95 días sin Frank.

Día 62.

Me prohibiría a mi mismo el probar de nuevo los licores del exceso y la perdición, pero ¿Eso de que vale? De nada, porque, de un modo u otro encontraré una forma de acabar conmigo mismo y con todo lo que me rodea.

Tu tumba cada día está mas desgastada y con mas cartas sobre ella, se que es absurdo continuar con las cartas, pero es lo único provechoso en lo que ocupo mi tiempo, y salir al campo santo para dejar mis letras de amor y melancolía es el único motivo por el que salgo de mi casa. Triste pero cierto.

Puede que algún día de estos, cuando yo ya no esté aquí y por fin te acompañe, alguien lea las arrugadas hojas escritas, y, entonces comprendan lo que es el amor verdadero, o comprendan lo que es el dolor extremo, porque, cuando un escritor esta enamorado de un muerto, el amor nunca fallece.