Día 29.

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Te escribo desde la cama, al borde de la hipotermia, las sábanas susurran que aquí falta algo más, me faltas tú.
El frio inunda la habitación y el gelido ambiente congela mi alma. Si a caso mis rojos ojos fuesen capaces de soltar una lagrima, quedaría helada. Mi cuerpo no regula la temperatura, la sangre no recorre mi cuerpo.
Pero no estoy preparado para abandonar la vida ahora mismo, no de esta manera.
Una ducha caliente seria lo mas apropiado para entrar en calor.
¿Por qué te escribo ahora?
Porque me he dado cuenta de que todas las noches frías de invierno y primavera tu estabas a mi lado, proporcionandome calor, para no morir helado.
Siempre fuiste mi angel de la guarda.
Ahora lo eres desde el cielo.
Y eso no me llena ni me completa, no es capaz de saciar ese agujero que has dejado dentro de mi, agujero que me consume.

95 días sin Frank.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora