Capítulo 20

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-Lo siento, amor. Pero, te aseguro que todo va a estar bien.

-Eso espero... No soportaría perder a mi papi...

-Yo sé que no... ¿Te quedas a dormir esta noche?

-No sé, Nick...

-Solo a dormir. Quiero consentirte.

Esas palabras le prometían tantas cosas. Nick siempre había sido muy consentidor, bueno... Cuando su matrimonio aun era mágico. Quería estar en sus brazos, relajarse, olvidar los problemas que parecían querer acabar con su sanidad mental.

-Lo pensaré.

En la casa Jonas-Miller, Destinee estaba agradecida de que sus abuelos y dos de sus tíos no se habían centrado en ella, apenas parecían notarla, aunque aquello cambió cuando Nick se levantó de la mesa.

-¿Destinee, no tienes calor? -Le preguntó Denise.

Ella fijó su mirada en el plato de albondigón que tenía al frente. -No, estoy bien. Estoy algo resfriada.

-¿Cómo está tu madre? -Joe la miró con sus penetrantes ojos color miel, le recordaban a los de _____-. Hace mucho que no sé de ella.

Destinee se aclaró la garganta. -Está bien, trabajando mucho.

-¿Ya sabes a que te quieres dedicar? -Era el turno de Kevin (I) de torturarla. Sentado a la cabeza de la mesa parecía tener el control sobre todo.

-No... Aun no he pensado en eso.

-No te queda mucho tiempo. -Denise se llevó una copa de vino a los labios-. ¿No has pensado en la música?

Destinee sintió como su rostro se tornaba de un color rojizo. -No... Toco ningún instrumento.

-¿Tampoco cantas? -Franklin le preguntó, alzando una ceja. Él también había tenido sus minutos de fama.

-Umm... No.

-Es comprensible. -Kevin volvió a hablar-. Al parecer los genes de tu madre son más fuertes que los nuestros.

Denise sonrió, asintiendo. -Si no te parecieras tanto a Nick... Bueno...

-Madre, por favor... -Joe la reprendió.

Destinee se levantó. -Con permiso. -Salió hacia el salón para ir al vestíbulo, lo más rápido posible.


-¿Y Destinee? -Nick miró a su alrededor al salir de la cocina.

-Creo que se molestó por algo. -Denise le dijo-. Me parece que tu ex esposa la ha malcriado.

Nick suspiró, y miró a su familia con amargura. -Nos vemos en otra ocasión, un placer comer con ustedes.

Joe se levantó y lo abrazó brevemente. -Sal de tu cueva más a menudo, bro.

Él asintió. -Nos vemos.


Encontró a Destinee en el vestíbulo, sentada en la escalera. Tenía la vista fija al piso, Nick pudo ver como una lagrimas caía en sus zapatos.

-Dess... -Se puso de cuclillas frente a ella.

Destinee se limpió las lágrimas, pero no pudo evitar sollozar. -¿Qué? -Tenía la nariz roja y congestionada.

-¿Qué te hicieron?

Ella no se atrevió a mirarlo a los ojos. -¡Es evidente que tu familia nunca va a aceptarme, papá! ¡No quiero venir aquí nunca más! -Se levantó y salió de la casa llena de furia.


Cuando se subieron a la camioneta, Nick abrió la guantera y de ella sacó el celular de Destinee. -Aquí tienes.

Ella se quedó mirándolo por un momento. Le había puesto un forro nuevo, era negro y tenía impresas las palabras "Stay Strong" en blanco. -Gracias...

Nick arrancó la camioneta. -Mi familia es algo complicada...

-Obviamente jamás quisieron a mamá para ti.

-Solo mis hermanos lo entendían. -Suspiró-. Mis padres se encerraron en la negación. Lo siento, Destinee...

Pero ella no iba a olvidar aquello. El rechazo martillaba en su cabeza haciéndola querer explotar. Obviamente no tenía los requisitos necesarios para ser una "Jonas", era una vergüenza. Se sentía ansiosa y no dudó un segundo antes de encerrarse en su cuarto al llegar a casa.


-¡No sirves para nada! -Lloraba mientras hundía la punta de la cuchilla una y otra vez en la piel de sus muslos. Estaba sentada en el piso de su baño-. ¡Nunca vas a ser lo suficiente buena! Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. -Cada vez que repetía la palabra, se daba una cortada-. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca... Nunca... Nunca...

-¡Destine, abre la puerta! -Escuchó a Nick gritar desde afuera de la habitación.

Decidió ignorarlo. -Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca...

-¡Destinee, no te lo vuelvo a pedir!

-No quiero...-Murmuró para si, apretando los ojos-. No quiero... No quiero. No quiero.

Escuchó un golpe contra la puerta de su cuarto, y luego los pasos de Nick avanzando hacia el baño.

Nick abrió la puerta del baño, para encontrarse con su hija tirada en el piso, con finos hilos de sangre corriendo por sus piernas.

-Dios... -La aflicción se reflejó en sus ojos-. Destinee... -La voz apenas le salía de la garganta.

Destinee solo gimoteaba.

-Ven... -La tomó en sus brazos y la llevó a la cama.

-Papá, perdóname... -Logró decir, aferrándose a su cuello-. Perdóname...

Nick no dijo nada. No podía. No sabía qué. La dejó sobre la cama y en el baño humedeció una pequeña toalla con agua tibia, y con delicadeza extrema, limpió la sangre de los muslos de su hija.

Ella no paró de llorar.

Examinó las cortadas para asegurarse de que no necesitara cuidados especiales, y luego les aplicó alcohol con un algodón. Destinee chilló al sentirlo, pero no se resistió. Nick salió de la habitación y regresó más tarde con un vaso de agua y unas pastillas.

-Son para que duermas. -Se las ofreció y luego le dio el agua.

Ella las tomó sin dudar, quería olvidarse de todo por un rato. Las manos le temblaban.

Después de ponerla bajo las sabanas, Nick limpió los restos de sangre en el piso del baño, y se llevó la cuchilla.

En la cocina, sacó todos los cuchillos del cajón en que estaban y los puso en uno que tenía llave. Tomó la pequeña llave y la puso en la argolla junto con las llaves de su auto. Luego escuchó el timbre.

-¿Qué tienes? -Le preguntó ______ al verlo manchado de sangre.

Nick suspiró. -Es Destinee...

-¿Se cortó?

Él asintió. -La encontré en el baño...

-No es posible...

-Le di unos calmantes para que se durmiera.

-¿Se hizo mucho daño? -_____ estaba al borde del llanto.

-Algo... -Se sentó en el sofá, cubriéndose el rostro con las manos-. Me comprometo a que... No vuelva a pasar.

Ambos se quedaron en silencio por unos segundos.

-¿Estás bien? -____ le preguntó.

No hubo respuesta.

-¿Nick?

-¡Sí! ¡Sí! -Le gritó-. ¡Estoy bien! -Se levantó del sofá y caminó a la cocina, pero casi no podía sostenerse en pie, tuvo que apoyarse de la barra-. Maldición. -Murmuró.

-¿Tienes una baja? -Sonaba temerosa.

-Estoy bien... -Apenas podía hablar, _____ notó como le temblaban las manos y tenía dificultad para respirar.

Destiny(Nick Jonas y tu)Where stories live. Discover now