Capítulo 3.

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Justo enfrente.

Cada uno es libre de sentir los sentimientos que quiera sentir, amor, tristeza, paz, ira, vergüenza. Pero muchas veces, uno no sabe que sentimiento lo invade. Pues muchas veces podemos asociar el tartamudear o estar nervioso con la timidez, cuando esto no es así. A veces el hecho de no conseguir vocalizar bien, o el sentir vergüenza de hablar con una persona en concreto, no tiene nada que ver con ser tímido o no.
La timidez se trata de un rasgo de la personalidad que influye en el comportamiento y condiciona las relaciones interpersonales, además de ponerle un límite al desempeño social del individuo.

¿Ustedes no han vivido nunca uno de esos momentos en los que no sabes si deseas alegrarte y saludar al nuevo vecino o quedarte callado y salir pitando de ahí? Me puse tan nervioso que empecé a tartamudear "Bibibibiieeenveveveniniido Lololooogan", y después, simplemente vomité. No pregunten por qué, pero me puse demasiado nervioso al ver a Logan en el salón de mi casa hablando con mi madre.

-Logan tiene 19 años. Él es de fuera, se ha mudado aquí esta mañana para continuar con sus estudios- comenta mamá mientras coloca mi plato de arroz en la mesa.

-¿Tienes 19 años Logan? Me haces sentir canijo a tu lado- digo bromeando, mientras pongo un poco de cocacola en mi vaso.

-Es que eres un canijo Kevin- me dice él, con un tono burlesco, mientras sacude mi pelo.

Mamá le sirve un café. -Muchas gracias doña Gloria-, dice Logan a mi madre.

Un rato después, molesto, subo a mi cuarto. "Esque eres un canijo Kevin" Idiota... ¿Que se cree? ¿Acaso se cree mayor por tener 19 años? Porque no es tan mayor. Y para colmo lo tengo justo en frente.
Al mirar por la ventana de mi cuarto lo primero que veo es su cuarto, a menos de dos 2 metros de distancia.
Me invaden los recuerdos de mi infancia. Cuando era pequeño, antes de que mis antiguos vecinos vendieran la casa, solía pasar varias horas en la ventana hablando con Paul. Él era el único hijo de los señores Montgomery, los antiguos propietarios, y era un chico normal. Pelo negro, piel blanca, y sus ojos eran de un precioso azul turquesa. Era un año mayor que yo, y durante 11 años fue mi mejor amigo y confidente.
Recuerdo que su papá le pegaba siempre, hiciera cosas malas o no. También recuerdo que cuando el señor Montgomery llegaba borracho a casa por las noches, muchas veces entraba al cuarto de Paul y hacía cosas que él no quería. Y yo, en silencio desde mi cuarto, veía como el señor Montgomery pasaba sus manos por el cuerpo de Paul, llegando a extremos que prefiero no detallar. Un día, Paul y yo estábamos hablando sobre el colegio, a través de nuestras ventanas, y de pronto oímos gritos.

-Es mi madre- dijo Paul mientras se levantaba del suelo y salió de su cuarto corriendo.
5 minutos después la policía llegó a la casa Montgomery y se llevaron al padre de Paul, su madre ingresó en el hospital y esa misma noche murió.
Respecto a Paul, sus tíos recibieron su custodia y lo llevaron fuera de España. Desde entonces no he vuelto a saber nada más de él, finalmente, el ayuntamiento se quedó la casa y la puso en venta.

La puerta del cuarto de Paul se abre, es Logan.

-¡Hola canijo! Exclama desde la otra casa.

-Hola pesado- contesto desganado.

-¿Quién iba a decirme a mí que esta casa tendría unas vistas tan bonitas- dice él intentando animarme.

-¿Quién iba a decirme a mí que un chaval de 19 años iba a tirarme la caña de esta manera? Pregunto con prepotencia, intentando molestar a Logan.

-¿Y quién me iba a decir a mí que tendría un vecino tan creido?- dice, riéndose de mí.

Me alejo de la ventana sin contestar, y me siento en mi cama mirando hacia su cuarto.
Logan se ríe -no te enfades canijo- dice manteniendo aún la sonrisa en su cara, y seguidamente desabrocha poco a poco los botones de su camisa.

Sonrio y contesto -no me enfado, pesado-. No puedo apartar la mirada, a medida que Logan desabrocha un botón, mis mejillas enrojecen un tono más, y mi corazón late un poco más deprisa. ¿Qué es esta sensación?

A veces me gustaría estar seguro de todo lo que siento, o no tener miedo de soñar. Igual así sería mas fácil llevar mi vida, sin necesidad de camuflar mis sentimientos fingiendo timidez, o al menos, tener valor para afrontar mis sentimientos y averiguar que es lo que siento realmente. Me gustaría no tener tantos sentimientos hacia la misma persona, pero por desgracia es inevitable luchar contra eso.

~*Hasta aquí el tercer capítulo, gracias por leerlo. Please si te gusta no olvides darle a la estrellita y comentar ^.^ *~

Quisiera detener el tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora