Someday maybe (Camren fanfic)

Capitulo XVIII

Mi corazón latía fuertemente mientras mis manos buscaban mi celular para poder verificar la hora; Eran las 6 de la mañana, solamente había dormido una hora pero mi avión saldría a las 8, por lo que debía prepararme.

Ella se despertó en cuanto sintió que abandone su cuerpo que antes había estado rodeado por mis brazos, sin ser capaz de alejarme durante lo poco que habíamos dormido.

"¿Qué hora es?" pregunto refregándose los ojos

"Las 6 de la mañana, todavía puedes dormir un poco Camz" respondí sonriendo y dejando un suave beso en los labios.

"¡Mierda! No quiero que te vayas" expreso reflejando tristeza en su voz. Al instante mi corazón comenzó a romperse. No había nada que odiara más que tener que separarme de ella sabiendo que le hacía tanto daño como a mí la distancia.

"Tampoco quiero irme. Detesto tener que separarme de ti después de los hermosos días que hemos compartido" volví a recostarme a su lado enterrando mi cara en su cuello y abrazándola lo más fuerte posible como si aquel gesto evitaría mi partida.

Camila levanto mi cara poniendo su mano en mi barbilla juntando nuestros labios lentamente; Esa era nuestra manera de expresar nuestros sentimientos cuando no sabíamos que más decir. Al besarnos podía sentir el gran cariño que teníamos la una por la otra.

Mis dedos se enredaron en su cabello profundizando más el beso, ella jadeo en mis labios abriendo su boca al mismo tiempo para que pudiéramos explorarnos. No estaba segura de cuánto tiempo había pasado, pero el beso era ahora un poco desenfrenado ya que había terminado arriba de ella hasta que tuvimos que separarnos para conseguir un poco de aire.

"¡Jesús!" jadeo ella "Eres una maldita droga Laur, no puedo parar de besarte"

Mis mejillas se encendieron automáticamente por su revelación. "Eres tú la adictiva Camila." Era plenamente consciente que no podía evitar sus besos, su piel perfecta, su dulce perfume y me preguntaba si alguna vez iba a ser capaz de dejarla ir cuando la sentía total y completamente mía.

Comencé a acariciar con delicadeza el rostro de mi novia mientras contaba los lunares de allí en silencio, por primera vez había prestado atención a sus pequeñas pecas que no eran visibles al menos que mantuvieras la vista fija en ella. Cada detalle de su perfecta anatomía lograba enamorarme más.

"¿Qué estás haciendo?" pregunto ya que mis dedos se deslizaban por su cara.

"Contando tus lunares" sonreímos las dos.

"¿Tengo muchos?" pregunto como si aquello fuera algo malo.

"No demasiados, pero hay uno justo aquí." Señale el costado de su boca "Que a partir de ahora me pertenece" y con cuidado deposite un beso allí.

"Todo mi yo te pertenece mi amor" expreso ella haciéndome estremecer.

Mi vista se perdió en el amanecer que podía apreciarse perfectamente desde mi posición, por la ventana de Camila.

"Parece que es una costumbre nuestra no dormir demasiado cuando estamos juntas" dije con la vista en los hermosos colores del cielo que poco a poco iban cambiando.

"Dormir es una pérdida de tiempo cuando estoy contigo, prefiero mirarte a ti y debo admitir que es una revelación ya que amo dormir" sonrió juguetonamente.

"Sé perfectamente a que te refieres. No necesito comer, ni dormir cuando estoy contigo. Eres todo lo que necesito para ser feliz" finalice.

"Te he dicho que debes dejar de ser tan encantadora mi amor"

"Perdón BEBE" puse énfasis en aquellas palabras sabiendo cuanto le gustaba escucharlas, como yo adoraba decírselas solo a ella.

Al hacer contacto visual nuevamente sentí que las 'abejas' de mi estómago revivían ya que los orbes marrones me miraban como si fuese lo más maravilloso que alguna vez hayan visto haciendo que mi corazón saltara a otro ritmo.