Capitulo 18: Famiglia

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La luz dio de golpe contra sus ojos, como cada mañana, haciéndole fruncir el rostro, con un quejido escapando de sus labios, enterrando su rostro contra la almohada durante un momento, tratando de despertarse lo suficiente.

—Ya despierten, los señores están a punto de llegar, y todavía tienen que arreglarse.

Levantó la cabeza lentamente, encontrándose con un largo cabello negro sobre su pecho, un pequeño cuerpo sobre el suyo, parpadeó confundido encontrándose con su hija hecha un ovillo contra él, su rostro enterrado contra su pecho, y al otro lado de ella vio a Naruto, rodeando a la menor con un brazo y su mano puesta delicadamente sobre su pecho, con el rostro enterrado en el cuello de Natsuki, como si quisiera escapar de la luz de aquella forma.

Nunca se había sentido tan feliz en su vida, estaba seguro de ello, despertar en la misma cama que su pequeña familia tenía que ser su nueva cosa favorita.

— ¡Sasuke!

Alzó la mirada rápidamente, encontrándose con los orbes de Misa, quien le veía con reproche y las manos sobre las caderas.

—Ya les despierto —prometió.

La mujer asintió una vez, antes de encaminarse hacia la puerta, murmurando por lo bajo el poco cuidado que ponían cuando tenían que despertarse temprano, y como todavía tenía que terminar de arreglar el uniforme de Natsuki.

Soltó una risa, viendo como la puerta se cerraba con un firme golpe.

Observó durante un momento a las dos personas a su lado, sonriendo pequeño al verles con tanta calma, como si nada pusiese perturbar su sueño; no sabía en que momento Natsuki había ido a parar en medio de ellos, y tampoco era que le importase, sabía que serian pocas las veces en que tendía aquel cuadro en su cama, y quería grabarlo en su memoria con fuerza, saber que aún le quedaba tiempo para tener a su princesa, antes de que ella decidiera que era demasiado adulta para meterse en la cama de sus padres.

—Natsuki, Naruto, necesitan despertar, ya es tarde y Misa–san está molesta.

Los dos comenzaron a acurrucarse al mismo tiempo, como si quisieran encontrar una mejor postura para continuar con su sueño; decidió que podía darles unos minutos más de sueño, solo para poder verles desde lejos.

Se apartó lentamente de su hija, dejando la almohada que había estado utilizando entre los brazos de la menor, y esperando hasta que esta se acurrucó para ir hacia la ducha, no sin antes tomarse un momento para observar al doncel con la niña, ambos durmiendo tranquilamente, escondiéndose de la luz.

Un suspiró de satisfacción salió de sus labios, y al fin, fue hacia el baño, necesitando de una ducha fría antes de poder lidiar con las furiosas miradas de sus padres y las palabras frías.




Naruto abrió los ojos lentamente, parpadeando un par de veces, tratando de acostumbrarse a la iluminación del lugar; había olvidado como le gustaba a Misa despertar a Sasuke.

Observó la habitación durante un momento, escuchando de fondo el ruido de la ducha, antes de que sus ojos quedaran fijos en el pequeño cuerpo que se apretaba contra el suyo, encontrándose con el largo cabello negro de su hija, quien le abrazaba con fuerza y tenía el rostro enterrado en su pecho, como si quisiera cubrirse del sol.

Hacía años que no la encontraba en su cama, durmiendo tan pacíficamente, tal vez tenía 9 años la última vez que había hecho eso, y solo fue tras un llanto que nunca explico, mientras se aferraba a su cuerpo y le pedía entre sollozos que le contara alguna historia sobre su padre; le había hablado al oído hasta que cayó dormida, contándole cuanto pudiese del varón, diciéndole todas las asombrosas cosas que le había visto hacer, y lo bueno que era haciendo todo.

-.Soy Tu Hija.-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora