D.S ~ [ Reescribiendo Desde Cero ]

Sospechas

Sentada en la cama Lucy miraba el disco y la carpeta que le había robado al D.S. Temblaba, sudaba y se mordía las uñas de lo nerviosa que estaba. Se estaba arrepintiendo totalmente por lo que había hecho, si el D.S se da cuenta que falta algo pasaría diez años —es el número de años que se debe paga por robarle a un D.S— de su vida en la cárcel.

Grito y se rasco la cabeza desesperada. "Son muchas cajas como para que se dé cuenta que falta algo tan insignificante como un disco y una carpeta", pensó muy confiada.

Se levantó de la cama y con el disco en mano fue a la mesa donde se encontraba su laptop. Con brusquedad inserto el disco en el dispositivo y espero que la computadora lo leyera, de repente la pantalla se puso negra. Lucy movía el mouse y tecleaba varias veces el pulsador Escape pero no funcionaba.

Cuando estuvo por apagarla la laptop la imagen de una fábrica abandonada apareció en la pantalla. En pantalla aparecieron unas escaleras con varias gotas de sangre seca en cada escalón. El sonido de unas llantas frenar bruscamente hizo que aquella persona que sostenía la cámara girara sobre su eje y se escondiera detrás de un pilar.

Lucy se levantó del asiento y fue al televisor plasma, conecto la computadora al receptor segundos después la imagen apareció en la TV. El video ahora mostraba al D.S de Fuego que había terminado de subir las escaleras oxidadas, Fuego camino hacia una mujer encadenada de las manos y arrodillada en el piso.

—Me mentiste —Fuego dijo esas palabras de manera tan seria que le dio escalofríos a la rubia. La mujer encadenada se rio de una manera muy desquiciada.

—En serio creíste que te daría la dirección verdadera —Volvió a reír de manera escalofriante. Aquella mujer estaba tan golpeada que si la encontraran muerta nadie reconocería su rostro, Lucy no quería ni saber que rayos le hizo Fuego—. ¿Cómo estuvo el desierto? ¿Te bronceaste? ¿Por qué no me dejas ve...?

Fuego la interrumpió con un disparo en la rodilla. En ese momento la imagen se movió, seguro que el hombre detrás de la cámara se sorprendió igual que Lucy. La mujer maldijo al líder de los D.S quien le volvió a disparar pero esta vez en la otra rodilla.

—Tus gritos no me sirven de nada —dijo guardando su pistola, se agacho a la altura de la prisionera y le sujeto de las mejillas obligándola a verlo—. ¿Vas a decírmelo o te mato de una vez por todas? —La mujer le escupió—. Como tú quieras.

Soltó el rostro de la miserable mujer y camino hacia una mesa metálica donde se puso unos guantes de mecánico, y agarro una caja de fósforos. En otro punto de la cámara se podía ver la mujer negando con la cabeza y parecía que estaba rezando, hasta que movió un poco su cabeza y se quedó mirando directamente hacia la cámara.

—¡Ayuda! —Le grito al camarógrafo. La imagen cambio al piso; el tipo se había ocultado.

—Nadie te va ayudar —Después se escucharon los pasos del D.S y el sonido de las cadenas moviéndose junto el grito de dolor de la tipa—. Nadie conoce esta dirección, ni lo sabrán, de igual manera con tu cadáver.

La cámara se movió de una manera tan lenta que desesperaba, la imagen que se mostró en el televisor no se borraría de la mente de Lucy por mucho tiempo; aquella señora se encontraba suspendida en el aire y a su alrededor el D.S había tirado un montón de hojas y hierba seca.

—Ahora empezamos con tu verdadera bienvenida —anuncio.

El D.S, con el galón de gasolina que tenía en su mano, roció las cosas en el piso y a la mujer que lloraba por su vida con combustible, cuando se terminó el envase también lo tiro hacia la mujer golpeándola en las rodillas lo que causo que de los labios femeninos emanara un grito desgarrador. Fuego se acercó a la mujer y de su bolsillo saco un Sellador —los D.S lo usan para marcar a sus víctimas antes de su muerte; tiene apariencia de un lápiz labial— lo presiono en la frente de la mujer quien al instante grito, cuando le retiro el Sellador la marca de Fuego quedo en la frente de la criminal.