Capítulo 6: Miedo.

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Abrí mis ojos pensado que hoy sería un día igual que todos, es decir monótono, con eso en mente comencé a realizar mis labores de la casa limpiando y atendiendo a mis hermanastros y madrastra, pero en el aire se podía sentir la tensión por lo que había sucedido ayer, David a penas y decía una palabra y mi madrastra cada vez estaba más enfada, yo solo trataba de hacer como que no existía la verdad, era más fácil así.

La mañana para mi suerte paso sin contratiempos, aparentado que toda la tarde iba a hacer igual, lástima que no fue así la puerta de la casa comenzó a sonar y yo algo extrañado fui abrir, mis ojos se abrieron sorprendidos al ver al príncipe Sebastián con uno de sus sirvientes allí, lo mire con inseguridad sin saber si debía o no dejarlo pasar, David en mi lugar que haría, no lo puedo imaginar.

- Dav...- iba a gritar por ayuda, si muy cobarde de mi parte, aun cuando el mayor no me estuviera haciendo nada, no sabía qué hacer en esta extraña situación.

- Vamos calma no vine a ver a la princesita de Drake, ven quiero hablar contigo- dijo mientras me arrastraba fuera de la casa, empecé a sudar, mierda alguna vez dije que soy tímido y que cuando estoy frente a otra persona que no conozco no sé cómo hablar, pues si no lo dije pues ya lo saben.

- Etto perdón pero yo no puedo etto.. David se va a enojar y yo tengo que hacer mis deberes así que suélteme- murmure tartamudeando, no sabía porque pero estar cerca de él me daba un no sé qué, que no puedo explicar.

- Umm.. calma, Ben espera aquí- dijo Sebastián a su sirviente mientras me arrastra fuera de la vista de este, sentí miedo si me mata quien podrá vengarme o mejor dicho quien lo detendrá.

- Etto pero... yo..- otra vez estaba tartamudeando, es por eso que todos se burlan y me molestan, con todos me refiero a mis hermanastros.

- Ya me canse- dijo Sebastián empujándome con fuerza contra un árbol, me acorralo mirándome seriamente- escúchame bien perra, porque no nos saltamos ese estúpido protocolo de enamorarte para que te abras de piernas para mí, me gusta tu trasero por dios soy el príncipe que tal si solo te abres y yo te doy todo el maldito dinero que deseas quieres- dijo pegando su cuerpo al mío yo lo mire con los ojos abiertos y no sé porque un inmenso dolor se instaló en mi pecho, la furia me lleno e hice algo que incluso yo me sorprendí.

- Jamás me acostare contigo eres un imbécil y no me importa quien seas, ni aun que fueras el último hombre del mundo saldría con alguien que trata a los demás como basura- gruñí luego de darle un puñetazo en la cara haciendo que se alejara de mí, mierda le pegue me va a matar o no ahora sí que estoy muerto.

- TÚ- dijo con una voz gruesa y espeluznante, me asuste y retrocedí sentí ganas de llorar David donde estas ayúdame.

- No vete, no me pegues- pedí mientras me escondía detrás de mis brazos, si sé que soy un cobarde, pero que más voy a hacer él es más alto y se nota que tiene más músculos que yo.

- Y bien con esto te convenciste padre- dijo esperen que dijo ¿padre? Espera que está pasando.

- Si en verdad que no creí que realmente no estaba interesado en ti, y pensar que no le importa que seas príncipe- dice mirándome el ¡REY!- bien me convenciste Sebastián te permito que te cases con él, veo que será una excelente madre- dice orgulloso.

- Espere se volvió usted loco soy un chico, un CHICO no tengo pechos y no puedo parir- Grite sintiéndome asustado y ofendido.

- Cuidado con tus palabras jovencito, y de que hablas siempre podemos recurrir a la Ada madrina para que puedas engendrar así que eso no es un problema- dice tranquilamente.

- Pero yo no amo a su hijo- gruñí sintiéndome extraño por pronunciar esas palabras como si me pesara decirlas.

- Lo aprenderás a amar con el tiempo, además tu tranquilo que mientras tengan sexo todo se arregla- espera que dijo el anciano.

- Y si me niego- digo tipo aún tengo esa salida, nadie me impone a mi nada, soy un alma libre que tiene derecho a enamorarse.

- Te mando a la horca- dijo con simpleza el rey, abrí la boca sin poder creer sus palabras y pensar que la bruja de mi madrastra tenía razón.

- Tranquilo seré gentil, si quieres me espero hasta la luna de miel- dice Sebastián con una sonrisa sugerente.

- Y David- decidí preguntar ya que si me lo dijeron a mí, se lo debieron de decir a él, lo apuesto estoy seguro.

- Él está encerrado en una celda- dice muy light el muy maldito, respiro hondo y lo miro a los ojos buscando una explicación.

- ¿Por qué?- me atrevo a preguntar, sintiendo como mis ansias me impiden respirar.

- Son muchas razones- respondió, haciendo que mi curiosidad aumentara que habrá hecho David.

- Resúmelas- murmure cansado de no saber, quería conocer el motivo de porque mi hermano mi cómplice no estaba para lamentarnos juntos.

- Trato de ahorcar a mi hermano, le tiro un zapatazo a mi padre cuando le dijo que tenía que tener un hijo de mi hermano, cuando le hablo de la luna de miel Drake recibió una patada en la entre pierna y cuando le hablo sobre lo de casarse el mismo dijo que prefería la horca, y bueno ahorita Drake anda algo intocable así que bueno- dijo como si hablaba del clima, mientras yo tenía la boca bien abierta definitivamente yo debo seguir los pasos de David así si se comporta un hombre.

- Me siente humillado- dije cabizbajo sintiendo terror al saber que a partir de ahora yo estaría comprometido con aquel hombre, y aún más saber que tendría que vivir con él.

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