~~~Dolor,traición Y Amor~~~

Capitulo 34 ¿Angelique?

⚠️ADVERTENCIA ⚠️
ESTE CAPITULO ES ALGO FUERTE SIN MENOS QUE DECIR ADELANTE...

Mientras tanto en la vida de Angelique

Casi tres años habían pasado desde que Ana se mudó a Colombia. Tres años sin noticias, sin Ilamadas, sin un simple "¿cómo estás?". Pero... ¿qué había pasado con Angelique durante ese tiempo?

Después de la partida de Ana, muchas cosas cambiaron en su vida, y no precisamente para bien. Poco antes de comenzar la universidad, su madre-quien ya mostraba actitudes frías y exigentes-dejó de apoyarla económicamente con sus estudios. Lo hizo con una frase que le marcó el alma:

-"Tú no vas a llegar tan lejos como Ana."

Con esa sentencia, Angelique se vio obligada a abandonar su sueño de convertirse en profesora.

La situación en casa empeoró rápidamente. Su madre, quien antes solo bebía los fines de semana, empezó a hacerlo todos los días. Las fiestas se volvieron rutina, y el hogar dejó de sentirse como un refugio.

Angelique, en medio del caos, consiguió trabajo en una empresa. El salario no era excelente, pero alcanzaba para cubrir sus gastos personales y pagar la renta del apartamento que compartía-todavía- con su madre. Por un momento, creyó que todo podría estabilizarse... hasta que lo conoció a él.

Sebastián.

Sebastián trabajaba también en la empresa. Era atento, simpático y siempre tenía palabras de aliento cuando más las necesitaba. En medio de su mundo desmoronado, Sebastián fue como una luz. La escuchaba, la cuidaba, la hacía reír. Fue uno de los pocos que realmente pareció estar ahí cuando ella más lo necesitaba.

Pero esa luz se convirtió en oscuridad.

Sebastián, la misma persona que más apoyo le ofreció, terminó siendo quien más la lastimaría... en todas las formas posibles.

FLASHBACK - Primer Encuentro

-Hola, disculpa... vengo a dejar mi currículum. ¿Tú eres el encargado de recibirlo?-preguntó Angelique con una sonrisa tímida, mientras el muchacho, de espaldas, revisaba unos papeles en el escritorio.

-Hola, sí, claro que sí... -respondió él, volteando hacia ella.

Al verla, sonrió de inmediato. Era una de esas sonrisas que desarmaban. Cálida, segura, brillante.

Angelique sintió un pequeño sobresalto en el pecho. ¿Cómo alguien podía tener una sonrisa tan bonita? Lo observó en un segundo rápido pero revelador: atractivo, con músculos marcados bajo la camisa blanca y una expresión amable, casi encantadora. No pudo evitar pensar que ese chico parecía salido de una película.

-Este... me llamo Angelique dijo, algo nerviosa-. Vengo por el anuncio de trabajo. Me dijeron que podía dejar mis papeles aquí.

-¡Oh, sí, claro! Perdón, me quedé un poco en las nubes... -respondió él, riendo suavemente. Es que nunca había visto a una chica tan bonita como tú.

Angelique abrió un poco los ojos, sorprendida. Estaba acostumbrada a recibir piropos, pero había algo distinto en la forma en que Sebastián lo había dicho: con seguridad, sí, pero sin arrogancia.

-No puede ser, qué irrespetuoso soy contigo-. Me llamo Sebastián, soy el encargado de Recursos Humanos. Un placer conocerte, Angelique.

Se acercó a ella con una sonrisa más contenida esta vez, y la saludó con un beso en la mejilla.

Angelique se quedó unos segundos congelada. Ese simple gesto, junto con sus palabras, le hizo temblar el corazón. Era como si todo su cuerpo reaccionara a ese breve contacto. Sentía que acababa de correr cinco maratones seguidos.