Capítulo 11

19.1K 882 418
                                    


A decir verdad, mirar a Lauren a través de la habitación del hospital, hablando con Sofía mientras que los demás llevaban una conversación sobre la quimioterapia que comenzaría en unas horas, me hacía sentir tan relajada, que apenas podía disimular la sonrisa. No tenía dudas. Al menos, ya no tenía dudas. Aquello que sentía cuando la ojiverde me miraba no podía ser otra cosa más que atracción.

-Eh, Mila, ven -me llamó Sofi para que me acercara a ella y a Lauren, sacándome de mi más profundo estado de concentración.

-¿Qué ocurre? -pregunté sentándome en la cama al lado de Sofi y en frente de Lauren.

-Lauren me ha prometido una cosa -comenzó a decir y vi cómo la más mayor me miraba sonriente.

-¿Ah sí? -pregunté dirigiéndole una ligera mirada a Lauren. -¿El qué?

-Lauren dice que cuando salga de aquí, nos llevará a ambas a Disneyland París -dijo sonriendo muy ampliamente. -¿A que sí, Lauren?

-Exacto, las tres solas en París -afirmó Lauren tocando con su dedo la punta de la nariz de la pequeña. -Pero antes...

-Antes tengo que ponerme buena -terminó Sofi.

-Y para ello... -continuó Lauren.

-Para ello tengo que ser la niña más fuerte del hospital.

-¡Exacto! -exclamó Lauren justo antes de alzar su puño para chocarlo con el de mi hermana pequeña. -¿Qué te parece, Camz?

-Creo que es la mejor idea que has tenido en tu vida -afirmé completamente anonadada mirando los ojos de Lauren.

-¡Genial! -dijo Lauren contenta justo antes de que la puerta se abriera y entrara una doctora con bata blanca.

-¿Sofía Cabello? -preguntó.

-Sí -se adelantó a decir mi madre, dejando el butacón en el que se sentaba vacío.

-¿Cómo te encuentras? -preguntó acercándose algo más a la cama.

-Bien -dijo Sofi alzando un dedo.

-Genial, ¿estás preparada para tomar tu medicina? -preguntó la doctora y miró a mi madre.

-Pensé que no tomaría la quimioterapia hasta después de la hora del amuerzo -dijo papá cruzándose de brazos.

-Así era al principio, pero no podemos mantenerla en ayunas tanto tiempo -dijo tocando la frente de mi hermana. -Además, cuanto antes mejor, antes se recuperaría. ¿Pueden sacar a Sofía de la habitación? -preguntó.

Los Jauregui al completo sacaron a Sofía de la ventanilla y se la llevaron de la mano hasta afuera. Nosotros nos quedamos esperando las indicaciones que la doctora tenía para nosotros y que no era buena idea contarlas delante de la pequeña.

-¿Saben cómo funciona esto de la quimioterapia? -preguntó la doctora.

-Algo hemos oído y sobre algo nos hemos informado -dijo mamá. -Pero puede explicarlo de nuevo.

-Bien -comenzó a decir la joven. -La quimioterapia puede aplicarse por vía ultravenosa o en forma de pastilla, ¿de acuerdo?

-Bien hasta ahí -dijo papá. -Nosotros pedimos que a Sofi le dieran pastilla, odia las agujas.

-Lo sé, lo tengo apuntado aquí -dijo la chica señalando una pequeña libreta. -Además solemos dar pastillas a los pacientes menores de 14. Pero en realidad quería informar sobre los efectos secundarios de la quimioterapia.

Mamá pareció caer en una profunda tristeza ante las palabras de la doctora. Era como si, aunque ella lo supiera perfectamente, si no lo oía en voca de un profesional, tuviera la esperanza de que nada pasara. Papá asintió con la cabeza, justo después de rodear con un brazo a mi madre.

Si Supieran (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora