Capítulo 14: Un pasado que quiero olvidar.

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Pov David.

Estaba cansado y tenía mucha hambre, ya había pasado una semana desde que escape de Manuel y ya había perdido la esperanza, solo deseaba morir de una vez y no seguir sintiendo las pullas de mi estómago rogando por un bocado de pan, aguantando mi situación comencé a cerrar los ojos hundiéndome en un profundo sueño.

Lo podía escuchar, eran sonidos lejanos a gritos, yo estaba ahí temblando en silencio con miedo a ver, con terror a recordar, me mire a mí mismo y me acerque a él trate de tocarle el hombro, pero mi mano lo traspaso como si fuera un fantasma.

- Cállate, esto es tu culpa, por lo que hicisteis se llevaran a Samuel- grito una voz femenina, no sabía quién era, todo era borroso y solo podía oler la madera, y sentir algo viscoso entre mis manos.

- Basta cállate, detente- gritaba esta vez una voz masculina, me empozo a doler y comencé a temblar con más fuerza, no quería estar allí no deseaba que esto continuara.

- Esta muerto- dijo una voz gruesa observando todo alrededor empecé a escuchar los llantos de Samuel desde cuando estaba ahí, ¿Quién era el que sostenía su pequeña y frágil mano?

- Te quiero- escuche decir al extraño quien abrazaba a mi hermano no pude moverme, tenía miedo de hacerlo y que alguien viniera y me lastimara, vi cómo se llevaban a Samuel y quise ir tras del, mas no pude alguien me estaba tomando del brazo y me miraba con furia, mi madre se acercó y con una sonrisa de lo más fingida me rogo que lo acompañara, no quería hacerlo ese hombre me daba mala espina y mi madre estaba actuando raro.

- Has lo que te digo, por una vez en tu vida David- me grito mientras me daba una cachetada, comencé a derramar más lágrimas, y acepte su decisión.

Los días pasaron y todo era igual, solo recibía una botella de agua y un pan todos los días, y estaba encerrado ¿Por qué? No lo sé, cada día venia aquel hombre me miraba con tristeza y luego negaba con la cabeza, sin poder entender lo que hacía trate de escapar y ahí lo vi.

- Hola soy Ren- susurro un niño, ¿sabía quién era? mas no lo recordaba lo salude con una sonrisa inocente, aun cuando tenía muchas dudas en mi mente, a pesar que deseaba huir algo me lo impedía.

- Eres amigo de Samuel- dije no sé porque lo preguntaba solo sabía que ese chico ocultaba cosas que quizás no debía saber.

- Si lo quiero y quiero que este conmigo, pero tu madre se opone es muy testaruda aun después de que le perdonáramos lo que hicieron- me dijo y me mordí el labio.

- Que hicieron ¿Qué?- dije mientras miraba con curiosidad al niño, que con mirada astuta me señalaba.

- No te acuerdas, tú lo vistes tú lo sentiste ¿no?- dijo y en un momento a otro sentí como si algo me atravesara el estómago, asustado levante mi camisa y observe como una herida se forma empezando a sangrar.

Abrí mis ojos rápidamente sintiendo el sudor frio recorrer mi cuerpo, eleve mi camisa temiendo lo peor, pero no, todo estaba bien mi herida estaba cerrada, la cual formaba una pequeña cicatriz, no me acuerdo muy bien cómo me la hice solo sé que la tengo desde que era muy pequeño, acaricie con mis dedos aquella marca recordando parte del sueño, una parte de mi me rogaba que lo olvidara y otra solo se atormentaba en mi pasado.

Un ruido me saco de mis pensamientos, alce la vista y pude ver un enorme buque de guerra acercarse, asustado empecé a llamarlos y estos al darse cuenta de mi presencia acudieron a mi auxilio, feliz me dejaron subir a bordo y me preguntaron mi nombre, al decirlo, estos me miraron sorprendidos y me dijeron que me estaban buscando.

Todo por orden de los príncipes, me sorprendí saberlo pues nunca creí que Drake estuviera preocupado por mí, aun así el seguiría siendo un idiota que solo le interesaba una cosa y era meterse en mis pantalones.

Pov Daniel.

Estaba avergonzado Sebastián me había obligado a comer y de qué manera, es decir era avergonzó ver como todos los sirvientes que pasaban nos veían, las mujeres molestas y los hombres con sonrisas burlesca, y es que yo me encontraba sentado en sus piernas mientras este me daba de comer en la boca, como si fuera un niño.

- Basta yo puedo comer solo, además déjame sentarme en una silla- dije rojo de la vergüenza al sentirlo tan cerca de mí.

- Pero peque, yo estoy cómodo así- murmuro mientras acariciaba mis cabellos, sonrojado trate de apartarlo pero su fuerza me ganaba.

- Sebastián podrías comportarte- susurro irritado Drake mientras entraba en el comedor.

- Solo tienes envidia porque yo si estoy con mi peque, y tú no estás con David- soltó burlesco mientras me apachurraba a su cuerpo.

- Cállate quieres, para que sepas ya David viene- susurro molesto viendo con rencor a su hermano.

- Entonces déjame divertirme con mi esposo- dice Sebastián para luego besarme en la mejilla.

- Tu y yo no estamos casados- hable por fin, estaba incomodo en esta situación y la verdad me daba vergüenza admitir que una parte de mi le gustaba.

- Pero pronto lo seremos- soltó dejándome frio, sus labios se unieron a los míos en un besos suave y profundo, anhelando algo que no sabía si podría dar.

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