-Um... Hay algo de lo que te quería hablar, aunque ya no sé si sea el momento.
-Dime. -La rodeó con sus brazos-. Siempre es el momento. -Le plantó un beso en la frente.
-Bueno... No sé como decirte... -Sonrió nerviosa, jugando con sus dedos-. Um... Creo que... Puedo... Posiblemente... Estar embarazada.
Nick la miró sorprendido. -¿En serio?
Ella asintió. -He tenido algunos malestares, y... No quería decir nada antes de estar segura, pero notarias mi preocupación tarde o temprano.
-Bueno... Me parece genial, es... Seria genial.
-¿Si? ¿No lo estás diciendo solo porque si?
-Por supuesto que no, mi amor. En lo absoluto. Nada me haría más feliz que tener otro bebé contigo.
-¿Y seria feliz no? Quiero decir, podemos llenarlo de amor, y... Ahora si estamos listos, Destinee estará muy contenta y...
El celular de Nick la interrumpió, el miró la pantalla. -Es Andrew, mi amor, debo atender.
-Por supuesto. -Lo besó brevemente-. Te dejo. -Le dijo antes de salir del salón.
-¡Destinee, vamos a llegar tarde! -Nick gritó al pie de las escaleras. Era martes por la mañana.
-¡Ya voy! -Venía bajando, con su mochila colgada al hombro.
-No creas que te vas a ir sin desayunar. -_____ le advirtió desde la cocina.
-Mamá, ya no me da tiempo. Voy a comer algo en la escuela.
-Pero ya está listo.
-No nos da el tiempo. -Dijo Nick-. ¿A qué hora te vas a trabajar?
-A las ocho.
-Entonces será mejor que te apures.
Nick dejó a Destinee como siempre frente a la escuela.
-Te comportas. -Le advirtió.
Destinee rodó los ojos. -De acuerdo. -Lo besó en la mejilla-. Te adoro, papi. Deja ya de ser tan enojón.
Nick bufó, conteniendo una sonrisa. -No soy para nada enojón.
-Eso dices. -Rio-. Nos vemos a la salida. -Salió de la camioneta.
-Buenos días, cosa hermosa. -Eric alcanzó a Destinee en su casillero. Le dio un breve beso en los labios.
Ella abrió los ojos como platos. -¿Qué haces? -Masculló-. Aquí no. -Miró a su alrededor para asegurarse de que nadie los veía.
-Pero, ya no lo quiero seguir ocultando. -Frunció el ceño.
Destinee sonrió. -Tan pronto hablemos con mis padres, va a dejar de ser un secreto. Por cierto, ¿Que dijeron los tuyos?
-Mueren por conocerte, y también Hannah. Les mostré una foto, les pareciste preciosa.
-¿Tú qué?
-La amaron, Dess. Y quieren verte lo antes posible.
-Pero... Yo no estoy lista para conocer a tu familia, aun.
-¿Por qué no? Te encantarán, te lo aseguro.
La campana sonó, y todo el mundo comenzó a llenar los pasillos.
-Sabes que he aprendido a amar la clase inglés. -Destinee le comentó a Eric mientras caminaban.
-¿Y eso por qué?
-Porque puedo estar contigo a primera hora de la mañana.
-Te traje café. -Marcelle entró a la oficina de ______.
-Gracias, Mar. -Le dijo, mientras rebuscaba en su bolso-. Voy al baño.
-¿Qué llevas ahí? ¿Es eso una prueba de embarazo?
______ asintió. -Estoy casi segura, pero quiero confirmarlo. No me la hice en la casa porque no hubiese soportado la ansiedad.-Sonrió.
-De acuerdo, entonces vete ya. Me estás poniendo nerviosa.
______ se fue al baño, se encerró allí, y siguió las instrucciones de la caja que además ya sabia de memoria.
Se sentó en la tapa del excusado, y esperó. Sentía como el corazón se le quería escapar por la garganta. Podría estar esperando un bebé del hombre que amaba.
-A ver... Cruz, cruz... Cruz... -Suplicó-. Cruz... Cruz...
Una raya de color rojo apareció detenidamente en el palito, ______ sintió su labio inferior temblar, y todas las esperanzas abandonar su cuerpo.
-No... -Apenas podía hablar-. ¿Por qué? -Se levantó, y tiró la prueba a la basura, llena de rabia-. ¡No! ¡No!
-¿Qué paso? -Marcelle la abordó apenas entró a la oficina-. ¿Estás llorando? ... ¿Qué tienes?
-Al parecer un vientre vacío. -Contestó seca, y se dejó caer en su sillón.
-¿Salió negativa?
______ asintió.
-Cuanto lo siento, amiga... -Sonaba en realidad dolida-. Pero, tienes muchísimo tiempo para seguir intentándolo.
-Es que no entiendo. -Luchaba con las lágrimas-. Siempre se me ha hecho difícil embarazarme. Es como si... -Exhaló-. Es tan frustrante.
-Concebir a Destinee no se te hizo tan difícil, ¿O si?
-No, obviamente no.
-¿Por qué no le llamas a tu médico? Estoy segura de que él puede ayudarte.
-Tienes razón... -Sacó su celular del primer cajón-. Estoy segura de que el doctor Jenner puede ayudarme.
Nick estaba sentado en un café con su manager, Johnny Wright.
-Los tickets comenzaron a venderse ayer, y... -Johnny sonrió-. ¿Adivina quien vendió el Pantages en dos minutos?
Nick se encogió de hombros. -No es gran cosa, es un lugar pequeño.
-¿Cuando vas a admitir que las personas te aman?
-Vender el Pantages en dos minutos no es nada, tiene capacidad para menos de tres mil personas.
Johnny suspiró. -¿Y si te digo que vamos a tener que alargar el tour?
-No. ¿De qué estás hablando?
-Vas a necesitar por lo menos dos días en cada ciudad, los fans se están quejando.
-Es demasiado para una sola persona, ¿No crees?
-El año entrante te toca gira mundial, así que no sé de qué te quejas.
El celular de Nick comenzó a vibrar sobre la mesa. -Dame un segundo. -En su tono de voz se mostraba lo molesto que estaba.
-¿Si?... Claro, claro que lo recuerdo... Es que tenía un compromiso y no pensé que me tomara tanto tiempo... ¿Nos vemos donde quedamos?... De acuerdo, Camilla... Bye.
-Tengo que irme, Johnny. Lo siento.
-Pero, no hemos terminado.
-Tengo algo muy importante que hacer. -Se levantó-. Yo te llamo, ¿De acuerdo?
-Eric Montgomery. -La maestra de inglés le llamó con una sonrisa-. Al frente.
Mientras se ponía de pies, miró a Destinee y encontró confianza en sus ojos café. Sería casi imposible no darse cuenta de que había algo entre ellos.
-Antes de comenzar quiero aclarar que lo que voy a leer a continuación no es mío, pero si de alguien a quien aprecio bastante, y quise compartir con ustedes la percepción que tiene esa persona de si misma.
Eric alzó su hoja de papel escrita a mano y comenzó a leer. -No soy una persona grácil. No soy un domingo en la mañana... O una puesta de sol en viernes. Soy la dos de la madrugada de un martes, una ventana rota en febrero.... Mis huesos crujen todas las noches, me disculpo por mis tristezas tan difíciles de manejar. A veces creo que no pertenezco junto a los demás, que en cambio, mi lugar es con los días bisiestos que nunca ocurrieron. La manera en que la luz y la oscuridad se mezclan bajo mi piel se ha convertido en mi tormenta. No ves los rayos, pero escuchas el eco.
Destinee estaba boquiabierta, eso era algo que ella había escrito, y de una manera muy personal le había permitido a Eric tenerlo.
-¡Perfecto! -La maestra aplaudió con ganas-. Dile a esa persona que ha sido perfecto, Eric. Y también le dices que una persona que exprese sus sentimientos de tal manera, debe ser hermosa por dentro y por fuera.
Eric sonrió. -Eso téngalo por seguro, maestra.
-Eso es todo por hoy. -Dijo la a la clase-. Quienes faltan, pasarán al frente mañana. No olviden la tarea.
-Nos vemos en el almuerzo. -Destinee le dijo a Eric, recogiendo sus libros.
-Nada de eso, te acompaño a tu clase.
-De verdad, Eric, no es necesario.
-No me molesta. -Sonrió-. En serio.
-¿Por qué hiciste eso? -Murmuró, bastante molesta.
-¿Hacer qué?
-¡Leer frente a toda la clase algo que me costó trabajo mostrarte a ti!
-Destinee, no es para que te pongas así, yo pensé que...
-¿Y cómo quieres que me ponga? Es una falta de respeto y consideración de tu parte.
-Dess...
-Así que olvídate de la cena, olvídate de conocer a tus padres, y obviamente olvídate de mi.
