Si Supieran (Camren)

Capítulo 3

El chico pasó un brazo por alrededor de los hombros de Lauren y se sentó, haciendo más amplio el hueco que había entre la ojiverde y yo.

-Perdón -dije yo. -Creo que estás molestando un poco.

-¿De verdad? -preguntó. -Oh, lo siento.

Pero Jacob era un insolente y, unas disculpas que yo pensé que serían sinceras, sólo las pronunció para que me callara un rato. Volvió a girar su cara hacia Lauren, que intentaba deshacerse del agarre del fornido.

-Está bien -dije. -O te vas de aquí ahora, o llamo a nuestro guardaespaldas.

-Qué miedo tengo -contestó el chico. -Eh, no te pongas celosa. Hay Jacob para todas.

Tomé aire y lo solté. Agarré el brazo de Jacob y lo dejé caer en el aire. Tomé la mano de Lauren y le llevé hasta el baño de chicas, al que supuse que no entraría.

-Gracias -dijo Lauren.

-¿Gracias? ¿Por qué no te has levantado y te has ido tú sola? -pregunté enfadada.

-Camz... me bloqueo cuando pasa algo así. Ya sabes.

-Pues deja de bloquearte, Lauren -dije cruzándome de brazos.

-¿Qué te pasa? -preguntó.

"¿Qué me pasa?"

Traté de calmarme. En realidad Lauren no tenía culpa de lo que había pasado.

-No lo sé... sólo me frustro -dije.

Ella se acercó tranquilamente a mí y me abrazó calurosa y tiernamente.

-Lo siento -pronunció a mi oído.

Un escalofrío recorrió mi piel de principio a fin. Probablemente porque no esperaba aquel leve aire acariciar mi oído. Nada más fuera de lo normal.

-Vamos, deben estar preocupados.

Lauren asintió, apretando un poco sus labios formando una tierna sonrisa. Cuando salimos de allí, Jacob había desaparecido. En su lugar, estaba Rob, hablando con las chicas. Estaba segura que Ally le había avisado. Quizás Jacob había intentado quedarse mientras nosotras le evitábamos.

-¿Todo bien, chicas? -preguntó Rob.

Lauren asintió.

-Sí, solo era un baboso -agregó tomando su copa.

-¿Qué bebéis? -preguntó el enorme Rob, ladeando la cabeza y pareciendo intimidante.

-Rob -comenzó a decir Lauren. -Tengo 19 años, puedo beber lo que quiera.

-19 años y un concierto mañana. ¿Estáis bebiendo alcohol? -preguntó y yo, disimuladamente, solté mi copa en la mesa.

-Te he visto, Mila -dijo Big Rob con desdén.

-Es una noche, Rob. Por favor -pedí.

-Está bien. No le diré nada a Joey, pero no me moveré de aquí.

Aquella discoteca era enorme. Era como el lugar en el que todas las celebridades paraban alguna noche en su paso por Las Vegas. Había gente de todas las clases y música de todos los tipos. Rob se las apañó para conseguir un reservado VIP, en la segunda planta, fuera de peligros y acosaciones. A decir verdad, no sabía cómo no lo había hecho antes y nos había dejado entrar con todo el mundo abajo.

Arriba se estaba mejor. El sofá era más amplio e igual la mesa. Rob no se había dado cuenta de que cada una se había tomado ya tres copas, porque se había reencontrado con un viejo amigo, de apariencia bastante parecida a la suya y se pasaron hablando toda la noche.