BECOMING A HUNTER ⇘ SUPERNATURAL ✓ EDITANDO

CAPÍTULO 32: Pursuit

—Dean, siento decirlo pero tiene razón— manifestó su hermano.

—Tenemos a Cas— dijo señalando al susodicho con la cabeza.

—La última vez casi nos supera a Emma y a mí, y yo seguía siendo un ángel— contestó Castiel.

—¿Y qué sugerís? No hay nadie que pueda respaldarnos. Si le pedimos ayuda a Crowley lo más probable es que nos deje tirados en el momento en el que las cosas se pongan feas— se hizo el silencio en la biblioteca mientras todos intentaban buscar una solución.

—¿Cole?— propuso Sam.

—¿En serio, Sam? Cole tiene familia, una mujer y un hijo.

—Dean, si no hacemos algo y acabamos con los pecados es muy probable que no tenga ninguna familia con la que volver— sabía que su hermano tenía razón, pero cuando decía que no quería meter a alguien lo decía en serio.

—¿Cuántas vidas nos tenemos que echar a los hombros antes de que te des cuenta de la cantidad de personas que han muerto por nosotros?

—No podemos hacerlo solos—repitió su hermano.

—Esta bien— accedió Dean.

—Y deberíamos pensar lo de Crowley— en este caso, el de ojos verdes levantó la cabeza sorprendido y cabreado.

—No puedes estar hablando en serio.

—Lo estoy. A él le interesa tanto como a nosotros acabar con los pecados. No puede manejar una rebelión a la vez que ellos están paseándose por la tierra— hizo una pausa—. Somos cuatro, tú te puedes quedar con Emma. Llama a Cole, yo convocaré a Crowley.

...

Tras unos minutos Dean había puesto al tanto a Cole de lo que ocurría y este había prometido que saldría cuanto antes, con el aviso de Dean de que no entrase por el pueblo y buscase otra ruta. Mientras tanto Crowley andaba haciendo sus chistes baratos por el búnker.

—Te lo juro, como no cierres tu maldita boca te atravieso con el cuchillo— dijo entrando a la biblioteca con el teléfono en la mano refiriéndose a Crowley y al cuchillo matademonios.

—Está en sus días la princesita— dijo el mencionado.

—Se ha peleado con Emma— le informó Castiel, que cerca del demonio se sentía realmente incómodo. No habría aceptado trabajar con él si no hubiese sabido que la vida de sus amigos estaba en peligro. Recibió una mirada reprobatoria por parte de Dean y no continuó hablando.

—¿La gatita sigue con vosotros?— preguntó Crowley—. Pensé que a estas alturas se habría cansado.

—Crowley, no metas el dedo en la llaga— pidió Sam.

—Bueno y ¿a cuál de los dos se ha llevado?— siguió el demonio—. Yo voto por alce, por eso de que tiene cara de muñeco y es más alto.

—¿Qué te ha dicho Cole?— preguntó Sam a su hermano.

—Tenéis que esperarle hasta esta noche. Tiene que preparar las cosas y el viaje hasta aquí le llevará unas cuantas horas.

—¿Tú no vienes?— preguntó Crowley a Dean.

—Emma ha estado en el pueblo, es probable que en unas horas este como la gente de allí, así que Dean se queda vigilándola.

—Así que se ha quedado con el otro hermano— anunció Crowley, fingiendo sorpresa—. Menos mal que no he apostado dinero— Sam tuvo que sujetar a su hermano antes de que este se tirase encima del demonio.