—Damon...


—Tranquila, ya lo he superado –la interrumpe sin importancia–. Ahora, si me permites, tengo que irme antes de que se haga tarde, un banquete me espera en las afueras de Nueva Jersey –se acerca a ella–. Adiós, guapa.


Y desaprecio.
































— ¡Sfefan! –chilla Lexy al verlo entrar por la puerta del apartamento.


— ¡Lexy! –grita el castaño corriendo hasta ella, para estrecharla en sus brazos.


Ambos amigos se abrazaron con cariño. —Vine lo más rápido que pude –habla Stefan separándose de ella–. Recibí tu carta y vine corriendo, literal.


Lexy guarda silencio, cayendo en cuenta que le tocaba decirle la parte difícil a ella, romper todas las ilusiones de su mejor amigo en encontrar a su sobrina y recuperar a su hermano.


Eso la destrozaba.


—Ven, tomemos asiento –dice en un murmuro tomando la mano de Stefan y llevándolo al sofá, donde ambos se sentaron


Lexy, tratando de ser lo más cuidadosa que puede, empieza a narrar todo lo que había hecho con Damon desde que llego a Nueva York. Le contó todo, hasta su aventura con el pelinegro. Sin embargo, cada vez que se acercaba más al final de la historia, más nerviosa se sentía.


— ¿Jugó contigo, haciéndote creer que encendió su humanidad? –pregunta el vampiro, ella simplemente asintió–. No puedo creer que haya hecho eso, es tan... –desordena su cabello–. Damon.


—Eso es lo que nos buscamos por tratar de traer a alguien de vuelta sabiendo que es casi imposible –susurra.

Salvatore ➳The Vampire Diaries [1]Where stories live. Discover now