Lo sientes, Jackson? Yo siento como poco a poco... —habló con suavidad, susurrándole apenas en el oído— tu culo se abre para recibirme.

—Oh... —Se le escapó un suspiro y en ese momento se odió.

—Te está gustando. ¿Has visto? Se siente muy bien, ¿verdad? —Isaac se las arregló para colocar con las rodillas en la cama a su amante, a pesar de que este se rehusó un poco a hacerlo.

—Isaac... así no... —Se sintió estúpido y cursi al decir eso.

—Bien. Yo quiero verte la cara —Isaac salió despacio del interior de Jackson y lo colocó boca arriba— quiero ver la cara de puto que pones cuando te la meten en el culo.



Jackson estuvo a punto de quejarse, de golpear a ese mal nacido por decirle eso, de irse de ese lugar dejándolo caliente pero... no lo hizo. Sencillamente no lo hizo. Sino todo lo contrario, como un idiota se quedó allí y aun peor abrió las piernas para recibirlo, sumiso, callado, excitado... Jodida y peligrosamente excitado.



¿Y que había sido de Jackson? Pues, no supo cuando, pero en algún momento, en algunas de esas alocadas estocadas, su miembro se descargó sobre el vientre de ambos. Fue todo tan confuso, que no recordó con exactitud cuándo había acabado, cómo y cuántas veces.



—Maldito abusivo. Son las 00:10 horas... ¡Me robaste diez minutos! —se quejó.



Isaac se incorporó apenas, con una sonrisa de satisfacción en sus labios, y besándole en la boca.



—Bueno, te devuelvo esos diez minutos.

—Con recargo, más IVA... porque no te follaré solo diez minutos.

—Cerdo —rió Isaac—. Ah, y por cierto... no gané en buena ley —Esa era la parte más divertidas de todas. O bueno, la segunda, porque lo que había hecho recién con Jackson era sin dudas mucho más "divertido".

—¿No... ganaste?

—No, porque a Kira ya no le gusta Scott —dijo y el rostro de Jackson de asesino serial lo dijo todo —: Le pague para que lo hiciera.



Isaac empezaron a reír. Luego se dejó arrastrar al baño para darse una ducha. Lanzó otra carcajada cuando notó el lento y gracioso caminar de Jackson. Y una vez en ese baño comenzaron de nuevo, nada más que con los papeles invertidos, sin apuestas de por medio. Uno el esclavo y el otro el amo.  


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