»69

2.4K 110 6
                                    

|| Narra Lali ||

Tres segundos. Tres segundos que mantiene su mirada en mí para luego acercarse y cerrarlos. Siento sus labios, cálidos. Suaves y calientes. Sus labios, saben a pasta de dientes de menta y se mueven con los míos en un ritmo lento, suave. Su nariz acaricia la mía con cada leve movimiento que hacen nuestras
bocas. Es una sensación hermosa. Dejando un ligero chirriar de labios me abandona y suelta una leve risa acercándose a la nevera. Me quedo observándole. La playa. Una sorpresa. Una cabaña. Una cama. Flores Comida. Él. Y yo. Solos. Miro hacia la ventana, hace viento, el cielo está
oscuro.

-¿En qué piensas? - pregunta con una voz tomada y algo ronca. Lo miro un segundo, me ha logrado exaltar. En realidad no lo sé. No sé en qué pienso.

-No lo sé.

--¿No sabes? - sonríe alejando la silla,
ofreciéndome asiento. Me acerco, le devuelvo la sonrisa y le miro.

--Gracias. - susurro. - Y no, no lo sé.

Se sienta justo en frente. Ha preparado pasta con salsa de tomate y mozzarella. Y sé que la ha preparado él porque es una de sus comidas favoritas. Se levanta de la mesa un segundo y camina hasta la nevera sacando una botella de champán. La playa. Una sorpresa. Una cabaña. Una cama. Flores. Comida. Él. Y yo. Solos. Y champan. Sin duda, este día no se me va a olvidar jamás. Un segundo más tarde toma su asiento y tira del corcho que sale volando y cae Dios sabe dónde. Aunque eso es lo que menos importa
ahora mismo.

--¿Quiere? - me pregunta con aires de actor. Le sigo el juego.

--Si por favor. Nunca lo he probado.

--Siempre hay una primera vez para todo.

Me mira, con su cara divertida. De la misma forma que me miró el primer día. Cuando nos vimos por primera vez. Siento algo revolucionarse en mi estomago. Te acercas a mí me entregas una mientras levantas la otra y ofreces un brindis por nosotros, por el sentimiento que nos embarga, porque este momento sea infinito y sobre todo inolvidable.

--Por ti y por mí. - susurra clavando su mirada en mis ojos. Perseverantes.

--Por ti y por mí. - le imito elevando mi copa haciendo sonar el ligero roce de estas. Tomo un trago.

--¿Le gusta?

--Es...

--Amargo. - me roba las palabras. Yo elevo una ceja y paso la lengua por mis labios.

--Exactamente. - asiento mientras él curva sus labios, dejando visible una pequeña parte de su dentadura.

Destapa un pequeño caldero y me sirve, para luego servirse él. Se ve delicioso. Enrollo la pasta en mi tenedor y lo pruebo. Él me mira
expectante. Quiere saber mi opinión. Y me hago derogar saboreándolos.

--Deliciosos.

Peter sonríe y comenzamos a comer. Nos reímos de vez en cuando, ya hemos dejado los aires de actor y actriz. La comida está muy buena y el champán ya no es tan amargo. Pero
no quiero tomar más. Me sirvo un poco de agua y miro hacia la ventana.

--Está lloviendo. - susurro. Él se gira y observa como el cielo está oscuro y como el mar bravo se nos presenta cerca. Luego vuelve la mirada
hacia a mí.

--Se pasará. - ríe.Coloco mi plato sobre el de él. Peter se acerca a la nevera de nuevo.

--Bebé yo no quiero más nada, estoy muy llena.- digo sincera.

--Esto no me lo puedes negar. - dice sacando dos rodajas de sandía.
La verdad que no concuerda mucho con el tiempo, pero...al diablo el tiempo.

Desafío al corazón»Laliter  [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora