Capítulo 20 (Maratón 2º)

14K 650 135
                                    




-¡¡Pequeña!!

Sofía saltó a mis brazos como si hiciera un un año que no nos veíamos. Como echaba de menos esa extraña vitalidad que me hacía sentir en las nubes. Lauren y yo habíamos cogido el mismo avión hacia Miami desde el aeropuerto de Londres. Extrañamente, aquella última frase en la entrevista sólo había provocado risas y más risas entre las chicas. Entre las chicas, porque Joey parecía bastante molesto con mi poca capacidad de improvisación. Mejor dicho, mi nula capacidad de improvisación. Ya lo avisé, era muy mala actriz.

-¿Cómo están, chicas? -preguntó mi madre abrazándome a mí y seguidamente a Lauren.

-Cansadas -confesó Lauren. -El viaje ha sido agotador.

-El segundo vuelo se retrasó cuatro horas y tuvimos que esperar en Canadá hasta las tres de la tarde -conté yo a mi madre, sin que Sofi me soltara la pierna.

-Hacía frío -confesó la ojiverde.

-Y teníamos hambre -añadí.

-Tú tenías hambre y te habías comido tres hamburguesas -dijo Lauren riendo.

-Te creo, mija -susurró mi madre posando una mano en el hombro de Lauren. -¿Vamos? Tus padres y Alejandro nos esperan en casa. No sabíamos si sería una buena idea, pero hemos organizado una cena en nuestra casa para daros la bienvenida.

-Suena genial -asintió Lauren con una plena sonrisa.

-Por supuesto, si estáis demasiado cansadas podéis iros a dormir pronto. No tengo problema en llevarte a casa mañana, Lauren -dijo mi madre muy convencida.

-Parece que no me voy a librar de ti -bromeó Lauren seductoramente.

-Eso parece -contrataqué yo, mordiéndome el labio inferior.

El viaje a casa nos lo pasamos contando las anécdotas que habíamos pasado al otro lado del charco. Mamá nos preguntó por la foto, pero no parecía sospechar nada. El hecho de que todas las madres hubieran aprendido a usar las redes sociales para ayudar con las votaciones no era siempre una buena idea. Sin embargo, esta vez no abrí la boca. Fue Lauren la que salió del paso.

El olor de mi hogar me golpeó cuando abrimos la puerta. Los Jauregui y el resto de mi familia nos esperaban con los brazos abiertos y un montón de comida en la mesa, listos para cenar. El cansancio del viaje y el agotamiento vocal y muscular pareció desaparecer con tantísima gente a la que amábamos y apreciábamos, estando ahí para nosotras.

Como bien dije, no solté a Sofía ni un solo momento. La pequeña, que solía irse a dormir a las 9 p.m, se quedó entusiasmadísima hasta media noche, escuchándonos a Lauren y a mí contar historias sobre nuestros seguidores y demás.

-¿Cuándo volveréis a Los Ángeles? -preguntó Mike con un ambiente mucho más calmado. Sofía dormida en mis brazos y los hermanos Jauregui soñolientos.

-Siete días -contestó Lauren.

-¿Comenzaréis a grabar? -preguntó papá.

-Eso esperamos -volvió a hablar Lauren.

Yo mecía a mi hermana pequeña en mis piernas. La chimenea encendida y todos sentados cómodamente en los sofás, me daba la alegría suficiente como para querer afrontar todo lo que se nos viniera encima a Lauren y a mí.

-Estoy deseando escuchar ese nuevo estilo del que tanto habláis -confesó Clara tras una pequeña risilla.

-Yo también -susurré. -Espero que no tengamos que tardar otros tres años en lanzar el album.

-No seas pesimista, hija -dijo papá. -Estoy seguro de que ahora será mucho más fácil. Acabáis de volver de una gira europea, no todos los artistas juveniles llegan a hacer eso.

Si Supieran (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora