III: Tres corderitos en la cueva del lobo.

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Liam, Louis y Niall se pusieron aún más nerviosos en cuanto todas las miradas se fijaron en ellos. Sin embargo, lo que más desconcertó a Louis fue la sonrisa burlona que Harry Styles le dedicaba sólo a él ¿Qué había hecho para merecer esto?

—Los niños pequeños pueden viajar con el piloto si es que así lo desean —continuó humillándolos—. Pero cabe aclarar que deben ponerse los cinturones de seguridad, no quiero que mis trofeos se fracturen.

Louis estaba hecho una furia pero no podía hacer nada, ni en este barrio ni en ningún otro porque a pesar de que solía enojarse con mucha facilidad, jamás en la vida había golpeado a alguien. Era una nenita en cuestión de peleas.

Niall negó con la cabeza de inmediato, él tenía planeado quedarse a animar desde atrás con toda la multitud—. Lo siento, Li, pero no quiero.

Zayn estaba acompañando a Harry de copiloto y al escuchar eso no puedo evitar reírse del pobre castaño—. ¿Lo ves? Ni si quiera tus amigos confían en tus dotes para manejar, Liam. Estas perdido.

—Basta ya de tantas palabras y mejor hagamos que su tortura termine ahora —Harry no esperó ni siquiera un reproche de alguien, se metió a su carro y enseguida encendió el motor, y con ello la furia de todo Harlem.

Louis estaba harto de ver tanta humillación hacia ellos, así que decidió meterme en el asiento de copiloto. Estaba claro que no iba a dejar a Liam solo.

—Gracias, Louis.

—Sólo asegúrate de que un milagro pase y que podamos ganar para largarnos de aquí —habló antes de ajustarse el cinturón de seguridad.

—Chicos, no hagan el último cambio hasta que casi vean la meta —los dos castaños quedaron extrañados al escuchar el consejo de Niall—. Quiten esa cara de tontos que a veces las películas de carros pueden enseñar muchas cosas.

Ni siquiera en esa situación las palabras de Niall lograron tranquilizar el ambiente que había. Liam sólo asintió y puso su puño para que el rubio lo chocara con el suyo.

— ¡Suerte! Seré su porrista aquí en medio de toda esta gente peligrosa —Niall chocó el puño tanto con Liam como con Louis y así se hizo a un lado para que la carrera comenzará.

—Y vaya que la necesitaremos...

—No seas ya tan pesimista, lo más que puede pasar es perder.

—Es que conociendo las leyendas de Harlem, el perder una carrera no es lo peor. Supongo que aquí podemos perder hasta una parte del cuerpo —Louis inconscientemente vio el carro que tenía alado y ambos chicos los estaban mirando.

— ¿Listos? —habló Zayn de nuevo con esa sonrisa burlona que derretía a más de uno.

Louis y Liam se quedaron con las palabras en la boca en cuanto vieron a la chica rubia, que había llegado con Harry Styles, enfrente de ellos.

—Cada vez que vienen y retan a mi primo —comenzó a hablar la chica—, piensan que será muy fácil ganarle. Para mala suerte de ustedes, Harry Styles jamás pierde una carrera y menos frente a un par de niños con un carro que sus papis les regalan —la prima de Harry señaló el carro de Liam y todos los demás comenzaron a reír— Así que lo único que les puedo decir es que hagan su mayor esfuerzo para que su ridículo no sea tan notorio.

Con sólo oír esas palabras, Louis juro que odiaba a esa chica. La maldecía por completo, era una  perra digna de vivir en ese estúpido barrio. Sin duda alguna se notaba que la clase no era algo que los Styles tuvieran en sus venas.

BOUNDLESS. [Larry]Where stories live. Discover now