Arrastrando los pies camino hasta donde sus instintos le dictaban, mirando todo alrededor. Muebles destrozados, telarañas en la pared y mucho, mucho polvo. Bajó las escaleras, que supuso llevaban a un sótano con cuidado de no caerse. Voces se escuchaban al final, las cuales supo reconocer rápidamente.


Una vez abajo, se asomó por una de las puertas que estaba abierta. Mirando a los presentes en la habitación. La primera en darse cuenta de su presencia fue la bruja.


— ¿Dena? –pregunta cuando la ve–. ¿Qué haces aquí?


Escanea con la mirada el lugar lleno de velas.


—Necesito hablar contigo, Bonnie –pasa la mano por su cabello, inquieta. Jeremy quien la estaba matando con la mirada se mantiene callado.


Los ojos verdes de Bonnie se plantan en los azules de Dena. Se nota que va a decirle que no, pero su ceño se frunce un poco antes aceptar.


—Claro –responde con falsa educación–. Dime que necesitas.


—A solas –recalca mirando a Jeremy.


—No voy a dejar a Bonnie contigo –espeta el humano poniéndose de pie y retándole con la mirada. Da un paso hacia Dena, quien se queda en el mismo lugar, fastidiada.


—No era una petición, niño –se cruza de brazos–. Sé que probablemente no confíes en mí, créeme, yo tampoco lo haría. Aparte yo tampoco confió en ustedes ¿si entiendes? Es algo mutuo –alza las cejas–. Pero esto es de vida o muerte, más muerte que vida a decir verdad, así que te pido amablemente me dejes hablar con brujilda.


Se quedan en silencio, pero como siempre Bonnie lo rompe. —Ve a casa, Jer –habla con voz tranquila, parándose del piso igualmente y tocándole el brazo con delicadeza. Eso parece tranquilizarlo.


Patético.


— ¿Segura que quieres quedarte a solas con ella, Bon? –la morena asiente–. Bien, pero si te llega hace algo la mato.


Rueda los ojos. —Te recuerdo que estoy aquí y puedo escucharte, niño.


—Como sea –besa su mejilla–. Llámame si pasa algo.


—Sí –susurra en respuesta–. Cuídate por favor.


Jeremy asiente antes de caminar hacia Dena, chocando su hombro con el de la vampira –a propósito- antes de salir de ahí.


—Bien, ¿qué es lo que quieres? –Dena hace una mueca interrumpiéndola. Escucha con su oído vampírico como Jeremy sale de la casa y sube a un auto.


—Ahora si –dice cuando no escucha más. Se para derecha–. Necesito tu ayuda.


— ¿Que? –murmura sorprendida.


—No hagas como si no lo supieras –la corta rodando los ojos. Después de todo, los pensamientos tontos que tuvo funcionaron–. Sé que ellas te dijeron cuando puse un pie en la casa.


El aire se hizo más denso y ambas lo sintieron.


Bonnie se mantiene sería, cruzada de brazo. —Por qué alguien como tú, Dena Salvatore, necesitaría de mi ayuda.


Dena entra a la habitación, arrastrando los pies hacia la morena, parándose delante de ella y quedando cara a cara. La sonrisa en sus labios es tan grande que Bonnie cree que se le partirá la boca.


—Porque, belleza –empieza, la mentira picando en la punta de su lengua–. Sé cómo salvar a Elena.


Cuando escucha como Bonnie suelta un jadeo lo supo.


Había caído directamente en la trampa. 









































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Este es como un breve comienzo, una escena del final, idk. La verdad es que no sabia que estaba haciendo cuando escribí esto, pero no importa.

Ros ✧

Salvatore ➳The Vampire Diaries [1]Where stories live. Discover now