Capítulo 5: Recordando viejos amigos.

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- De acuerdo, Marco. Ya que tu yegua está en celo creo que debería irme.- caminé hacia el lado contrario.

- No, espera-

- ¡Hey, no soy una yegua!- interrumpió, de nuevo, la yegua en celo.- ¡Dije que no soy una yegua! ¡Y tampoco estoy en celo!

Jean es el mejor amigo de Marco, se conocen desde pequeños, y todos saben que Jean está enamorado de Marco. Tanto es así que inventó la historia de que se conocían desde vidas pasadas. Por ejemplo, una vez dijo que ellos dos fueron mayordomos en la mansión de un sicario pero Marco murió en una explosión que hubo ahí y Jean se suicidó por su amor perdido. Es una buena historia para publicar en Wattpad, de seguro a muchos les gustará.

Pero no estoy aquí para hablar sobre Jean. Mi razón de vida tiene nombre y apellido: Marco Bodt. Ah... Lo conocí el primer día de Bachillerato y me enamoré al instante. Sus ojos, su voz, su sonrisa... Es como un Ángel...

- Agh.- me quejé por el repentino dolor de cabeza.

- ¿Estás bien?- preguntó una chica rubia.

- Sí, no te preocupes.- respondí. No sabía quién era pero parecía buena persona.

- Genial. Vámonos Christa.- habló la voz de otra chica, una morena con pecas.

- Adiós, chica.- se despidió la rubia. La morena sólo me miró de una manera amenazante.

No sé sus nombres, de hecho, nadie los sabe pero todos las conocen como "las chicas que se besaron el primer día de clases".

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Entré a mi salón y ahí estaban Eren y Armin. Los saludé y me senté en la última banca, no porque fuera antisocial si no porque el maestro era algo estricto y nos ordena por orden alfabético y mi apellido es con "Z".

- Muy bien, mocosos. Hoy veremos un nuevo tema así que presten atención porque no lo voy a repe-

- ¡Maestro!- interrumpió Eren, levantando la mano como si fuera niño de primaria, sobresaltando al maestro y haciendo que, como siempre, se mordiera la lengua.- No terminó de explicar el tema anterior.

- ¡Es cierto!- en seguida, le siguieron otros compañeros.

El maestro podía ser despistado pero no era tonto. Miró de una manera amenazante al único chico del salón cuya inocencia aún no era corrompida por su mejor amigo.

- Armin.- nombró el maestro.

- ¡Presente!- gritó el chico un poco nervioso.

- ¿Es cierto lo que dicen tus compañeros?

- S-Sí. N-Nos que-quedamos en la- la- la primera lección.

- De acuerdo.- el maestro borró lo que había puesto en el pizarrón y escribió la lección que ya habíamos visto.

Ay, Eren, pensé. Eres un genio.

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Regresé a casa y tiré mis cosas hacia un lado y mi ropa hacia otro lado. Caminaba semidesnuda por toda la sala hasta llegar a la primera puerta. Al abrirla me encontré con mi habitación aún a oscuras pues olvidé abrir las cortinas en la mañana.

- Agh.- me quejé y me dejé caer en mi cómoda cama con mis suaves sábanas que ansiaban darme su calor desde la mañana. Entonces me dormí.

Desperté cuando, literal, no podía ver más allá de mi nariz... Ni siquiera podía ver mi nariz. Encendí una lámpara de mi mesita de noche y abrí las cortinas para ver qué tan de noche era.

Salí de mi cuarto y fui a la cocina, había una nota pegada en el microondas escrita con la letra de Hanji:

Querida (TN):

Debo salir de viaje por trabajo, es probable que regrese dentro de unos meses. Obligaré a Mike a que te haga de comer.

XOXO, Hanji<3

Pd. Te quedarás con el enano gruñón el tiempo que esté afuera.~

Te amo-3-

Khé?!

¿Quién es "el enano gruñón"? Se lo preguntaré a Mike en la mañana, tal vez él sepa.

Hablando de Mike... Dentro del microondas habían unos espaguetis con queso, los cuales comí a gusto, y el tarro de azúcar lleno otra vez para prepararme un delicioso café. La mejor noche de mi vida.

Cuando regresé a mi habitación saqué un papelito de debajo de la puerta, Mike siempre pone sus notas ahí, y lo leí:

(TN):

Vi tu ropa tirada y te la dejé hecha bulto junto a la puerta. Me da miedo entrar a tu habitación y encontrarme con una decoración hecha con piel humana pues a Hanji le gustan ese tipo de cosas y tú te pareces mucho a ella.

Hay comida en el microondas. Come.

No entres a mi habitación, estoy durmiendo. La hora de sueño es sagrada y más para los adultos.

Te quiero, hija.

Buenas noches.

Mi padre siendo tan expresivo como siempre.

Volví a tirarme a la cama para esta vez caer en coma, esperando la llegada de esas horribles pesadillas que me atormentan cada noche desde que llegué aquí.

Después de tus Alas: Mi Hilo Rojo (Levi y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora