Living with the dead

Mi amigo Seung Hyun

El timbre del cuarto de Ji Yong sonó mientras él seguía durmiendo, era temprano por la mañana y eso lo despertó, se preguntaba quién podía ser a esa hora pero insistían tocando. Se levantó estirando todo su cuerpo, bostezando y rascando su cabeza, al abrir la puerta se encontró sorpresivamente con su madre. De inmediato, alarmado miró hacia atrás en busca de Seung Hyun, sería difícil contarle a su madre porqué tenía a ese chico viviendo con él ya que no sabe mentir pero por suerte no estaba por allí, ya después vería donde se metió.

-¿No saludarás a tu madre?

-Hola mamá – pasa.

La mujer entró observando el lugar con gesto de desprecio al ver el desorden que tenía su hijo allí, se fue a sentar en el asiento bajo la ventana y apartó un montón de camisas que seguramente ya estaban sucias.

-Podrías rentar un lugar mejor o volver a la casa.

-¿Qué tiene de malo? Es cómodo, caliente, perfecto para un chico soltero como yo.

-¿Y cómo harás cuando te cases? ¿Traerás a vivir a tu futura esposa a éste chiquero?

-Ya empezarás con eso de nuevo – rodó lo ojos y tomó el montón de ropa que había en el asiento para guardarlas en el armario.

-Hijo, ya tienes 27 años, estás en edad para casarte y tener hijos.

-Hasta ya quieres que tenga hijos también. Jajaja ay mamá, por Dios, ya te he dicho que no me presiones con eso.

-Tú eres mi único hijo varón, eres el único que podrá darle continuidad al apellido Kwon.

-Al que le debería importarle eso es a mi padre que es el Kwon en todo éste asunto, tú eres de apellido Choi.

-¿Y eso que importa? – se puso de pie acercándose a su hijo – Yo quiero verte casado también, tengo miedo que se pase el tiempo y no consigas a nadie.

-Mamá, aún estoy joven, hay gente que se casa hasta los 40.

-Yo no quiero que tú hagas eso ¿Y qué si yo ya no vivo para ese momento?...No me lo pongas más difícil, si no consigues a alguien y te casas tendré que meter mis manos.

-¿A qué te refieres?

-Tú sabes a lo que me refiero – sin decir más abandonó el cuarto.

Ji Yong en cuanto escuchó el ruido de los tacones de su madre alejarse por las escaleras hasta que desapareció, no pudo aguantarse y gritó a todo pulmón para luego patear la pata de la mesa, cosa de la que se arrepintió porque estaba descalzo. Se sentó sobre su colchón sobándose el pie pero ese dolor se pasó rápido al tener su cabeza puesta en las palabras de su madre. "Tendré que meter mis manos" ¿Acaso se atrevería a buscarle una mujer para que se casara con ella? ¿En qué época vive? Ji Yong prefirió no seguir pensando en eso y volvió a la realidad preguntándose dónde se habría metido Seung Hyun. Lo buscó afuera y lo encontró durmiendo en el suelo recostado de una de las paredes del cuarto. Se sentó a su lado y respiró profundamente llamando su atención.

-Buenos días – lo saludó Seung Hyun.

-Buenos días – dijo seriamente mirando al frente.

Seung Hyun se percató que algo le sucedía y comenzó a picar su cachete con su dedo para animarlo.

-¿Qué haces?

-Es para que sonrías ¿Por qué tienes esa cara larga?

-Mi madre acaba de venir, otra vez comenzó con todo el cuento de que ya tengo edad para casarme y ahora hasta me sacó el tema de que quiere que tenga hijos.