CAPÍTULO 45: We need help

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—¿James?— preguntó Dean sin entender a qué se refería el castaño.

—James, nuestro James, el brujo.

—No entiendo a dónde quieres llegar, Sammy.

—Rowena pudo deshacerse de la marca con un conjuro. Quizá James podría ocultar la marca — sugirió Sam.

AAl rubio aquello no le pareció una mala idea, y suspiró esperanzado. Sacó su teléfono móvil del bolsillo y se lo tiró a su hermano instándole a llamarlo por teléfono. Sam marcó el número y esperó a que James se lo cogiese, confiando en no molestarlo con la hora de llamada. Al tercer toque oyó la voz del brujo al otro lado del teléfono, y le explicó rápidamente la situación.

— Mañana por la tarde estará aquí—comunicó devolviendo el teléfono a Dean de la misma manera.

...

Castiel se pasó toda la noche de guardia, mientras ambos hermanos intentaban descansar, Sam en el sofá y Dean en la habitación al lado de Emma. Aunque este último no pegó apenas ojo. Pasó el tiempo observando a la chica, se la veía débil, el tono verdoso de su cara no había desaparecido por completo y, aunque llevaba varias horas durmiendo, unas profundas ojeras se marcaban por debajo de sus ojos. Seguía tumbada en la misma posición que cuando Castiel la había curado y Dean apenas hacía ruido, intentando asegurarse de oír el sonido de su respiración, por miedo a que lo que había dicho aquel tío se hiciera verdad, se negaba a perder a Emma, era lo mejor que le había ocurrido en su vida últimamente.

Después de estar tres horas tumbado dormitando, se levantó y se fue en dirección a la sala de estar. Su hermano roncaba en el sofá, mientras Castiel miraba al exterior a través de la ventana.

—¿Alguna novedad en el frente?— Sam se incorporó rápidamente en el asiento al oír la voz de su hermano, que cuando llegó a su lado le golpeó la espalda a modo de saludo.

—Nada— contestó el ángel—. ¿Por qué los humanos siempre recurrís a las referencias a películas?

—¿Por qué el ángel entiende nuestras referencias a películas ahora? —   respondía Dean, mirando a su hermano que seguía restregándose los ojos intentando despejarse.

—Cas, dime que en esas bolsas que trajiste ayer hay café— el aludido asintió y Sam se levantó atacando a las existencias que todavía seguían en la barra de la cocina—. Deberíamos comprar algo más, aparte de cerveza y café no hay mucho.

—Apunta el pastel—Sam levantó la vista mirando a su hermano con exasperación el cual seguía sentado en el sofá.

—Hasta en los peores momentos tienes en cuenta el pastel— se giraron al origen de la tímida voz que había salido desde la puerta de la habitación.

Emma estaba de pie ante los tres, con la sábana rodeándole los hombros. Su expresión denotaba cansancio, y con la luz que había en aquella sala, el color de su cara parecía incluso más enfermizo. Dean se levantó y se acercó a la pelirroja, cogiendo su rostro entre sus manos.

—¿Cómo estas?— preguntó tratando de examinarla de cerca.

—Bien—contestó la chica asintiendo.
—. Tengo el hombro adormecido, pero bien— apoyó la frente en el pecho de Dean, mientras este la rodeaba con sus brazos.

En esos casos consideraba la altura del cazador como una ventaja, se sentía protegida, arropada, aunque sabía que lo que había ahí fuera en aquel momento era más fuerte que cualquiera de los cazadores que se encontrase en aquella habitación.

Tras unos momentos en los que Dean se acordó de que no estaban solos, se apartó lo justo como para dirigirla de vuelta a la habitación. La sentó a un lado de la cama y se fue en dirección al salón. Todos lo observaban extrañado mientras sacaba una de las camisas que le había cogido su hermano y se la llevaba a Emma cerrando la puerta detrás de él.

BECOMING A HUNTER ⇘ SUPERNATURAL ✓ EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora