Capítulo 12

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HELENA

Me sentía la peor persona del mundo por haber metido en problemas a la madre del pequeño Leonardo y a él mismo. Escuché su dulce voz llamarme por la mañana temprano y ni siquiera me acerqué a la ventana, tenía miedo de que ese bastardo fuese a por él. Protegería a ese niño como pudiese y la mejor forma de hacerlo era evitándole.

Bayron me trajo una crema tan pronto escuchó que estaba despierta, la espalda me dolía pero podía aguantar bien el dolor. Me la esparcí como pude, no quería ayuda de nadie pero tampoco él me la ofreció, supongo que era bastante listo para comprender que no quería ver a ningún hombre. Me puse una camiseta con la espalda al aire porque no quería que ninguna tela se pegase a ella.

Al mediodía la puerta se abrió y apareció la mujer que me traía la comida llorando. Dejó la bandeja encima de la mesa y me abrazó con fuerza. Por mucho que me quejase por su apretón en la espalda no me escuchaba. No entendía porque se comportaba así. Cogió el mando de la televisión, marcó unos dígitos y apareció el canal de noticias, mi madre salía hablando.

- Han pasado nueve días desde la desaparición de mi hija Helena - llevo mis manos a los ojos y lloro al ver a mi madre sana y salva - desperté del coma hace dos días, y no pretendo quedarme ni un solo día más en una cama. Solo quiero decirle a la persona o personas que la tienen que no pararemos hasta encontrarla. Como mi yerno dijo hace unos días - ¿yerno? - sumo la misma cantidad de dinero que el ofreció por el paradero de su novia, mi hija Helena.

Mi corazón acelera al entender lo que mi madre acaba de decir. La emisión en directo se corta y sale una presentadora hablando.

- Conmovedoras palabras de una madre que busca a su hija desesperadamente, Elsa Ferragni acaba de dejar bien claro al mundo que tanto su familia como la familia Corleone ofrecen un total de doscientos millones de euros por el paradero de su hija Helena. Es una cifra espectacular para un rescate, desde luego si el secuestrador nos está viendo o alguien que conozca el paradero de la hija del alcalde de Roma, deberían entregarla con urgencia. Recordemos las imágenes de Leonardo Corleone el día que declaró junto a Riccardo Ferragni.

Y ahí aparece el amor de mi vida, sus ojos chocolate están llenos de ojeras al igual que los de mi padre, su aspecto siempre sano e impoluto ha desaparecido, pero dice cada frase con furia y determinación, Leonardo me quería de vuelta y había ofrecido cien millones de euros por mi liberación. Me acerco a la pantalla y toco su cara, aún estando triste sigue siendo el hombre más atractivo, sexy y fuerte que he conocido.

Sin darme cuenta estoy abrazada a esta mujer encantadora que me acuna en sus brazos y me acaricia el pelo con suavidad. Me separo de su hombro y también me mira con tristeza, creo que acaba de ver con sus propios ojos que no estoy aquí por mi propia voluntad.

Me trae la comida y la como sentada en el suelo, mientras ella me extiende la crema por mi espalda. Cuando se despide me siento por primera vez sola, echo tanto de menos a mi familia que duele muchísimo. Antes de marcharse me da un pequeño folio con un bolígrafo, no entiendo qué quiere decir así que escribo los números de teléfono que recuerdo de mi familia y de Leonardo. Ella acaricia mi cara y solo puedo rezar para que nada le pase. Sino, nunca me lo podría perdonar.

Me tumbo en cama y veo cómo la puerta se abre despacio.

- Soy Bayron, ¿ estás visible ? - pregunta en un susurro.

- Si, pasa - digo levantándome de cama.

- Acaban de verte en las noticias, ofrecen doscientos millones de euros por ti - dice asombrado - voy a ayudarte a salir de aquí, pero necesito que confíes en mí.

Lealtad (Crónicas de la mafia #2)Where stories live. Discover now