Capítulo 20: Decisión

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Pov Samuel

Me agarre el estómago mientras reía, no podía creer que Daniel hubiera dicho eso, más bien ¿Qué diablos quería hacer Sebastián con mi hermano? No lo sabía, pero la tendría muy negra si lo lastimaba, solo el podía molestarlo hasta el punto de hacerle llorar, era su hermanito y por eso tenía derecho.

- Y bien- hablo serio Ren sacándome de mis pensamientos, lo mire nervioso y a la vez asustado, tal vez debería prologar esta conversación.

- Yo...quie..ro..etto...tu... umm..yo es solo.. que... umm yo... lamento.. todo- tartamudee, que vergüenza no puedo creer que lo haya dicho, no puedo verlo a la cara, me gritara me insultara.

- Estaba esperando que al fin dijeras eso- admitió mientras levantaba mi mentón con su mano, me mordí el labio mientras me sonrojaba, esto era tan vergonzoso.

- Yo..- no me dejo hablar sus labios se posicionaron en los míos, mientras su mano izquierda rodeaban mi cintura con firmeza.

- ¿Qué harás?- pregunto luego de separar sus labios de los míos, soltó mi mentón, y me acorralo con sus dos brazos contra la pared.

- Quiero ir a ver a mi madre, quiero escuchar lo que paso de sus labios también- solté y este asintió muy lentamente.

- Si quieres podemos ir ahora- propuso y yo solo asentí, este me tomo de la mano indicando el camino para salir del castillo, sonreí tontamente ya que hacía tiempo que no me sentía tan bien a su lado.

- Espero y este en la casa- murmure recordando que había pasado mucho tiempo, mi madre no había hecho ni el intento de venir a ver ni a David ni a Daniel, no me sorprendería que se fuera ido del pueblo.

Con eso en mente salimos rumbo a mi hogar, bueno a lo que una vez lo fue a mi lado iba Ren quien permanecía callado, no me había dicho nada referente a David y eso se lo agradecía, no quería discutir por ello aunque sabía que mi hermano no tenía la culpa de lo que hubiera pasado, o bueno eso quería creer.

Llegue a la casa, esta estaba sucia y parecía más vieja de lo que era, sin los cuidados de Daniel parecía una casa deshabitada, me acerque junto con Ren y toque con fuerza la puerta, luego de unos minutos esta fue abierta dejando ver el rostro amargado y cansado de mi madre, al verme su expresión no cambio, bueno tal vez sus ojos brillaron un poco pero al ver la persona que me acompañaba ese brillo desapareció.

- ¿Qué haces tú aquí?- pregunto con voz gritona mi madre aun que parecía tener miedo ante la presencia de Ren.

- Solo me está acompañando, Madre tenemos que hablar- dije firme, nunca pensé que mi voz podía sonar tan seria y gruesa como en ese momento, pero lo hizo.

- Entren- dijo mientras se hacía aun lado dejándonos pasar, me senté en los muebles de sala seguido de Ren, mi madre se sentó en un sillón aparte viéndonos fijamente.

- David me conto la verdad- solté sin tapujos esperando su reacción, esta se levantó de un salto mientras se llevaba las manos a la cabeza.

- ¡¡Tienes que entender, YO lo amaba no me importaba nada en ese instante solo quería estar junto a el!! Tu hermano el trato de detenerlo pero todo se salió de control- comenzó a gritar mientras se movía de un lado a otro mirándome con miedo.

- Tú lo querías y yo era incapaz de decirte lo que había sucedido, llegamos a un acuerdo- gruño mientras su mirada llena de cólera se dirigía a Ren- tú lo prometiste tu dijiste que nunca se enteraría- grito mirando con odio al rey, mordí mi labio comprendiendo que mi hermano no había mentido.

- ¿yo soy su hijo?- pregunte con miedo, recordando las palabras claras que pronuncio mi hermano, mi madre me miro y con calma me abrazo.

- Por su puesto que lo eres- dijo segura y una idea cruzo mi mente, me mordí el labio con más fuerza y la mire.

- ¿y David?- la seguí interrogando y esta se alejó se llevó las manos a la cabeza y negó.

- Él es tu hermano Samuel nunca lo dudes- soltó mirándome firmemente yo asentí leyendo entre líneas lo que su respuesta significaba, David no era hijo de Augusto mi padre, eso quería decir que éramos medios hermanos, y claro que era obvio si mi cabello era negro como el carbón y el del era rubio como el sol.

- Gracias eso era todo lo que quería saber, Ren regresemos al castillo- le pedí agotado físico como mentalmente, este asintió y se levantó mi madre quiso retenerme un poco pero vio que no era el momento apropiado para hacerlo.

- ¿Qué piensas hacer?- se aventuró a preguntar Ren y solo me anime a agarrarlo del brazo.

- No lo puedo odiar, aun que quiera es David del quien hablo, del estúpido que siempre me consentía de chiquito y me defendía cuando alguien me quería pegar- dije sintiéndome tan pequeño tan insignificante.

- Perdónalo, el también sufrió por no decirte, tanto así que tuvimos que encerrarlo en un calabozo para que no se suicidara- admitió por fin Ren y yo me detuve al escuchar eso.

- ¿David se trató de matar cuando era niño?- pregunte sorprendido no podía creer lo que mis oídos escuchaban.

- Si, que te puedo decir, decía que veía Augusto y que se lo quería llevar, tuvimos que retener su libertad por su seguridad- me dijo Ren mientras acariciaba mis cabellos, me mordí el labio era cierto que después de la muerte de mi padre fui encerrado en el castillo y luego casado con Ren, pero nunca pensé que en ese periodo de tiempo en el que no vi a mi madre y a mi hermano hubieran pasado tantas cosas.

- Lo perdonare- dije seguro sintiendo como un calor se instalaba en mi pecho, de repente el sentimiento opresor que tenía dentro desapareció dejándome en un estado de calma y tranquilidad.

- Pues díselo, seguro que estará feliz de escucharlo- mascullo y yo no pude evitar sonreír.

- Eso será lo primero que haga cuando llegue al castillo- dije animado, mientras apretaba con más fuerza su brazo, sin importar las miradas que nos echaban la gente.

- Umm... pero aun no te has reconciliado conmigo- me dijo Ren y yo eleve una ceja, pero si ya le había pedido perdón.

- Te dije que lo sentía- masculle para luego sentir como sus brazos se enroscaban en mi fina cintura.

- Si pero los dos estamos casados- susurro y no entendí lo que me quiso decir- y los casados se disculpan en la cama- continuo mientras besaba mi cuello, me sonroje y capte el mensaje que me había dejado, trague saliva y empecé a caminar más lento su idea de reconciliación no me gustaba para nada.

Holaaaa espero y les gustara mi regalo de navidad hasta aquí los dejo hasta el próximo año 2016, nos vemos en enero, que la pasen bien..xDD 



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