-¿No te gusta la carne a la parrilla? Pero si es lo más sabroso que hay.

-Tiene un sabor extraño, como de putrefacción.

-¿Pu-putrefacción? - miró las carnes - ¿De qué hablas? Esta carne está fresca.

-Prefiero la pizza, creo que es lo único que paso.

-¿Te alimentas con pizza todos los días? ¿Acaso me estás tomando el pelo?

-Yo...- comprendió que no debió haber dicho eso y tenía que arreglarlo - Claro que estoy bromeando - rió falsamente - Me encanta la carne - tomó un trozo y lo masticó disimulando su gesto de asco.

-Seung Hyun, esa estaba cruda.

-¿En serio? Es tan buena que ni me di cuenta - decía aún masticando el pedazo para luego tragarlo.

-Qué raro eres, pero es lo que te hace especial - sonrió y siguió comiendo.

Después de cenar, aunque la que más comió y bebió fue Min Ji, regresaron a sus casas. Seung Hyun acompañó a la chica como buen caballero que es y luego tomó el autobús que lo dejaba justo enfrente del edificio por lo que no tenía que preocuparse, sólo tenía que estar pendiente de no pasarse la parada. Ya eran las 10 de la noche, no habían pasado tanto tiempo fuera pero ya era tarde considerando la hora a la que salían del trabajo y Seung Hyun, que solía llegar como a las 8:45 todos los días ya que de allí hasta la cafetería tan sólo habían 15 minutos, tenía a Ji Yong caminando de un lado a otro en el pequeño cuarto, mordiéndose las uñas de la preocupación. En cuanto vio al castaño entrar por la puerta se alivió pero no vaciló para reclamarle por haber llegado a esa hora.

-¿¡Dónde te habías metido!? ¡Me tenías demasiado preocupado!

-Tranquilo mamá – rió ligeramente.

-Y te ríes – resopló cansado – No te estoy diciendo que no salgas pero por lo menos avisa. Vas a tener que comprarte un celular.

-No tengo dinero para eso, lo que gane te lo daré como pago de renta.

-Pues utiliza un teléfono público...En fin ¿Me dirás dónde estabas?

-Salí con Min Ji, fuimos a Hongdae a pasear y luego a comer parrilla.

-¿Tuviste una cita con Min Ji? ¿Te volviste loco?

-Sé que dijiste que era una coqueta y todo eso pero una vez que la conoces bien es una chica muy agradable. Y no fue una cita, fue una salida de amigos.

-Siempre comienza así , luego se querrá acostar contigo, te desechará como un perol y se buscará a alguien mejor.

-Que desconfiado eres – hizo una mueca. Se quitó su chaqueta y se recostó en la colcha – Estoy exhausto, me duele la espalda – dijo entre un bostezo y se reincorporó - ¿Me das unos masajes? Es extraño que me sienta así considerando que ya estoy muerto.

Ji Yong rodó los ojos estando a espaldas del castaño por lo que éste no lo vio hacerlo. Ya estaba cansado que a cada rato dijera lo mismo.

-Háztelos tú – abrió la puerta.

-¿A dónde vas?

-A tomar algo de aire. Si quieres duerme hoy ahí para que estés más cómodo.

-Yo no duermo, recuerda.

-Sí claro, por eso es que todas las mañanas te encuentro roncando afuera - salió poniéndose una sábana por encima y con su celular en la mano que comenzó a revisar. En eso vio un mensaje de su madre que no había leído.

-Ven mañana a casa a las 9 am-

-¿Ahora qué querrá?

Apagó el teléfono y se quedó un rato sentado en el banco que tiene en la azotea hasta que el frío se lo permitió. Volvió adentro, aún la luz seguía encendida pero Seung Hyun se había quedado dormido incluso con la ropa puesta. De verdad que esos últimos días había estado muy cansado después de trabajar tanto, por suerte al día siguiente era sábado por lo que no le tocaba. Ji Yong se quitó la sábana que traía por encima y arropó con ella al castaño que se movió un poco para acomodarse mejor pero sin despertarse. El pelirrojo se sentó con las piernas cruzadas a su lado y le acomodó el flequillo que estaba en todas direcciones. En realidad el cabello no le caía en los ojos ni le molestaba pues estaba durmiendo pero Ji Yong tuvo el impulso de hacerlo. Se quedó unos instantes observándolo dormir y en cuanto Seung Hyun se giró, el otro se puso de pie de golpe y se recostó en el asiento debajo de la ventana en donde se quedó dormido.

Living with the deadWhere stories live. Discover now