Capítulo 9: Secuestro: El pirata Manuel.

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Pov David.

Después de la estúpida declaración de Manuel, si porque el intento estúpido de pirata se llamaba así, no había podido despegar un ojo, sentía las miradas puestas en mí, más que cuando llegue, tal vez por lo que había dicho Drake; el estúpido príncipe no había parado de discutir con mi otro nuevo proclamado novio Manuel.

- Ya cállense- explote de rabia pues lo único que podía escuchar era la voz rabiosa de Drake que insultaba con cinismo a Manuel.

- Me gritas a mí pero a él no le dices nada- dijo lleno de celos Drake mientras se pegaba a las rejas.

- No le digo nada porque no vale la pena gastar mis palabras en un Pirata de cuarta- grite enojado- además, no entiendo porque discuten si de todos modos, yo no voy a salir con ninguno de los dos- grite ya con el ceño fruncido y las mejillas rojas por el esfuerzo de hablar en voz alta.

- Seré de cuarta pero sabes que terminaras en mi cama- dijo con calma relamiéndose los labios, lo mire un rato pensando en lo estúpido que era, acaso no se daba cuenta que los dos estábamos encerrados.

- Basta hablare con mi padre para que te mande a la horca- grito celoso Drake mientras se iba como el niño malcriado que era.

- Sí que se ha enojado- dijo con burla Manuel mientras se levantaba tranquilamente, los guardias se levantaron y lo apuntaron amenazando con acabar su vida, bufe confuso, como podía estar tan seguro de sí mismo cuando nos encontrábamos encerrados y él estaba a punto de ser horcado, ya que conocía lo suficiente a Drake para saber que haría todo lo posible por mantenerme a su lado.

- Argg- se quejó un guardia cuando un nuevo ¿guardia? Entro, este le disparo al otro que estaba de pie, y con prisa se acercó para tomar las llaves de las celdas.

- Te tardaste Carlos- dijo Manuel mirando con una sonrisa macabra a su amigo, abrió su celda y sin más se acercó a mí- quieres que te libere princesa- me dijo con una sonrisa cínica.

- No gracias, no me interesa un pirata de cuarta- lo volví a insultar mientras me alejaba del, pues no quería seguir viendo su estúpida sonrisa.

- Lástima es lo que hay- dijo con una sonrisa en los labios, abrió mi celda y me tomo del brazo, trate de liberarme pero el maldito tenia mucha fuerza.

- Suéltame imbécil- dije tratando de darle una patada en la entrepierna, lo cual no funciono, me tomo de la cintura y me pego a su cuerpo.

- Deja de moverte o me aras enojar- dijo mientras se acercaba dispuesto a besar mis labios, lo trate de evitar pero no pude con su brazo derecho izo presión sobre mi cabeza haciendo que nuestros labios se juntaran, lo mordí con fuerza hasta el punto de hacerlo sangrar, rechacé al príncipe porque tendría que estar con él, me aleje y hundiendo mi mano en un puño golpeé su mejilla hasta dejarla roja.

- No me toques- dije enojado mientras me separaba lo más que podía del, mi corazón latía fuerte, mientras mi mente se llenaba de recuerdos tristes que deseaba olvidar, sus labios presionando mi boca sus manos tratándome de tocarme me daba asco, y tenía miedo mucho miedo.

- Ya basta tu vendrás conmigo- dijo enojado Manuel mientras me arrastraba con el fuera de la celda, horribles recuerdos comenzaron a golpear mi mente, cosas que deseaba olvidar sin poder hacer nada me desplome en los brazos de Manuel, sin poder entender quién era aquel hombre que se me acercaba, al igual del porque me escondía en los brazos de mi madre, solo escuche a lo lejos el llanto de Samuel y aun chico casi de mi edad o tal vez mayor tomarlo del brazo, lo vi acariciarlo con ternura mientras le daba un fuerte abrazo, a sus pies estaba el cadáver de mi padre y mi madre solo gritaba por piedad, por el pecado que había cometido.

Abrí mis ojos pesadamente no sabía dónde me encontraba y aun me dolía la cabeza, que había sido esos recuerdos, no lo sabía, era la primera vez que pensaba en mi verdadero padre, o lo recordaba, se supone que él había huido o eso me había dicho mi madre, aunque nunca me vio a los ojos cuando lo decía, no recuerdo nada de los nueve años para abajo es como si mi mente lo hubiera bloqueado, pero al tener esas imágenes navegando en mi mente me hacía dudar, no sé porque pero tenía un mal presentimiento de esto.

Con eso sentimiento de frustración, me levante y me di cuenta que no estaba en mi celda más bien era como un camarote, uno grande, espacioso y muy cómodo, comencé a caminar hasta encontrar la puerta salí, y la brisa marina acaricio mi rostro, mire a mi alrededor solo para encontrarme con los rostros de hombres sudorosos limpiando y restregando el barco, mire con temor buscando entre ellos un rosto conocido o por lo menos tierra firme, pero me encontraba en pleno mar.

- Así que ya despertaste princesita- dijo con una sonrisa Manuel, lo mire enojado sintiendo nauseas, por el continuo movimiento del barco.

- Como te atreves- grite llamando la atención de todos en la cubierta, este me sonrió mientras me tomaba de la mano.

- O vamos te dije que me gustabas o ¿no?- murmuro burlón Manuel, comiéndome con la mirada.

- Y yo no te rechacé- dije y pude ver las sonrisas llenas de burla de la tripulación, todos soltaron una leve carcajada mientras me miraban.

- Jefe creo que lo va a tener que amansar- grito uno mientras me enseñaba sus asquerosos dientes llenos de caries.

- Eso parece- me dijo Manuel con una sonrisa macabra mientras me tomaba del brazo y me arrastraba al camarote, sentí miedo y por primera vez quise que el que me tomara de la mano fuera el estúpido príncipe Drake y no Manuel.

 CenicientoWhere stories live. Discover now