Capítulo 2: La Fiesta

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El primer piso de la casa estaba lleno de hombres lobo, comenzaba a sentirme abrumabda. Ya se habian desatado dos peleas, una entre el hermano de Sorelle y el Beta de otra manada, y la otra entre dos mujeres sin pareja, decir que habia mucha tensión era poco.

Normalmente tantos lobos de diferentes manadas no serian capaces de convivir en la misma casa, pero esta noche era especial. El Alfa mas poderoso de toda la costa este los habia llamado y ahora estaban bajo su poder, incluso otros Alfas tenian que seguir las ordenes de mi padre.

"¿Sentiste algo ya?" Sorelle pregunto, mientras me entregaba una bebida roja con un pequeño paragüas. "La primera vez que senti a Scott hubo un cosquilleo inexplicable, pero otras perras dicen que lo huelen antes que nada, otras que su voz era como Dios cantando. ¿Algo de eso?"

"No" respondi con un suspiro, tomando un sorbo de el liquido rojo en mi vaso, sabia a alcohol con algo dulce. "Nada, ¿Que tal si el no esta aqui? ¿Que tal si -"

"Hola preciosa," una profunda voz hablo detras de mi. Sorelle y yo voltiamos sorprendidas.

El esta bien formado, mientras que su voz era demasiado grusea para que fuera el canto de Dios, aunque su rostro si parecia el de algun dios.

Cuando el chico avanzo, tomo mi mano y planto un beso en la parte de atras, no senti nada especial. Quiero decir el era lo suficientemente guapo como para hacerme desear haberme puesto ropa interior mas gruesas pero no hubo cosquilleo o un asombroso aroma que vinieron de el.

El era solo como cualquier lobo al que habia saludado esa noche.

El chico parecio darse cuenta de que no habia algun enlace entre nosotros, aunque sus ojos decian que el estara mas que feliz de acostarse conmigo sin importar que no habia conexión. Pero yo no iba a hacer eso. Incluso si el estaba super guapo.

Retire mi mano de la de el. "Disculpame."

Sorelle me siguió hasta la cocina.

"Ahhgg" gemi recargándome en la pared. "¿Porqué el no puede simplemente venir y encontrarme? Mis pies me estan matando y me duelen las mejillas de tanto sonreír."

"¡Tu eres la que a estado soñando esto desde el jardín de niños!" Sorelle dijo, haciendo énfasis con sus manos.

De repente pequeñas voces irracionales comenzaron a susurrar en la parte de atrás de mi cabeza. ¿Y si yo estaba rota? ¿Que tal si tenía un defecto y nunca encontraría a mi compañero? ¿Que tal si estaba destinada a estar  sola para siempre?

Sabía que estaba siendo tonta y que estaba exagerando, pero yo solo deseaba bajar las escaleras y encontrarlo.

"¡Sorelle!" una voz que reconoci como la madrastra de Sorelle, Kyla, repentinamente la llamo, "Cariño, ¿Puedes venir?"

Sorelle gruñó, "¿Estarás bien mientras me ocupo de la madrastra?" Ella preguntó.

"Estare bien," le dije. "Creo que ire a tomar un poco de aire."

Sorelle asintió y se dirigió a Kyla, quien la miraba de una manera no muy amigable. Pero esa era la manera en la que siempre la miraba, por lo cuál ya era normal.

Sali por la puerta trasera de la cocina. Afuera todo estaba en silencio, excepto el sonido de las olas. No tenia humor para regresar a la fiesta, me dirigí a el agua. Estaba fría sin importar que era verano, pero en ese momento no me habria importado que fuera el océano ártico al que estubiera entrando.

Sonreí y deje mis zapatos antes de la orilla, alegre de que mi vestido fuera corto y así poder mojarme hasta las rodillas sin problema.

El océano era un lugar seguro para mi. Desde que era niña venía a observar el mar cuando me molestaba o estaba triste.

Era mi lugar.

Escuche el sonido de un encendedor al prender detras de mi. Me puse rígida e intente atrapar el aroma en el viento, pero el olor a mar no me favorecía. Me di la vuelta, despacio para no caer a el agua.

Un hombre estaba en la arena, parado alado de mis zapatos, tomando caladas profundas de su cigarro. El aroma era horrible, jamas había conocido a un lobo que fumara.

Pero eso no era algo en lo que me pudiera concentrar en ese momento. Porque mirándolo, inclusive de lo separados que estabamos, yo sabía.

El extraño en la arena era mi compañero.

Caminé hacia el, sentía una cuerda jalandome hacia el, nos conectaba, estabamos conectados y lo estaríamos siempre.

"Oh diablos," el extraño - mi compañero dijo. Sus primeras palabras hacia mi..... no la declaración de amor que esperaba.

Tome ciertos pasos torpez hacia el, no era capaz de quitarle los ojos de encima. Solo podia ver que era alto, por lo menos 185, cabello negro. Lo demas estaba demasiado obscuro.

Cuando por fin llegue a la arena, estaba tan feliz de que ya podia verlo claramente. Era mayor que yo. Talvez veinticinco. Su piel era clara, aunque no necesariamente muy guapo pero si muy apetecible a pesar de el horrible olor a cigarrillo, su aroma era delicioso.

Pero lo que me atrapo fueron sus ojos, vesrdes como las hojas en primavera, brillantes, llenos de belleza y vida.

"Somos..." Empecé, mi garganta sintiéndose muy seca, "¡Somos pareja!"

"Fantástico" el dijo. Lo extraño es que no sonaba feliz, no mostraba interés. El hecho de que haya encontrado a su compañera, el amor de su vida, era tan interesante como comprar calcetas.

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Esta historia es traducida.

Autora-> AlyssaBrandon

The Hard Mate (Incompleta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora