Capítulo 48

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Peter ha conseguido el permiso para salir de la universidad. El coche va hasta los topes. Peter conduce, rápido. Ella a su lado y los chicos atrás. Van apretados. Muy apretados. Pero no les importa. Peter acelera con fuerza. Lali se agarra con más fuerza. Peter la observa por el rabillo del ojo y afloja. El coche frena con un chirrido de neumáticos. Apagan el reproductor de música y bajan. Lali baja su vestido que se ha subido un poco.

Rochi coge de la mano a Gastón. Nico, está con Maria que se ha venido también. Mientras Euge y Agus discuten como siempre, Cande y Vico se abrazan tiernamente. Y por último, Justin y Lali. Él la toma por la cintura y avanzan hasta la fiesta que se ve metros más lejos. Entre risas, entran en el local.

      La música retumba, tanto que parece que está dentro de tu corazón. ¿Nunca has sentido eso? Como si la música saliera de tu propio cuerpo y saliera disparada a todo tu alrededor. Una esfera de cristales alumbra de colores todo el recinto. Aunque la verdad, más bien esfera parece una nave que alumbra al estilo abducción de extraterrestres. El volumen de la música sube de golpe. Agus, Cande, Vico, Rochi, Gastón, Maria, Euge y Lali corren a la pista de baile, mientras que Peter y Nico se acercan a la barra a por bebidas. Gastón y Rochi comienzan a bailar en su salsa. Cande y Vico ríen sin cesar y Maria, Euge y Lali bailan juntas aquel ritmo pegadizo que no llega a quedar en ese ‘tun-tun’ repetitivo. Euge mira por el rabillo del ojo a Agus, que ahora baila con una escandalosa rubia. Cuando hablamos de escandalosa hablamos de un propósito algo normal en la sociedad actual. Su propósito es llamar la atención. Podemos observar a la chica con unos tacones de lentejuelas negros, del mismo color de su minifalda y por encima del ombligo surge una mini camiseta de tirantes color fucsia en la que se lee de pecho, a pecho, ‘’Sexy Girl 100%’’.

-¿Qué te pasa? – le pregunta una Lali divertida mientras contonea sus caderas.

-Nada. – dice Euge volviendo la mirada hasta ella. – Nada.

Por pura convicción Euge suelta una sonrisa algo forzada que Lali no tarda en notar. Disimuladamente, crea una vuelta sin dejar de bailar y se da cuenta de la situación. Termina la vuelta y vuelve a su posición inicial ocultando la sonrisa. Maria mira hacia la barra, esperando impaciente a Nico que vuelve con Peter y un armamento de bebidas. Peter curva su espalda y le da un beso a Lali en su mejilla, para luego darle una copa. Ella lo coge y toma un trago, presionando los ojos con fuerza.

-¿Qué es esto? – le pregunta con una mueca algo desagradable.

-Un trago especial. – le contesta Peter riendo mientras comienza a bailar al ritmo de una música más pegada.

-Sí, especial seguro. Tu lo que quieres es emborracharme. – dice ella curvando sus labios. Peter carcajea con fuerza y niega riendo, sosteniendo su copa con la mano izquierda, acercándose a ella.
Lali se lleva la pajita a la boca y toma otro trago. La verdad que es adictivo.

     Muchos no bailan, se balancean sin moverse de donde están con una copa en la mano y un cigarrillo en la otra. Luego están los que si se mueven de verdad, estos que se recorren la pista entera, tocando todo lo que ‘pueden’ o les está al alcance. Peter y ella se mueven con agilidad al ritmo de la música.

-Hermosa.

-Tonto.

Ya no hay copas ni nada que les impida bailar. Peter agarra la cintura de Lali  y la acerca más a él. Quiere sentirla cerca. Hay unos tipos detrás que no dejan de mirarla y quiere dejar claro que ella es suya.

-¿Qué tienes? ¿Por qué tan cerca? – pregunta ella riendo casi sobre su boca.

-Hay dos tipos detrás de ti que no paran de comerte con la mirada.

-¿Ah sí? – pregunta ella contoneándose aún más alejándose de Peter. Peter eleva una ceja y vuelve a pegarse a Lali.
-¿Te gusta ponerme celoso?
-No te estoy poniendo celoso, simplemente estoy bailando. – dice ella riendo. Peter vuelve a mirar hacia atrás. El moreno musculoso mira a Peter y se ríe en su cara. Vuelve a dirigir la mirada hasta Lali. O mejor dicho, hasta el cuerpo de Lali.

-Juro que como ese tío siga mirándote así voy a ir allí y voy a partirle la cara.

Lali rió y se acercó a Peter, colocando su suave mano en la mejilla de él, cancelando cualquier mirada dirigida a los tres tipos.

-O podrías besarme.

-Esa es otra opción.

-O podrías besarme, ya.

Escupió casi esta última palabra. Peter la miró y se mordió el labio inferior, nada discreto por cierto. Lali dirige su mirada hasta esos ojos dorados y no puede evitar soltar una leve sonrisa. Ella lo rodea con sus brazos y él desliza su mano hasta su cintura sin parar de moverse, esta vez más lento y pegado por la música. Peter se inclina hasta su boca en donde Lali recibe un apasionado beso. Pero un beso virgen. Y se preguntarán ¿Un beso virgen? Sí. Un beso virgen es un beso en donde solo se mezclan los labios, nada de lenguas. Sólo toque rápido, lento, más apasionado y otra vez lento de labios. Pero no todo el rato podían llevarse así. Peter mordisqueó los labios de ella y su boca le respondió de la misma manera hasta que sus lenguas se volvieron a juntar. La lengua de Petee buscó la de Lali y jugó con ella. Besar su boca y sentir su sabor era una de las cosas más maravillosas que había en este mundo. Ella se separó pues no era suficiente el oxigeno que él le brindaba.

Giró y siguió bailando con él ahora una canción más pegada. No volvieron a ver a los tres tipos. Los chicos se divertían, se besaban, bebían, bailaban. Se lo pasaban bien. Estaban contentos. Lali le bailaba más sensual a Peter mientras él pensaba que iba a morir de un ataque de calentura. Sus labios se rozan, se detienen de nuevo. Las manos de él bajan por sus caderas y recorren su espalda. Habían pedido más bebidas, ya comenzaban a surgir efecto. Pero estaban bien. Peter le susurra algo al oído a Lali. Le acaba de susurrar algo subido de tono. Ella no le responde, se lleva la pajita a los labios y toma un largo sorbo. Bailan. Hace calor y sudan. La música está muy alta. Supongo que muchos no piensan en nada, si no en disfrutar. La música está tan alta que amortiguan sus pensamientos. Más bebidas.

Desafío al corazón»Laliter  [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora