Macarrones Con Queso

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Pensé que estas vacaciones serían cosa más tranquila y tendría tiempo :S

¡Parece que no, pero les escribí un capítulo!
(Anna en la foto)
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Sonreí con la mejilla pegada a la almohada, Tom me besaba el hombro en un intento por hacer que me levantara de la cama; un minuto antes su alarma había sonado, estábamos de nuevo metidos en el entrenamiento, solo que habíamos hecho unos cuantos cambios.

Suelo adelantarme... lo que ocurrió fue que yo me estaba volviendo loca en casa, estaba escribiendo pero me la pasaba molesta y frustrada porque seguían pasando los meses y no me perdía ni uno solo de mis periodos. Como si mi cuerpo se pusiera en mi contra, me había convertido en un reloj suizo... Tom me había visto empezar a perder la cabeza y no le agradó lo que vio.

Un día, hacia un par de meses me pidió que lo acompañara a un partido de baloncesto con él. Sus amigos querían ir y tenía entradas para dos, solo que yo no tenía muchas ganas de asistir; le había dicho que me quedaría en casa, y planeaba hacerlo para escribir unas cuantas páginas más.

- Anna, ¿por qué no vienes conmigo? - me preguntó desde su sitió favorito en el sofá.

Yo estaba sentada en el suelo con Olly tumbado a mi lado mientras escribía.

- ¿A ver el baloncesto? - Fruncí el ceño y dejé las manos a las orillas del teclado de mi portátil.

- Claro, ¿por qué no? - Me respondió, - sabes que mis amigos te aman.

Bufé, desde que Tom estaba descansando, sus amigos nos visitaban con mucha frecuencia. No me molestaba porque en realidad yo tenía pocos amigos de verdad en Vegas, y los suyos eran bastante agradables; además, les gustaba ir a pasar el rato viendo el fútbol - que Tom no entendía muy bien aún, pero al menos había tomado interés en el deporte desde que nos casamos.

- Solo les agrado porque les preparo comida y los dejo venir aquí a hacer barbacoas los días de partido... - Le dije a Tom.

Dejando caer mi cabeza sobre la orilla del sofá a mis espaldas le eché un vistazo, él estaba sentado en la orilla opuesta con el control de la televisión en la mano y una botella de agua en la otra, sus piernas cruzadas como en escuadra.

- Te adoran, ¿Y qué? - Me dijo al mirar su enorme y pesado reloj. - Anda, ven.

Miré la pantalla del computador y suspiré, llevaba algo así como diez minutos re escribiendo una oración. Lo volví a intentar.

"Martin se dio la vuelta en dirección a Hanna." No me gustó, Hanna estaba en ese momento viendo su teléfono mientras Martin la observaba; en su fuero interno se estaba preguntando qué la habría hecho volverse tan fría y distante y eso era exactamente lo que debía reflejarse en esa oración.

Volví a intentarlo. "Hanna ignoró la mirada de Martin." Tampoco me gustó. Cerré los ojos, estaban secos y me ardieron un poco cuando parpadeé.

- Anna... - Tom volvió a llamarme, ya sabía que a veces era como si yo estuviera en otro mundo cuando estaba escribiendo.

"Martin observó a Hanna, ella estaba ahí, pero a la ves no." Lo odie.

- Lo decomiso.

La pantalla de mi portátil se cerró y antes de que pudiera cogerla con las manos, Tom ya la tenía bajo el brazo. Le puse mala cara y me levanté de un salto mientras el daba largas zancadas, alejándose con mi vida debajo del brazo.

- ¡Necesito terminar! - Le grité cuando lo vi entrar en la habitación. - ¡Tom!

- No, siempre haces eso. - Me acusó sin darse la vuelta. - Me dices que vas a terminar pero siempre sigues y sigues.

Memorias (Tom Kaulitz Fanfiction)Where stories live. Discover now