»13

2.8K 146 1
                                    


—Gracias. - curvó sus labios y se alejó. Me quedé observando su cuello.

—Espósito - la llamé. Volteó.

—¿Qué? - frunció el ceño.

—Ven un momento.

—¿Qué? - entrecerró los ojos. - ¿Para qué? - Negué cansado y me acerqué yo.

—¿No te duele? - pregunté observando los rasguños que estaban marcados en su cuello.

—¿El qué? - llevó su mano a este por inercia. - ¡¿Me ha marcado?!.-preguntó alzando la voz. Yo asentí curvando los labios. Ella miró al suelo y apretó su mandíbula reprimiendo la furia. Luego, alzó la vista y me miró.

—Adiós. - dijo secamente.

No dije nada. Simplemente, la dejé ir.

                                 Lali POV

—¿¡Dónde estabas!? - preguntaron Rochi y Euge casi al unísono mientras yo daba un gran portazo. Me miraron sorprendidas. - ¿¡Qué te pasó!? - gritó esa vez Rochi acercándose a mí. Dejé las gafas a un lado. Respiré hondo, furiosa.

—Nada. - dije tajante.

—¡Qué te pasó Lali! - dijo Cande bajando las escaleras rápidamente.

—Juro que como vea a esa estúpida plástica, cortaré cachito a cachito cada uno de sus...- me cortaron.

—¡Que pasa! - gritó Euge. Me sobresalté.

—¡Que me ha pegado! - dije señalándome el cuello.

—¿Qué, qué? - dijeron las tres a la vez.

—¡Que la voy a matar! - me puse en pié. Estaba demasiado furiosa.

—¿¡Pero qué ha pasado!?

—Nada. - negué. - Nada.

—Cuéntanos Lali, somos tu amigas.

—Está bien. - asentí y tomé aire.



Y entonces les conté todo. Todo. Absolutamente todo. Desde mi pasado, hasta mi presente. Les conté mi historia. Toda mi vida. Se enteraron que intenté morir. Les conté que mi padre me abandonó. Les conté que estuve en una residencia para poder salir a delante, cuando pensaba que todo se consumía y acababa. Todo.

—Dios. - susurró Rochi con lágrimas en sus ojos.

—Eres muy fuerte. - dijo esta vez Euge.

—Demasiado fuerte. - retractó Cande quitando sus lágrimas. Yo suspiré hondo y me tiré hacia atrás.


                           Peter POV




—Oye. - dije acercándome a Gastón.

—¿Qué? - me preguntó sin dirigirme la mirada. Desatando sus zapatillas.

—Ayer no estuve muy bien que digamos.

—¿Lo siento quieres decir?- Tragué saliva. Yo era Peter. Era fuerte. Era un Lanzani.

Últimamente estoy demasiado flojo, no sé que me está pasando. Este comportamiento me asusta. Asentí y volví a mi cama. No le iba a regalar un perdón.

—Yo también lo siento. - dijo él esta vez. Lo observé. - Creo que tienes que aprender a aceptar tus errores. - Me miró desafiante. Y luego se fue. Me quedé callado, no tuve tiempo dar una respuesta. Sonó mi teléfono móvil.

Desafío al corazón»Laliter  [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora