BECOMING A HUNTER ⇘ SUPERNATURAL ✓ EDITANDO

CAPÍTULO 34: Another part

Emma despertó al sentir la mano de Dean recorriendo su espalda, abrió los ojos poco a poco y lo miró. Sus ojos verdes brillaban de manera extraña, él le dedicaba una media sonrisa, para después darle un beso en la frente. Emma sonrió a su vez, no sabía cuánto iba a durar aquello pero estaba segura de que no iba a acostumbrarse al cambio de actitud del cazador, y la maravillaba el saber que ella era la única que veía esos gestos.

Dean por su parte no recordaba sentirse tan completo desde hacía bastante tiempo. No había dormido durante las horas en las que Emma había estado dormida, se había quedado observándola, hasta que unos segundos antes había empezado a oír ruidos en el búnker, deduciendo que su hermano había llegado con los demás. Se incorporó ligeramente, lo suficiente como para apoyar su espalda contra la cabeza de la cama, arrastrando a Emma con él. Ella se acomodó con las piernas a los lados de sus caderas, mientras él tiraba de las de ella para acercarla. Rozó sus labios, gesto que Emma interpretó como luz verde, juntó su boca con la de él, besándolo con timidez al principio, después se pegó a él, rodeando su cara con ambas manos y abriendo su boca dándole libre acceso a ella.

—Así no me estas poniendo nada fácil levantarme.

—¿Para qué quieres levantarte?

—Creo que Sammy y los demás están aquí, así que a no ser que quieras que nos pillen así— justo en ese momento se oyó la voz de Sam por el pasillo.

Emma se apartó rápidamente de encima del cazador, el cual se levantó apresuradamente, poniéndose el bóxer y los pantalones con una sonrisa al acordarse de lo ocurrido unas horas atrás, y después plantarse la camiseta, mientras Emma también se vestía.

—Dean, ¿puedes dejarme una camiseta?— preguntó levantando la prenda que había llevado la noche anterior, mostrándole una tremenda raja que iba desde la zona del escote a la parte inferior de la camiseta. El cazador se rió, fue hasta la cómoda y le lanzó una camisa a cuadros azul. Después abrió la puerta justo en el momento en que la chica ponía un pie en el suelo, seguido de un grito ahogado. Dean se dio la vuelta rápidamente hacia ella.

—¿Qué pasa?

—El pie.

—Déjame verlo— se acercó a ella otra vez y cogió su pie con cuidado—. Tienes un buen corte en la planta— anunció, sabiendo que había acertado con sus deducciones al ver las huellas la noche anterior. Emma frunció el ceño mientras él se reía.

—¿Qué te hace tanta gracia?

—La noche ha sido movidita— dijo mientras ella terminaba de abrocharse los últimos botones de la camiseta. La pilló por sorpresa, pasando un brazo alrededor de su cintura y otro bajo sus piernas.

—¡Eh!

—¿Quieres ir andando hacia la biblioteca? Porque te recuerdo que el botiquín está allí— salió con ella por la puerta justo cuando Sam aparecía por el pasillo. Emma se tapó la cara con una mano, mientras con la otra se agarraba a Dean, notando como el calor llegaba hasta sus mejillas.

El pequeño de los Winchester pasaba su mirada de Dean a Emma, para después caer en la cuenta del portátil y los cristales destrozados en la puerta de la habitación de la chica. Volvió a posar su mirada en ellos, percatándose de que Emma llevaba una camisa de Dean. Frunció los labios intentando no reírse, siguiendo a su hermano y a la pelirroja a través del pasillo de vuelta a la biblioteca.

Cuando les vieron entrar, Castiel frunció el ceño, Crowley se atragantó con su propia saliva y Cole con el bollo que se estaba comiendo, mientras Sam aparecía detrás de ellos sonriendo como un idiota. Al igual que el día anterior, Dean dejó a Emma sobre la mesa, delante del ángel, mientras este le miraba extrañado, fijándose en la herida del pie.