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|| Narra Peter ||

Empiezo con las primeras máquinas, me caliento en seguida, series de repeticiones para ablandar los músculos. Cargo poco, lo mínimo. He vuelto al gimnasio. Me viene bien para descargar tensiones. Una chica, alta, morena, de cuerpo diez y ligeramente maquillada, me mira. La observo curioso. Es bonita. Pero no me gusta su estilo. Hago en seguida la primera serie de cien.

Miro a lo lejos. Dos chicos, uno algo corpulento entrena a otro a penas de fuerza física. Otra chica se me acerca. La miro. Un mechón de pelo rubio castaño descubre a trozos su cuello suave. Ojos azules, dulces y serenos. Un perfil delicado, pero decidido.

- ¿Eres nuevo? - me pregunta sentándose en la máquina que está justo a mi lado. Yo la observo un segundo. Estoy sudando.

- Sí. - contesto algo forzado.

- Pues no estás tan mal para empezar. - suelta una carcajada.

Que lanzada tío. La observo y sonrío de lado. Ella me devuelve la sonrisa y comienza a hacer una serie. Miro al techo sin parar, uno tras otro, con las manos detrás de la cabeza, con los codos alineados, tensos. Segunda serie de cien.

- Oye Lanzani. - me susurra. Entrecierro los ojos.

- ¿Qué? - le pregunto curioso. ¿Cómo se sabe mi nombre?

- Hace tiempo que te veo por aquí.

- ¿A mí? - se me escapa una carcajada. Sigo haciendo abdominales. - Pero si es la primera vez que vengo.

- Pero no aquí.

- ¿Dónde? - susurro esta vez yo. Me levanto poco a poco y casi no puedo ni hablar del dolor en los abdominales.

- En el parque. Con una morena. - se levanta.

La veo reflejada en el espejo,sonriendo. Se le entrevén los pezones en esa micro-camiseta. Lo sabe pero no se tapa.

- Ah, sí. - suelto una carcajada.

- ¿Es tu novia? - pregunta con interés. Comienzo a sentirme incómodo.

- ¿No haces demasiadas preguntas para no conocerme de nada? - pregunto esta vez yo.

Abro mi botella de agua y tomo un sorbo. Se me caen unas gotas por el cuello, bajando por mis abdominales y perdiéndose dentro de mis boxers. Ella sigue con su mirada el recorrido y luego vuelve a clavar la mirada en mí. Sonrío de lado y guardo la botella en mi maleta. Luego me la echo al hombro y la miro por última vez.

- Adiós castaña.

Luego le guiño un ojo y subo del gimnasio, no antes sin chocarle la mano a algún que otro conocido. Llego hasta mi coche.

Abro la puerta trasera y tiro la maleta dentro. Luego abro mi puerta y entro. Meto la llave. Acelero una vez. Dos. Suspiro y pongo música. Esa no me gusta. Cambio de pista. Esta tampoco. Esta me recuerda a ella. Esta también. Apago la radio. Acelero. Cambio de marcha y me mantengo lejos. No me paro en ningún semáforo. Hoy todos están verdes paramí. Adelanto a los coches que están parados en el semáforo, después sigo recto, giro a la derecha, izquierda.

Un tipo medio calvo me toca la bocina con retraso. Estoy llegando a casa. Pero a lo lejos diviso a Lali. Ah, y al otro tío. Al lado hay un charco.Sonrío. Cambio de marcha. Velocidad. Los mojo enteros.

- ¡¡Gilipollas!! - me grita Danny.

Freno. Me bajo del coche. Lali está empapada. Sonrío sin darme cuenta.Ella apreta los puños y agarra a Danny.

- Oye tío, no es mi culpa que estéis tan cerca de la carretera. - me elevo de hombros. -Además agradecérmelo. Mirad que calor hace hoy. - abro mis manos y luego carcajeo.

Desafío al corazón»Laliter  [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora