Capítulo 18: ¿Traes protección?

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Capítulo 18: ¿Traes protección?

Jane

Al llegar a casa me tiré a la cama agotada. Había sido un día muy duro.

Cuando mamá llamó me vestí corriendo y, en menos de diez minutos, ya estaba cogiendo el autobús. Ese era uno de los problemas de no tener coche, aunque no quería tenerlo.

Me giré en la cama colocándome mejor. Me quedé examinando la pared, que estaba a rebosar de pósters de Sweet Downfall y de fotos. De las vacaciones, de toda la familia, de Am y Carol, de Elliot...

¡Elliot!

Salté de la cama al recordarlo. Joder, joder, joder. Habíamos quedado a las siete. Vi la hora en la pantalla del móvil, eran las once de las noche.

No pude evitar soltar un gemido, Elliot me iba a odiar. De nuevo.

Le llamé tres veces pero, en todas las ocasiones, me contestó el buzón de voz. Apreté el móvil con fuerza, la había cagado pero definitivamente.

Casi se me cae al suelo cuando empezó a sonar. Lo giré deprisa, con la esperanza de que fuera Elliot, solté un suspiro de tristeza al ver en el identificador que era Sawyer el que llamaba.

-Hola Sawyer, ¿sabes algo de Elliot? -pregunté nada más descolgar. Sabía que iba a quedar mal que preguntara sobre Elliot justo al contestar, pero necesitaba hablar con él.

-Por eso mismo te llamaba, me acaba de llamar y no sonaba muy bien. Me ha dicho que está cerca de un bar que hay por donde él vive -me contó. Me dio una punzada de dolor al saber que sí había recibido mis llamadas, pero no me había respondido.

-Creo que sé que bar dices, es muy famoso -dije aclarándome la garganta.

-¿Te importaría pasar a ver si está bien? Me siento horrible pidiéndote esto, pero no tengo coche y tardaría casi una hora en llegar. Elliot rara vez hace estas cosas y estoy preocupado -dijo atropelladamente. Coloqué el teléfono entre mi hombro y la oreja y empecé a vestirme.

-Ya voy para allá, no te preocupes. Espero que no le haya pasado nada -comenté subiendome los pantalones cortos.

-Muchas gracias, de verdad. Llámame en cuanto puedas -dijo despidiéndose. Le mandé un saludo y finalicé la llamada.

Después de ponerme la primera camiseta que encontré en el armario, bajé las escaleras y atravesé el salón, donde estaban Beth y los mellizos discutiendo porque no querían irse a dormir. No se dieron cuenta de mi presencia y pasé desapercibida.

Fui andando lo más deprisa que pude hasta llegar al Gromer's. Trataba de no pensar que le hubiera pasado algo y caminaba más rápido alejando esos malos pensamientos.

Estaba apunto de entrar en el bar, que estaba abarrotado, cuando le vi fuera, en un banco.

Me acerqué corriendo y me lancé a sus brazos.

Elliot, después de la sorpresa, me abrazó de vuelta, hundiendo su cabeza en mi cuello. No pude evitar esbozar una pequeña sonrisa al oler la loción tan adictiva que en rara vez se echaba. Noté cómo se puso tenso y se apartó de mí, deshaciendo el cálido abrazo.

-¿Qué haces aquí? -preguntó frío. Sus ojos grises me miraban fijamente esperando una respuesta.

-Sawyer me llamó, él estaba preocupado por ti, y yo también -contesté mientras acariciaba su mejilla que estaba magullada. Toda su cara, en general, estaba magullada.

Elliot ladeó la cabeza provocando que tuviera que apartar mi mano de su rostro.

-No parecía que te importase tanto cuando me dejaste plantado -casi escupió esas palabras. Se notaba que estaba muy enfadado, sus ojos me acusaban. Nunca le había visto de esta forma y, ser yo la causante, me dolía aún más-. No quiero oír tus excusas, si no te gusto dímelo, pero no juegues con mis sentimientos de esa forma -mencionó cabreado. Se llevó las manos a la cara en un gesto de frustración.

Más allá de la música © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora