Not Another Teen Wolf WhatsApp #Wattys2016

Postres II (Sterek)

Derek no era muy aficionado a las lágrimas. Él mismo había dicho más de una vez que no había llorado en años y aunque aquello fuera cierto, no significaba que no supiera que, a veces, llorar era necesario y estaba bien.

De todas maneras, no era algo que él se permitiera de buenas a primeras. No era algo que le gustara ver hacer a las personas que quería, admiraba o respetaba.

Así que cuando encontró a Stiles en un rincón, con la frente y las manos en la pared y los hombros subiendo y bajando como si tuviera hipo, lo primero que hizo fue darse la vuelta y marcharse de allí.

En un principio no quiso saber qué pasaba. Lidiar con las lágrimas no era lo suyo. Pero en menos de dos minutos ya le había dado tantas vueltas al asunto que, contra su propia voluntad y chistando, se fue a la cocina a buscar el maldito yogur con frutas del bosque que tanto le gustaba a Stiles.

Había tenido que volver a la cocina a por una cucharilla y después había montado guardia cerca de la esquina del pasillo donde lo había encontrado, tras una cortina.
Esperó unos minutos, pero los acallados llantos de Stiles no parecían acallarse, así que al final descorrió la cortinas y le dio la vuelta, poniéndole el yogur en las manos.

Stiles lo miró de arriba a abajo.

—¿Qué...? —preguntó, mirando el yogur sin entender.

—Cómete eso y deja de llorar, estás feo cuando estás triste. —dijo Derek, con los brazos cruzados.

Stiles frunció el ceño, con la nariz roja y los ojos hinchados y vidriosos.

—¿Te parece esta la cara de alguien triste? —preguntó mientras se rodeaba la cara con el índice.

Derek frunció el ceño, tensándose un poco más. Tenía que ser una de esas preguntas trampa.

—¿Sí? —preguntó.

Stiles suspiró y abrió el yogur, llevándose una cucharada a la boca con el ceño fruncido y tragó antes de explicar.

—Han llamado, han encontrado a mi padre, está vivo —explicó sin más—. Qué bueno está este yogur, demonios.

Stiles dio una segunda cucharada y se limpió las lágrimas con el dorso de la mano, intentando inspirar por la nariz sin mucho éxito.

—¡Hoy es un buen día! —dijo mientras se largaba emocionado.

Derek miró a la pared. Miró a Stiles marchándose y apretó los dientes, sintiéndose estúpido.

—Te juro que no te entiendo... —murmuró.

Stiles se asomó por el recodo por el que acababa de girar.

—Es el misterio lo que te mantiene atado. —canturreó antes de irse despacito, con una sonrisa bien ancha en los labios.