Lealtad (Crónicas de la mafia #2)

Capítulo 11

- Touché, nos llamamos cuándo haya novedades.

Fabio se marcha dejando la marca de sus neumáticos en el asfalto. Camino hacia el coche de Benja y veo que se está besando con Ivy, prefiero dejarles solos, pero ella alza la vista y me sonríe para que me acerque.

- Vaya reunión familiar tío, lo que te espera en esta familia - dice Benja - no sabía si esconderme de Elsa o de la mirada de odio de Fabio.

- La madre de Helena es genial, llega del hospital y ya manejando todo el cotarro, de mayor seré como ella sin duda - dice Ivy riéndose.

- Mientras Helena esté de mi lado aguantaré más reuniones así. Me voy a casa ya, mañana Elsa tiene la entrevista y necesito estar descansado para adivinar la contraseña.

- Vale tío, te llamo a primera hora - le doy una palmada en el hombro, Ivy se gira hacia mi y bordeo el coche para hablar con ella mejor.

- Vigilaré los pasos de Mircella, de todas formas ¿ no os fijasteis que tiene una especie de hematoma en el ojo ? - nos pregunta a ambos.

- Si te digo la verdad ni me fijo en ella, solo la miro con asco y odio - digo rascándome los ojos, estoy cansado y no se de qué.

- Yo en lo que me fijé es en el olor a chocolate, estaba a punto de morder a Ivy si nadie traía chocolate - dice Benja dándole una palmada cariñosa en el muslo de su chica.

- Si, en casa de los Ferragni también olía bastante, pensé que sería Agatha haciendo el bizcocho que le gusta a Helena - Ivy se lleva la mano al mentón y se lo rasca.

- En mi casa también, bueno, os dejo ya, que sino me caigo rendido ahora mismo - vuelvo a despedirme de ellos y entro en mi coche, conduzco hasta mi casa sin pararme en ningún lado.

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Cerré bien la puerta de mi habitación y me tomé otra pastilla de esas milagrosas, había dormido profundamente sin pensar en nada y necesitaba otra noche de esas, cogí el móvil y tenía un mensaje de voz en el buzón, pero no me apetecía escuchar nada ahora mismo. Si fuera importante ya me habrían vuelto a llamar, seguramente era David. Volví a mirar la fotografía y la llevé hasta mi pecho, si Helena me viese ahora mismo me llamaría cursi, pero es que la echaba muchísimo de menos. Quería besar cada rincón de su piel y marcarla como mía y por supuesto quería ser de ella. El sueño volvió a vencerme rápidamente.

Abrí la puerta de su balcón y no la vi por ninguna parte, había luz en su vestidor y entré sin hacer ruido alguno. Helena estaba tumbada en el suelo contemplando los zapatos que le había regalado ese mismo fin de semana. Llevaba un pantalón corto de pijama y veía sus interminables piernas blancas.

- Sé que estás ahí Leone - dice con su dulce pero pícara voz - ¿ piensas cazarme o que ?

- Ya te gustaría que me tumbase encima de ti y te besara en ese cuello largo que tienes - respondo vacilando.

Se incorpora rápidamente y se gira para mirarme, recorre mi cuerpo con lentitud y alza una ceja - Tienes los botones de la camisa mal puestos - dice chasqueando la lengua.

Acababa de enrollarme con Chiara, ella quería que nos acostáramos pero no sé por qué no lo hice.

- Fui a entrenar, me vestí corriendo - miento. ¿ Por qué le mentía ? tampoco sabía esa respuesta.

- Ya... - se levanta del suelo con agilidad y deja los zapatos en una esquina.

- ¿ Qué hacías aparte de no hacer nada ? - pregunto molestándola y a ver si así olvida lo que quiera que esté pensando.

- Pensaba en como decorar el vestidor, está algo soso. - dice sacando unos vestidos que nunca le había visto antes.

- Bueno, no sé, yo tengo el mío ordenado por colores y modelos, ya sabes, trajes a un lado, vaqueros a otros, camisas juntas. En realidad lo hizo mi madre - digo pegándome a la pared. Cuándo Helena estaba con su ropa me olvidaba, así que si la ayudaba podríamos ver algo en la televisión más tarde.

- Pues haré lo mismo, ven, empecemos por los zapatos, dame los negros y así los coloco primero arriba que son los que más uso - dice dándome la espalda.

Miro al suelo y veo veinte pares de zapatos negros. ¿ Cuáles dirá ? Se gira al verme indeciso y se echa a reír.

- Madre mía Leonardo, que cara tienes, pareces tonto. Coge unos cualquiera y listo.

- Es que no entiendo por qué tienes que ponerlos así, pon en el centro del vestidor en una caja de cristal los zapatos que te regalé. Así lo primero que verás cuándo entres serán los más bonitos que tienes - digo sonriendo.

- ¿ Los de la cenicienta ? - pregunta con una sonrisa en su cara.

- Si, los de la cenicienta.

Me despierto y abro los ojos.

- Tiene que ser esa la contraseña.

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Aparco enfrente del garaje de Helena y veo su Bugatti. Respiro hondo y entro con paso decidido en casa de los Ferragni. Agatha me abre la puerta y sonríe al verme.

- El señor Riccardo está desayunando en su oficina, tiene una reunión pero la señora Elsa está en el jardín - dice informándome. También huele la casa un poco a chocolate.

- Solo vengo a la habitación de Helena - subo las escaleras con ella siguiéndome - ¿ entró alguien en ella ?

- No, nadie entró, ni siquiera entré para limpiarla, quiero que Helena vea su habitación como la dejó - dice con tono de tristeza en sus palabras.

- No tardará mucho en volver - más bien digo esas palabras para creérmelas yo mismo.

Agatha abre la puerta y entro en la habitación, toda ella huele a Helena. Inhalo su olor y es como un chute de adrenalina para mi, como si su olor me cargase las pilas.

- Te dejo a solas Leonardo - dice con cariño y cerrando la puerta.

Recorro la habitación lentamente con la mirada, todo está igual que la última vez que vine a verla. Me siento en su cama y observo todo desde ese ángulo. Decido que es hora de averiguar si sé de verdad la contraseña. Entro en su vestidor y este se ilumina ante mi presencia. Aparto unos zapatos con cuidado y veo el panel, introduzco primero nuestra fecha de cumpleaños, pero no es esa.

- Espero tener razón - digo para mi solo.

Escribo cenicienta y el panel se vuelve verde mientras que la puerta se abre despacio ante mis ojos.

¡ Hola ! ¿ Os gustó el capítulo ?

¿ Que habrá dentro de la habitación ? ¿ Cómo va la historia ? os confieso que estoy deseando que encuentren a Helena de una vez.

Gracias por leerme y por vuestros comentarios que tanto me gustan leer. Darle a la estrellita que es un honor para mi.

Un beso gigantesco