Capítulo 18.

61 10 3
                                    

- ¡Andrew! - Exclamaba con su dulce voz Juliette. Esta se hallaba tumbada sobre la fresca hierba del verde prado, dibujando todo aquello que le rodeaba. El chico se aproximó a ella -¿Quieres pintar? - inquirió la niña ofreciendo una cera de color.

- No - negó él.

- Al menos siéntate - sugirió Juliette. El chico aceptó.

- Cada vez somos menos... ¿te has dado cuenta? - cuestionó Andrew contemplando a la niña colorear.

- Sí - murmuró ella.

- Ellos se marchan... ¿Crees que sobreviven? ¿Piensas que logran despertar?

- Quizás, es lo más probable.

- O es posible que lejos de haber regresado, se hallen en la otra orilla - Comentó el joven, desviando su mirada hacia el río. Un profundo silencio permitió oír con más claridad el canto de los gorriones.

- Mi madre está allí - susurró cabizbaja Juliette.

- Sí - afirmó Andrew.

- Ese puente no es más que un espejismo. No existe.

- Lo sé - dijo el niño -El problema es que en este lugar, no te debes dejar guiar por la vista. Nada es real. Todo es una mera ilusión.

- ¿Tú también?- preguntó ella deteniéndose en seco.

- Tal vez.

- Es tan extraño...

- ¿No la has vuelto a ver, Juliette?

- ¿A mamá? - Andrew asintió con la cabeza - No. Aunque solo sé algo: no le queda demasiado. Ella se va, ¿no lo comprendes? - confesó comenzando a llorar.

- No, no es así.

- Sí lo es - confirmó ella - Y yo no sé de qué forma evitarlo.

- En ese caso, no está a tu alcance actuar - repuso el joven. Ambos se sumieron en un gran abrazo-

- ¿Ha cavilado en alguna ocasión acerca qué ocurriría si se acabase mañana el mundo? Imagine, usted es la única que conoce la noticia y exclusivamente cuenta con 24 horas para disfrutar de su vida. ¿Qué haría usted? -Interrogó el doctor Simmons a Helen. Esta, mostró una expresión pensativa.

- Lo desvelaría al mundo entero. Y por supuesto, haría todo aquello que en su momento propuse y no logré - respondió.

- Recuerde, solo dispone de un día. ¿Lo derrocharía exponiendo la situación al resto del mundo? Quizás la tomarían por loca. En diversas circunstancias, se ha ignorado información relevante al rechazarla por incoherente que suene. Permítame confesarle un dato valioso: el tiempo es oro. Y su oro permanece opaco. Las manillas de su reloj se hallan detenidas.

- ¿Qué quiere decir?

- No dispone de meses, mucho menos de años. Puede que semanas, días u horas -comentó el médico leyendo su informe, con voz notablemente quebrada.

- ¿Me marcharé? - cuestionó Helen maravillada.

- Eso me temo - argumentó él levantando la vista hacia la paciente.

- ¡Qué grata sorpresa!

- Desconoce el motivo de su partida - Musitó el hombre tristemente. La mujer, anonadada, le observaba expectante -Señora Bradbury... su corazón se detendrá más bien temprano que tarde. He intentado evitarlo, empleando todas mis fuerzas y mi empeño. Mas no es posible remediar el daño ya causado, al menos no en su caso. Hemos perdido la guerra. Ahora escúcheme, ha de saber la verdad.

PALABRAS  OLVIDADAS //#PGP2016//Where stories live. Discover now