- ¿Qué pasara con Amy y Steve?

- Ya están con Jill y James, vinimos a buscarlos a ustedes – que alivio.

Nos seguimos moviendo, creo que estamos yendo muy lejos. Nos detenemos y siento una puerta abrirse.

- Ya puedes abrirlos – miro a mi alrededor, estamos en una... ¿cabaña? – la compre para escondernos un tiempo, antes de que te llevaran, te iba a encerrar aquí – oh, cosas que no quiero saber.

- ¿vas a encerrarme?

- Justo ahora estoy pensando en un castigo - ¿castigo? ¡castigo!

- Oh, no por favor – suplico y el sonríe.

- Este pienso que te gustara – no creo que un castigo le gusta a nadie.

Camina por la casa, mientras yo me quedo inmóvil, creo que tengo miedo de que ese castigo me duela demasiado. Toma una bolsa que hay a un lado de un sillón y se acerca a mí.

- ¿puedo saber porque me castigaras?

- En otro momento enumeraría, el que te hayas ido, aunque fuera en contra de tu voluntad, que no me hables con respeto, que me llames Nicholas, y me insultes, más de dos veces – oh, me escucho

- Si me escuchaste ¿Por qué no viniste? Necesitaba tu ayuda

- Pensé que lo hacías para molestarme y no quería enojarme contigo.

- Y en este momento ¿Por qué me castigarías?

- Por hacerme romper mi promesa – ¿y eso es mi culpa? Me extiende la bolsa – cámbiate – me señala una puerta.

Me giro y pongo los ojos en blanco, que dominante que es. Entro a la habitación, es un baño. Saco la ropa y me quedo asombrada de lo que me ha dado. Pero mejor me lo pongo, no quiero otro castigo ¿para que necesita que me vista así de raro para que lo haga? Me avergüenza salir así pero no tengo opción.

Salgo del baño, en ropa interior y medias negras, dios, que vergonzoso. No veo a Nicholas por ninguna parte.

- Estoy en la habitación, la otra puerta – entro a la otra habitación pero tampoco lo veo ¿Qué está haciendo?

- ¿Nicholas? – siento unos movimientos y veo a Nicholas delante de mí - ¿Qué haces? – sonríe

- Ven – se mueve rápido devuelta y esta acostado en la cama en ropa interior, dios mío, ¿Cómo puede estar tan bueno este hombre? Parece una imagen perfecta para que vengan a hacer un cuadro – acércate Mei – creo que se que es lo que está a punto de pasar, pero no me importa.

-

Me acerco despacio mientras contemplo su cuerpo desnudo, es la primera vez que lo veo, cada parte de su cuerpo es perfecta. Sonríe, y creo que noto que estoy mirándolo asombrada, me ruborizo, que vergüenza.

Apoyo mis rodillas en la cama y cuando voy a apoyarme sobre ella. Toma rápido mi mano y me tira sobre él. Oh, mi cuerpo toca el suyo, frio, como el hielo y el mío estoy segura de que arde. Sonríe a centímetros de mi rostro, parece contento ¡feliz! Nunca lo vi así, el lado de Nicholas que rogué conocer, creo que está apareciendo.

- Ahora, tu castigo, será que hagas todo lo que yo diga, sin negarte, sin quejarse – oh dios, que excitante suena eso - ¿entendido? – asiento – perfecto ¿empezamos? –vuelvo a asentir – bésame.

Me quedo mirándolo y el borra la sonrisa, ohoh, eso es malo.

- Sin negarte, sin protestar – repite, vuelvo a asentir – ahora bésame.

Cicatrices I: Marcas en la pielWhere stories live. Discover now