10: -"¡Váyanse al diablo!"

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Editado.



La junta no me mató y que mal que no lo hizo, no estaría aquí aguantando todos los sermones.

Hasta Ed se ha empeñado en sermonear que lo que hice estaba mal y ahora todos los alumnos de Vampire Night me miran con cara de "¿Quién se tiró un pedo?" pero la verdad no me interesa.

Nunca me ha interesado si les caigo bien o no a los demás, lo importante soy yo y solo yo. No diré que cometí un error, el hecho de tu desear tu libertad no lo hace un error ¿No, Luther King? La libertad de poder tener los mismos derechos que los blancos lo incentivó a un movimiento que al final resultó.

No me juzguen, no pretendo ser un ejemplo para la sociedad, soy un asco de persona pero por lo menos lucho por lo que quiero y por lo que mi corazón anhela. Tengo un carácter de mierda, lo acepto, pero no soy ni una mentirosa, ni estúpida doble cara, no soy ladrona y el hecho de que me haya robado esa arma no implica aquello, lo hice porqué lo necesitaba no por que quería hacerlo.

Y como planteaba, pocas son las cosas malas que poseo, aunque claro, esas cosas malas son muy grandes, eso es lo malo en esta situación.

- ¡Cher! ¿Acaso me podrías decir si por lo menos estás prestando algo de atención? - preguntó el director Patrick irritado, lo miré.

- no - contesté aburrida.

Escuché sus dientes crujir y dió una palmada al brazo de la silla, como si quisiera no golpearme de lo molesto que estaba conmigo. Adelante, no es la primera vez que un hombre me trata de esa manera.

Suspiró tratando de sacar un poco de paciencia de donde ya no había.

- lo hiciste - expresó en un suspiro - después de tantas veces que te dije que no lo hicieras, lo hiciste, me desobedeciste - rodé los ojos cansada.

- ya no quiero escuchar más sermones, solo quiero irme a dormir sin sentir que alguien está hablando de mi, siento como si me hablaran al oído cuchicheando cosas, es insoportable - me quejé.

- ¿Y qué pretendías después de que hiciste tremenda pendejada? ¿Felicitaciones y premios? - preguntó con esa vena marcada en su frente.

- de hecho si - Alcé una ceja, me miró por última vez y luego suspiró.

- vete a tu habitación Cheryl y no pretendas salir de allí hasta mañana.

Rodé los ojos y me levanté de la silla, caminé hacia la puerta, la abrí y salí cogiendo el pasillo que iba hacia mi habitación. Cuando llegué, un par de guardias me esperaban, caminé lentamente mientras los veía sorprendida y fui bajando los pasos.

- esto no puede ser peor - gruñí acelerando el paso, abriéndola y cerrándola con seguro detrás mío.

- no puede ponerle seguro, señorita - exclamó uno desde afuera.

- ¡Váyanse al diablo! - exclamé.

Con pasos firmes caminé hasta mi cama y me senté con mis brazos debajo de mis senos y con mala cara, como si eso fuera a arreglar mi situación.

De nuevo en estas cuatro paredes blancas, detesto esto.

Me tiré de espaldas dejando mi cabello desordenado en la almohada y miré el techo mientras lanzaba un quejido de cansancio y cerraba los ojos, suspiro y cuando los abro de nuevo, un Erick estaba pegado en el techo, mi corazón dió un salto y apoyé mis codos de la cama.

- ¡¿Estás demente?! - exclamé sintiendo como los latidos de mi corazón iban descendiendo, calmandome.

Él solo sonrió. Una blanca hilera de dientes, puedo decir que esa sonrisa es perfecta.

- ¡Sal de mi habitación! - exclamé levantándome de la cama y caminando por mi habitación, mirando hacia el techo.

Él solo se bajó dejándose caer en la cama y luego se acomodó en ella mirándome, como burlándose de mi situación. Alcé mi mano y señalé la puerta, diciéndole con esto que se vaya. Miró mi dedo y luego a mi.

- no sé que te habría pasado si no hubiera llegado a tiempo, que bueno que llegué en el momento correcto - rodé los ojos ante sus palabras.

- no me interesa lo que me tengas que decir - Murmuré en un gruñido.

- de verdad que me sorprendiste - me ignoró - a nadie nunca se le había ocurrido escapar y menos la idea de salir viva de la intemperie.

Bajé mi brazo, recosté mi trasero de la mesa de noche de la cama de Laura y me acomodé el cabello mientras miraba mis leggins grises, pero de un momento a otro sentí su presencia delante de mi y levanté la mirada. Levantó su mano para tocarme, pero yo en varias palabras, lo paré.

- No te atrevas a tocarme - bajó su mano sin protesta y luego me miró de nuevo, yo solo crucé los brazos.

- Patrick hará tu graduación mañana - habló, abrí los ojos y mi corazón se aceleró.

- ¡¿Qué?! ¡No es justo! - exclamé, quitandolo de mi camino y caminando por la habitación un tanto afligida.

- él tiene miedo de que planees escapar de nuevo - habló - yo haría lo mismo - expresó.

- ¡No lo apoyes! - exclamé apuntandolo.

Me senté en la cama agarrando mi cabeza entre mis manos, esto no puede estar pasando, no.

- Es la verdad, Cher, es una locura lo que has hecho - me dijo, yo caminé hacia él rápidamente, enojada.

- ¡Yo soy la que tengo este cuerpo, nadie sabe como me siento! ¡nadie sabe lo que siento y estoy harta de esta mierda! ¡estoy harta de los vampiros, estoy harta de vivir así! - grité y el sentir las lágrimas picar mis ojos, paré y solo tapé mi cara mientras caminaba hacia mi cama.

Nadie me puede ver llorar, controlate Cher.

Logré contener las lágrimas, se acercó a mi en pasos firmes.

- eres la primera que veo con esa mentalidad Cher, no tienes miedo de revelarte, de buscar una forma de ser libre - habló -pero ya se decidió todo, Patrick está muy enojado contigo... Pero quiero hacerte una pregunta y contéstame con sinceridad - habló, quité las manos de mis ojos y lo miré - ¿Quieres irte conmigo? - preguntó, yo solo miré la ventana.

- yo no quiero irme con nadie - contesté seca.

- haré lo posible, para que te vayas conmigo, me enteré que es una subasta - sonreí sin ganas.

- piensan que soy un producto o un simple objeto - me burlé de mi situación.

- es mucho mas fácil y rápido.

Murmuró, miré mis manos enlazadas y de nuevo sentí su presencia delante de mi, se agachó para estar a mi altura para mirarme la cara

- eres tan hermosa - murmuró en un leve suspiro.

- Vete - Murmuré, me miró por varios segundos y sin rodeos se levantó.

Antes de abrir la puerta volteó la mitad de su cuerpo y me miró.

- hay guardianes vigilando tu ventana, puertas y demás. No creo que tengas otra oportunidad de escapar - dijo con voz dura y fría, lo miré y me paré de inmediato a mirar la ventana. Era cierto.

Crují mis dientes y luego miré hacia atrás pero él ya no estaba.

Mañana es mi graduación, puedo decir que mi vida terminó.




Donante Personal  (EDITANDO)Where stories live. Discover now