Tú, sinceramente, no sabes nada. (Kaisoo)

Capítulo nueve.

Jongin no escuchó las últimas palabras de Kyungsoo o al menos eso quiso hacer, fue con intención porque sabía que todo lo que estaba soltando en el momento, esas palabras tan cursis que hacen que la lengua se le revuelva de amor, era producto del alcohol que había consumido, no venían desde lo más profundo de su ser, eran palabras vacías y si era como lo pensaba, prefería hacer como si no las había escuchado, como si Kyungsoo jamás hubiera abierto la boca.

Cuando su lengua se enredó por enésima vez, Jongin lo apegó un poco más a la pared como si su vida dependiera de ello, ni siquiera le importó si la espalda de Kyungsoo se hubiera hundido en el frío que brotaba desde ella o si Baekhyun y Chanyeol había escuchado el estruendo y todo lo que estaba pasando allí, Jongin se dejo llevar porque quizás ésta sería la primera y última vez que se atrevería hacer una cosa como ésta, es como si el tequila que había tomado le hubiera dado una súper personalidad desbordante casi igual que la de Kyungsoo.

Kyungsoo sintió el golpe en la espalda y el frío que emanaba ésta le hizo soltar un quejido dentro del beso, la poca luz lo hacía ver la sonrisa ladina que soltó Jongin al sentirlo, se veía tan diferente o quizás esa fue su sensación, pero éste Jongin estaba extasiado, sus manos ardían por encima de la ropa de Kyungsoo y sus ojos brillaban como nunca los había visto.

La mente de Kyungsoo vuela en pensamiento y entra en reacción cuando Jongin lo vuelve acorralar y por acto reflejo, más bien porque lo desea, levanta una de sus piernas y las apoya en la cintura-cadera de Jongin, éste último comienza a bajar por su mandíbula con cálidos besos y pequeños mordiscos hasta llegar a su cuello y juguetea bastante tiempo succionando el área, dejando las marcas azuladas por todos lados mientras comienza a mover su cuerpo en un vaivén de arriba hacia abajo, haciendo una lenta pero delicada fricción entre miembros que casi le desespera a Kyungsoo.

Kyungsoo gimió más fuerte cuando Jongin se apegó mucho más de lo que estaba antes y presiono fuerte su pelvis a la contraria moviéndola en círculos y luego de arriba hacia abajo mientras ahora jugueteaba con el lóbulo de su oreja con su lengua y la mordisquea haciendo que el aliento pesado y húmedo le roce el cuello; a Kyungsoo se le erizan los pelos.

Jongin coló una de sus manos por debajo de la polera tocando cada parte de la blanca piel del más bajo y luego las llevo al trasero de Kyungsoo haciendo un movimiento eficaz que produce que éste termine de enrollar ambas piernas en su cadera y sin esperarlo éste más bajo comienza a besar su cuello, a succionarlo y mordisquearlo, haciendo que Jongin suspirara pesado casi con el aliento atorado en la garganta.

-Kyungsoo... -Jongin trato de articular bien las palabras y arrastró las ultimas letras casi sin aliento.

Cuando las palabras de Jongin se fundieron con la oscuridad de la habitación, éste agarro a Kyungsoo y lo llevo hacia la cama, despacio y con cuidado mientras no dejaba de besarlo con delicadeza y euforia, una mezcla que estaba deshaciendo al más bajo en gemidos.

La espalda de Kyungsoo ésta vez chocó con la suavidad de la cama, haciendo que ésta crujiera un poco, Jongin no espero mucho tiempo y controla sus impulso mientras con cuidado se pone encima de él, sentándose con cuidado y vuelve a bajar a su cuello y después de besarlo casi sin tocarlo se acerco a su oreja y volvió a lamerla.

Lentamente los dedos de Jongin se enredaron con la polera de Kyungsoo y en un ritmo demasiado despacio comenzó a levantarla de a poco, le tiemblan un poco los dedos al pensar que éste pueda rechazarlo pero nada ocurre, lo único que brota de la boca de Soo con pequeños gemidos que hacen sonreír al moreno y una vez que la primera prenda desaparece por algún rincón de la habitación, Jongin baja hasta su abdomen y lo besa con desesperación, haciendo que sus labios rocen cada centímetro de la piel, pero él no queda contento con eso y la lengua es su segundo aleado, la desliza en cada parte que encuentra y baja a la altura de la ingle y mordisquea la zona para luego succionarla dejando también allí marcada su presencia con las manchas azuladas.