Capítulo 2.

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El nuevo vecino.

A veces en la vida llegan esos momentos que te hacen replantearte tantas cosas sobre tí y tu futuro. Como cuando eres chico y haces caca en el pañal, y te das cuenta de que tú ya no usas pañal... Mejor no pregunten como acabó esa historia...
Pero a medida que te haces más y más gande, hay cosas mucho mas importantes que ese ñordo que escondes bajo la alfombra para que mamá no te riña. A veces hay momentos en los que una simple acción como tomar un café caliente o uno frío, pueden ocasionar un cambio importante en tu vida. O un simple descuido, como tropezar con un chico de ojos preciosos, mientras escribes a tu novia un mensaje que no se sabe que pasó con él. Cuidado, porque alomejor ese café caliente que elijas puede hacer que te quemes la lengua, y esa quemadura puede hacer que la camarera se preocupe en ayudarte y acabéis enamorados, por ejemplo. La vida es complicada, por eso, debes andar con cuidado a la hora de tomar cualquier decisión. Sobre todo si tienes 15 años y lo único que quieres es soñar y ser feliz.

Hoy es otro día soleado. Me despierta la luz que entra por la ventana, que da directamente en mis ojos. Miro el reloj, que marca las 07:00, la hora de levantarse.
Me levanto de la cama y me quito el pijama, seguidamente me dirijo a la ducha. Al salir de la ducha, paso el secador sobre mi pelo castaño, lo peino, y miro mi piel blanca pensando en que debo tomar el sol más seguido.
A continuación vuelvo a mi cuarto, únicamente con unos calzones rosas, y me coloco mis vaqueros azul marino ajustados, una camisa de cuadros y mi polo favorito encima. Vuelta al baño, último retoque en el pelo, 2 litros de colonia, mis vans rojas y, con mi tostada de jamón en la mano, voy de camino a casa de Gigi para recogerla e ir juntos a la escuela. A mitad de camino digo en voz alta: "Soy idiota". ¡No he cogido la mochila! Seré tonto...
Media vuelta, y a por ella.
Al salir de casa, otra vez, miro hacia mi derecha y veo a un hombre entrando en la casa que se vende. No he podido verle la cara, pero vi algo en él que me hacia pensar que ya lo conocía anteriormente. He decidido acercarme y hacer sonar el timbre de la casa, para conocer a mi nuevo vecino. Alargo mi brazo hacia el timbre y, de pronto, mi teléfono móvil suena. Es Gigi, ya es casi la hora y aún no la he recogido. Bah, más tarde me acerco, si el señor va a vivir aquí, ya tendré tiempo de conocerlo.

Son las 3 y acabo de salir del instituto, vuelvo a casa, junto a Gigi. Ya casi pasamos por su casa, un par de minutos y la pierdo de vista. Puaf, yo la quiero mucho, pero hoy esta súper insoportable... Todo el dia "Kevin estas raro" "¿Kevin que te pasa?" "Kevin bla, bla, bla" "Kevin esto y lo otro" "Kevin, Kevin, Kevin". Por fin, ale, un besito y adiós.

Recién llego a casa, estoy entrando. Voy a soltar la mochila en la percha de la entrada y me dispongo a entrar al salón para averiguar de quien es la voz que estoy escuchando, me resulta un tanto familiar. Entro al salón y encuentro a mamá, mirandome de frente. Delante de ella hay un señor con el pelo rubio, sentado, de espaldas a mi, en una silla y hablando con mamá.

-Mira cariño, este es nuestro nuevo vecino- dice mamá con un tono amable.

-Al fin lo voy a conocer-, digo hablando para mí mismo.

En ese momento, el tipo se da la vuelta y dice: -Encantado Kevin, soy Logan, tú madre me ha hablado mucho de ti-.

¡No puede ser! El chico con el que tropecé en el parque es mi nuevo vecino, y lo voy a tener tan cerca... Que casualidades tiene la vida.

¿Recuerdan el rollo que les solté al principio sobre que hay acciones que pueden cambiarnos la vida? Pues comprar una casa también puede suponer un gran cambio, y no solo para la persona que la compra.

~*Hasta aquí el segundo capítulo, gracias por leerlo. Please si te gusta no olvides darle a la estrellita y comentar ^.^ *~

Quisiera detener el tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora