95 días sin Frank.

Día 6.

Hoy por un momento he creído morir.
Me acerqué al cementerio, a dejarte la carta de ayer, pero no encontraba tu lápida.
Desesperado no hacia mas que buscar tu nombre.
Y no lo encontraba.
Hasta que caí en la cuenta de que tu lápida estaba cubierta de flores, por eso no podia leer "Frank Iero", y es que, cada vez que entro en el cementerio, me desoriento.
Llegué a pensar que tu muerte fue un mal sueño, y me estabas esperando en casa, absurdo ¿A que sí?
La muerte no es una mentira, y menos aún un mal sueño, es real, y doloroso.
Muchas veces, tu sonrisa viene a mi mente (Mente de la cual, nunca sales)
Quizá soy masoquista, o estoy enamorado de un muerto, puede que las dos cosas, más probable que esté loco.
Loco enamorado del hombre de mi vida.
Loco enamorado de un muerto.
En resumen, loco.
¿Y que le voy a hacer?
No me queda otra que convivir con mis demonios y con tu recuerdo.
Intento ahogar mi dolor en wiski barato, y ron del malo.
Pero todo lo que me atormeta, sabe nadar.
Cada segundo de mi vida sin ti es una tortura.
Necesito un verdugo que acabe con mis demonios, y si es necesario, que termine con mi existencia.