La confianza había que ganársela y Bayron tenía la mía.

- Dime qué debo hacer.

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Bayron me había dicho que tendría que volver a bajar para cenar, el jefe como el lo llamaba tenía una cena importante y quería que yo le acompañase. Tendría que hacer la interpretación de toda mi vida porque debería portarme como una auténtica sumisa, y quien me conociese un poco sabía que yo no era así. Mi vida y la de las personas que me importaban estaba en juego y haría todo lo que estuviera en mi mano por salvarles. Me puse un vestido escotado por la espalda, quería que la otra persona que tuviese la reunión viese mis pequeñas marcas, aunque dudaba de que sirviese de algo.

Bajé al mismo salón de ayer y vi la mesa preparada para tres comensales, Miguel estaba de espaldas a mi pero se giró rápidamente.

- Bella, que guapa estás - dice acercándose a mi. Decido no responder porque no vale la pena, pero el muy cabrón me besa en los labios. Intento no escupir hacia su cara y pienso en Leonardo para calmarme - Vaya, sin caras de asco ni frases odiosas, lo de ayer sirvió para algo - me coge de la cintura y me sienta a su lado.

Una puerta que no había visto antes se abre y entra Mark, el cabrón que mató a la madre del pobre niño.

- Jefe, su visita acaba de llegar ¿le digo que pase? - pregunta y me mira con desdén.

- Si, si. No le hagamos esperar más, me interesa hacer negocios con él.

La puerta vuelve a cerrarse. No me gustaba estar a solas con Miguel y menos con dos hombres que seguro que estaban igual de locos. El cabrón de mi ex novio pone la mano en mi muslo, escucho como la puerta se abre y aprovecho para apartarle la mano, no dejaré que me toque.

- Por fin nos conocemos - dice Miguel levantándose hacia la persona que acaba de entrar.

Alzo la vista y me atraganto como mi propia saliva.

Romeo está delante de mi observándome con cara de sorpresa, mira hacia Miguel y después hacia mi en un movimiento de ojos rápido.

- Encantado de conocerte Miguel - dice con voz seca.

Él nos observa a ambos con cara extraña pero Romeo comienza a hablar.

- Veo que eres tú quién tenía a la hija de los Ferragni.

- Si ¿ pasa algo por eso ? - pregunta con tono desafiante Miguel.

- Para nada, simplemente no tenía ni idea que estuviese en mi suelo, deberías saber que Nápoles es mía - dice mirando a mi ex novio con furia.

- Perdona, todavía no sé muy bien como va el tema de los clanes aquí - se excusa.

- Si secuestras a alguien y lo tienes custodiado bajo mis dominios debes decírmelo. Pero no entiendo por qué la secuestraste, tendrás a media Italia en tu contra por esto - dice señalándome como si fuese solo mercancía. No entendía nada ¿ por qué no sacaba su arma y mataba a Miguel ? se supone que Romeo y yo éramos amigos.

- Lo tendré en cuenta la próxima vez. Secuestré a Helena porque aparte de que era mi ex novia, posee un patrimonio que quiero y hará que Leonardo me de el suyo con el tiempo - dice volviéndose a sentar.

Lealtad (Crónicas de la mafia #2)Where stories live. Discover now