Papá Noel

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Diciembre menguaba. Más de la mitad del mes había transcurrido y en el loft de Derek desbordaba entusiasmo y alegría por las próximas fiestas, sin embargo, no todos se sentían felices. Había alguien, uno de ellos, que estaba nostálgico, triste. Su mente viajaba varios años atrás cuando su madre adornaba el árbol de navidad y preparaba una deliciosa cena.


Sentado en el alfeizar de la ventana su mirada se perdía en la lejanía del tiempo. Casi no se percataba del bullicio a su alrededor.

De pronto dijo más para sí que para los demás

- Está nevando

Sí, nevaba. Igual que en el pasado, en su infancia, los años más felices de su vida.

Ni cuenta se dio en qué momento salió del loft. Simplemente sintió los copos de nieve acariciando su rostro. Levantó los brazos, alzó la cara y abrió la boca para disfrutar de ese sabor que le recordaba su niñez.

Desde el loft, los demás lo miraban sin extrañarse demasiado. Desde tiempo atrás habían aprendido que Stiles justo unos días antes de navidad su corazón encerraba sus sentimientos en una caja de cristal ya que estas épocas le recordaban a su madre.

Todos le daban una mirada rápida, para reconfortarlo, pero había alguien que no lo miraba igual que los demás.

Aunque su corazón sentía algo completamente diferente se negaba a mostrarse débil delante de la gente, así que no desperdició más de dos minutos en mirarlo, sin mucha curiosidad, más bien con fastidio, sin embargo, en cuando se encontraba solo suspiraba cada vez que lo veía pasar. Buscaba cualquier contacto. Se divertía cabreándolo y jugueteando con él.


Después de un tiempo, Stiles volvió al loft. No dijo nada y subió directo a una habitación. Saco de una hermosa caja su tesoro más preciado. Una bella cruz de oro, incrustada de pequeñas perlas y piedras preciosas. Pero no era el valor material lo que le interesaba de esa joya, sino el valor sentimental, pues era el único recuerdo de su querida madre.

Lo tomó delicadamente entre sus manos y lo beso con cariño. Una a una las lagrimas se hicieron presentes. A pesar de los años que habían pasado desde que su madre partio, todavía lo recordaba como el primer día. Todavía veía a su madre en sueños, sonriéndole, diciéndole que no tuviera miedo y pidiéndole que fuera feliz.

...Ser feliz...

Desde aquél fatídico día no lo había sido en realidad, viviendo solo con su padre.


Sacudió la cabeza. No quería recordar ese episodio de su vida. No quería volver a sentirse triste. No ahora.

Se recostó llorando en su cama y se quedó dormido con el crucifijo en la mano.

Llegó la hora de cenar.

- ¿Dónde está Stiles? - Preguntó Lydia

- Seguramente holgazaneando por ahí - respondió Derek con algo de rencor

- Haz el favor de ir a llamarlo

- ¿Y yo porqué? No soy paloma mensajera

- Porque si no te vas a quedar sin cena -dijo Lydia con un tono tan seco que Derek fue enseguida en busca de Stiles.

Subió en su busca, refunfuñando durante el corto camino del comedor a la planta alta donde se encontraban las habitaciones.

Tocó y no recibió respuesta. Abrió la puerta y lo miró dormir pacíficamente con el crucifijo en las manos y una lagrima alojada en su mejilla.

Estuvo a punto de pegarle un grito, pero su expresión era tan pacífica, tan tranquila, que simplemente cerró la puerta regreso al comedor.

- ¿Y Stiles? - Preguntó Lydia

- Esta dormido. No quise molestarlo

- Pero, se perderá la cena - replicó Liam y se levantó con el propósito de subir por el castaño. Derek lo detuvo por un brazo.

- ¿A dónde crees que vas pequeñajo?

- Voy a buscarlo

- Mas te vale que no. Déjalo

- Pero ...

- Yo le subiré la cena más tarde

Todos lo miran incrédulos. Inclusive Malia, quien ayudaba a Lydia a traer los platos, lo miró e hizo un comentario burlón.

- ¿El orgullos Derek se ofrece a llevar la cena a Stiles? Vaya, eso no se ve todos los días

- Mejor calla coyote, que solo estoy haciendo una buena obra para merecer mi regalo de navidad

Lydia se escudó en la espalda de Malia para reír por lo bajo.

<<vaya, esta sí que es una época de milagros>>

La cena pasó en un cordial silencio. Scott y Liam se lanzaban miradas que no pasaban desapercibidas para los demás, que simplemente se hacían los que no se daban cuenta y trataban de ignorarlos.

Un par de horas más tarde Derek preparó una charola con un plato de comida, un vaso con agua de frutas y pan. Bastante parco, pero era más de lo que se hubiera espera de él. Subió a la habitación y estaba pensando cómo iba a tocar cuando la puerta se abrió.

Un sorprendido Stiles lo miraba con la charola en la mano, sin poder explicarse su presencia.

- Vaya, estas despeinado, hasta que te levantas. Te traigo la cena

Ante la mirada expectante de Stiles y sin esperar invitación Derek entro en la habitación dejando la charola en una pequeña mesa al lado de la cama.

- Qué ¿no tienes hambre? - Pregunto molesto - Porque no te subí la comida por nada

Stiles salió de su estupor y volvió a entrar en la habitación.

- Estoy hambriento. Gracias. Precisamente ahora iba a bajar a ver si había quedado algo

- ¿Eres idiota? ¿Cómo te íbamos a dejar sin cena? No somos tan infames

Derek tenía el don de sacar al joven de sus casillas, lo cual, dicho sea de paso, no era muy difícil.

- No me jodas Derek, hoy no estoy de humor

- ¿Qué te pasa?

- Olvídalo, no es nada

- Vamos, cuéntame. Te he visto triste estos últimos días. Mañana es nochebuena y deberías estar más animado. Si sigues así vas a contagiar tu pesimismo a todo el mundo

Stiles lo miró interrogante. No había rastro de burla en sus palabras, tampoco en su actitud. ¿Acaso estaría realmente interesado en lo que sentía?.Sin embargo no podía confiar en Derek....ni en nadie.

- Mira Stiles, no estoy para estos jueguitos, si me quieres contar me cuentas y si no, pues te jodes pero no quiero que arruines las fiestas para los de ahí abajo entiendes.

Los ojos de Stiles se volvieron más fríos aún de lo que ya eran (si eso era posible)

- Si es eso lo que te preocupa, entonces quédate tranquilo. No les arruinaré la fiesta

- Bien

Derek se retiró y Stiles se quedó con un sentimiento de que se había portado mal con el moreno, pero no podía abrirse y contarle así como así que se sentía solo, melancólico, triste, que extrañaba a su madre. No, simplemente no podía abrirle su corazón aunque moría por hacerlo. Durante varias noches había soñado que los brazos del moreno lo consolaban, que sus besos limpiaban sus lagrimas.. Sacudió la cabeza. Tenía que sacarse esas ideas que lo volvían loco. No podía seguir así. Tal vez lo mejor era alejarse. Irse por un tiempo.

Ni siquiera probó la cena. Preparó su pequeña bolsa de viaje, esperó a que todos estuvieran dormidos y salió silenciosamente del loft. de dirigirse hacia la avenida para tomar un taxi que lo llevara al aeropuerto cuando estucho una voz a su espalda.

- Me prometiste que no les arruinarías las fiestas, y te marchas como si nada. ¿Cómo crees que se sentirán mañana cuando te busquen y no estés? Ni siquiera te tomaste la molestia de escribir una nota

- ¿Acaso me espías Derek?

-¿Qué otra cosa puedo hacer? Fui, contra todos mis principios amablemente y te pregunté qué carajos te sucede y tú simplemente me diste la vuelta. Sé que algo te pasa pero no puedo obligarte a hablar conmigo pero tampoco voy a permitir que hagas una tontería

-Y por qué te imaginas que irme es una tontería

Derek lo miró con inteligencia. En su rostro apareció su clásica sonrisa torcida. Por un momento su cicatriz brillo a la luz de la luna.

- Bueno, ¿tú te crees que soy idiota o qué? Te conozco. Sé que estas pasando por algo difícil. Te sientes solo. Te sientes diferente. No sé por qué coño no te sientes parte de esta manada. ¿Acaso todavía no lo entiendes? Todos aquí te quieren..........te queremos.

Stiles por primera vez miró directamente a los ojos de su compañero, quien le sostuvo la mirada sin un parpadeo. Una vez más en esa noche, no fue capaz de encontrar ningún signo de burla en su mirada. Inclusive, por un momento, le pareció ver un dejo de tristeza.

-¿Te extraña que pueda entenderte? Hace un rato entré a tu habitación y sostenías en las manos la cruz que te obsequió tu madre. Tu actitud ante la nevada de hoy. Las fiestas próximas. No Stiles....no soy estúpido y ya te he dicho que te conozco bien

El más joven agachó la cabeza. Había sido descubierto y nada menos que por Derek. Si hubiera sido Scott no le hubiera costado tanto trabajo hablar con él. Pero Derek.....De inmediato se puso a la defensiva.

-¿Sabes qué? Lo que haga o deje de hacer no es asunto tuyo.

Trató de esquivarlo, pero él mayor le impidió el paso.

- No voy a permitir que te vayas.

Sin responder, una vez más trato de avanzar, y nuevamente Derek le impidió el paso.

- Te lo advierto lobo sarnoso, no estoy para juegos y quiero pasar, así que apártate.

- Y yo ya te he dicho que no te vas a ningún lado.

El puño del menor se dirigió a la cara del moreno, pero el golpe no llegó a su destino. Una fuerte mano sostuvo su muñeca causándole algo de dolor. Esa misma mano torció su brazo inmovilizándolo en su espalda. Escuchó la voz del pelinegro en su oído.

- ¿Por qué no entiendes que no quiero que te vayas? Tu sabes como soy, no acostumbro a rogar, pero si eso es lo que quieres está bien. Por favor....no te vayas.

Esas simples palabras lo dejaron sin habla. Ni siquiera sentía dolor en su brazo. No podía pensar en nada que no fuera el murmullo de la voz de Derek en su oído, retumbando en su cabeza.....no te vayas"

- ¿Tu......no quieres que me vaya?

- ¿Eres imbécil o que pasa contigo? - le dijo soltando su brazo

Stiles volteó y se abrazó al moreno, quien al principio no supo cómo reaccionar, pero después de un momento lo rodeo con sus brazos acunándolo por varios minutos.

-Ya sé que para ti este frío es apenas nada, pero yo me estoy congelando ¿te importa si volvemos al loft?

Stiles sonrío y sin más palabras siguió a Derek dentro del loft. Derek lo acompañó a su habitación "solo para asegurarse que no escaparía de nuevo"

Al entrar vio el plato de la cena intacto. Miró al menor con severidad y sin decirle nada calento la cena.

- Te advierto que no soy un microondas, y que esto no se repetirá, así que será mejor que te lo comas ahora mismo

Diciendo esto salió de la habitación para dirigirse a la propia.

Stiles se sentó a comer sintiendo una calidez en su corazón que hacía tiempo no sentía. Terminó de cenar, se lavo los dientes y se acostó. Pero no se durmió de inmediato. Las palabras de Derek no se apartaban de su pensamiento: "¿Por qué no entiendes que no quiero que te vayas? "

Con ese feliz pensamiento al fin se quedo dormido.

Despertó tarde el siguiente día. Había un gran alboroto por toda el loft con los preparativos para la cena de navidad. Al bajar a la cocina se encontró con Lydia y Kira volteando la cocina patas para arriba preparando el pavo, la pasta, ensaladas y quien sabe cuántas cosas más.

Tratando de no molestarlos demasiado se sirvió un plato de cereal con leche y frutas, lo comió rápidamente y salió de la cocina para no estorbar.

- Vaya, hasta que te levantas. Deja de holgazanear y ayúdanos con esto Stiles

Era la voz de Liam que estaba hecho un lío con las luces del árbol. Scott lo miraba divertido mientras limpiaba las esferas y los adornos, pero sin la más mínima intención de ayudarlo.

Stiles se acercó sonriendo a sus compañeros, buscando con la mirada a Derek, pero sin atreverse a preguntar por su paradero.

Algunos focos fundidos y varios minutos después, al fin el árbol había quedado presentable.

Stiles se había hecho cargo mientras Liam y Scott adornaban el resto del loft, colocando las medias con sus nombres en la chimenea, coronas de pino y dulces en las puertas y guirnaldas en las paredes.

Entre los adornos y la preparación de la cena comieron algo rápido. El día se fue volando y cuando se dieron cuenta sus demás compañeros estaban a punto de llegar.

Subieron a prepararse. Bañados, perfumados y vestidos con sus mejores trajes todos, excepto Derek que había desaparecido, estuvieron a tiempo cuando el timbre sonó. Eran Isaac y Jackson que llegaba con una caja enorme. De inmediato Liam comenzó a brincar a su alrededor preguntando si ese enorme presente era para él, hasta que Jackson le soltó un trotazo que lo hizo quedarse en paz ante las miradas divertidas de sus compañeros.

Todos disfrutaban la velada excepto Stiles que se preguntaba donde podría estar Derek.

Ya estaba acostumbrado a sus idas y venidas sin explicación y sin razonamiento alguno. Era como el viento. Un momento estaba ahí y al siguiente ya no. Pero no podía creer que se hubiera ido en esa fecha, especialmente después de que le había pedido que no se fuera.

La hora de la cena llegó. Todos pasaron al comedor y quedaron asombrados ante la exquisita mesa que Lydia y Kira habían preparado.

Aunque Stiles trataba de disimular la decepción que sentía, Scott no pudo dejar de notarlo. Conocía demasiado bien al castaño como para que su mirada triste y su mudez extrema pasaran desapercibidos.

- Ya llegará

- ¿Quien?

- Aquel a quien esperas

- No espero a nadie – respondió Stiles tratando de escucharse despreocupado

- Jajaja, esta bien, de todas formas llegará

El pálido rostro de Stiles se coloreo de inmediato al darse cuenta de que su amigo conocía, incluso mejor que él mismo, sus sentimientos hacia Derek, pero hizo caso omiso al comentario y se dirigió al comedor. Acababan de sentarse cuando se escucho el timbre de la puerta. Stiles se levantó de inmediato.

- Yo atiendo -dijo y salió disparado hacia la puerta.

Ahí estaba......vestido con un ridículo traje de Papá Noel. Con barba y bigote y cargando un enorme costal. Entró al loft con el clásico JO JO JO ante la mirada sorprendida de todos quienes por un momento se olvidaron del apetitoso pavo que esperaba a ser trinchado.

- Derek...... - suspiro Stiles quien luchaba por contener las lagrimas.

- Acérquense. Traigo presentes para todos

Liam fue el primero en acercarse y al intentar meter la mano en el saco recibió un manazo por parte del hombre vestido de rojo

- No seas impaciente pequeñajo. Los invitados van primero

Increíblemente no había olvidado a ninguno. Pero dejó al final a sus amigos.

Liam recibió el último y más novedoso videojuego para el Xbox. Isaac un nuevo Pegaso de peluche. Lydia un frasco de perfume muy caro. Scott un disco de muse que había estado buscando y no había podido conseguir....y al final Stiles.

**
Cuando tuvo la pequeña caja entre sus manos su corazón latía apresuradamente. Los dedos le temblaban y no podía deshacer el nudo del listón que la amarraba. Una vez más, otras manos sostuvieron las suyas.

- ¿Necesitas ayuda?

Derek desamarró la cinta y le entregó la caja. Dentro había una preciosa cadena de oro.

- Sería bueno que trajeras la cruz de tu madre en el cuello ¿no crees?

- Yo.....yo.....

- ¡Anda! –Dijo en tono de burla– que ahora además de lento te has vuelto tartamudo

Stiles enrojeció ante el comentario de Derek. Estuvo a punto de responder con una majadería, pero se dio cuenta de que esa era la forma que tenía Derek de expresarle que lo quería. Suspiró tomó aire y comenzó de nuevo.

- Yo también tengo un presente para ti.

Fue hasta el árbol y tomo una caja de tamaño mediano, envuelta con papel rojo brillante y un enorme lazo blanco, con una tarjeta que simplemente decía "gracias"

Rompiendo el papel en pedacitos Derek abrió la caja que contenía nada menos que 50 bombones de chocolate sus favoritos.....

Sus ojos brillaron codiciosos como los de un niño. No esperó. Abrió la caja y comenzó a devorarlos sin siquiera ofrecer uno a sus compañeros que se quedaron mirándolo divertidos.

- ¿Qué?

- No, nada - dijeron entre risas.

- Disculpen, pero la cena se enfría - anunció Jackson desde la puerta, muy serio como siempre y con una mirada algo triste al ver la cantidad de presentes que se habían repartido y que ninguno se había acordado de él.

- Eh Jackson, también tengo algo para ti - dijo Derek.

- Olvídalo - dijo Jackson temiendo alguna broma de mal gusto por parte de Derek.

-Anda tómalo. Te gustara- insistió maliciosamente el mayor quien se quedó parado al lado de Jackson esperando que abriera su regalo.

Eran una par de camisas muy buenas. - Ya necesitas cambiar esas camisas que ya están mas vistas que nada.

Derek sin esperar más se dirigió a la mesa donde se sentó al lado de Stiles, quien por debajo de la mesa acarició la pierna de su compañero. Derek lo miró sorprendido, pero no dijo nada. Simplemente bajó su mano y entrelazó los dedos con los de Stiles.


Era el preludio de la mejor navidad que ambos habían tenido y de las que a partir de ese día, tendrían.  


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